Opinión

Otro camino es posible

3 de noviembre de 2020, 5:00 AM
3 de noviembre de 2020, 5:00 AM

“Where is the love?” (¿Dónde está el amor?) es la frase que se repite una y otra vez, en la canción del grupo Black Eyed Peas. Una composición que llama la atención sobre el racismo y la discriminación en Estados Unidos y que busca generar conciencia sobre el noble sentimiento de la unión.

Esta pieza -lanzada hace casi dos décadas- ha vuelto a ser escuchada en la adaptación que acompaña las palabras de Joe Biden, candidato demócrata para la presidencia de Estados Unidos.

Hoy, se definirá si él o su oponente republicano, Donald Trump, gana una de las elecciones más determinantes para el país sobre el que soñó Martin Luther King. Este punto de inflexión se debe a múltiples factores. Entre ellos, está la histórica lucha por mayor justicia, equidad e inclusión con la población afroamericana, que se ha expresado masivamente este año, en las protestas del movimiento “Black Lives Matter” (La vida de las personas negras importa).

Este colectivo surge en 2013, a partir de la muerte del afroamericano Trayvon Martin, por el disparo del vigilante George Zimmermann. Este último justificó su acto por “auto defensa”. Pero Martin estaba desarmado; había ido a comprar a la tienda; tenía 17 años.

Como él, otros afrodescendientes han sufrido las consecuencias del racismo y la discriminación. “Vivimos en un país donde siempre (los afroamericanos) somos culpables” se expresó en una de las primeras protestas contra la muerte de Martin.

Esto se refleja en la encuesta del investigador John Gramlich (2019), del centro Pew, que muestra que “el 84% de adultos afroamericanos consultados dijo que la policía los trata peor que a la comunidad blanca” y “el 44% de los afroestadounidenses entrevistados aseguró haber sido detenido injustamente por la policía debido a su raza”.

Por ello, no es casual el mensaje de unión y de amor entre ciudadanos, que promueve Joe Biden. Este busca responder a los discursos de odio y supremacia racial, que han derivado en un trato inequitativo -y abusivo en más de una ocasión- entre la policía y la ciudadanía afroamericana.

Sin embargo, esta situación es una de las tantas expresiones de desigualdad en relación a la población afromamericana. El Centro para Soluciones Políticas Globales (2014) advirtió que la brecha de riqueza entre blancos y afroamericanos es una muestra de la inequidad racial. No por nada, denominaron un reporte al respecto como “The Racial Wealth Gap” (la brecha de riqueza racial).

Actualmente, en la compleja crisis económica, a consecuencia de la pandemia del COVID-19, la situación para la comunidad afroamericana, en Estados Unidos, también es inequitativa.

Como indican Connor Maxwell y Danyelle Solomon (2020), del Centro del Progreso Americano, esta población tiene el doble de posibilidades de estar desempleada, una menor probabilidad de acceder a trabajos a la distancia (o tele trabajo) y una menor capacidad de liquidez y recursos para responder a emergencias. Ergo, si antes de la pandemia la situación de empleo era “inestable” para los afroamericanos -como indican los autores-, esta sería ahora más compleja.

Asimismo, indican que “la evidencia sugiere que el racismo estructural puede aumentar la exposición y la suceptibilidad al COVID-19”. Esto producto de las políticas públicas que han marginado a ciudadanos afroamericanos a entornos con mayor contaminación, menor acceso a alimentos saludables y por las “barreras estructurales al sistema de salud”.

Este último punto es otro de los asuntos de mayor urgencia para la siguiente administración del gobierno de Estados Unidos. Más aún, con la emergencia sanitaria actual.

Por todo lo mencionado, es preciso recordar las palabras de Joe Biden al concluir el video que comparte con Black Eyed Peas: “Podemos elegir un camino diferente. Sanar. Reformar. Unir. Un camino de esperanza y luz”.



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