Opinión

Paradigmas

18 de diciembre de 2020, 5:00 AM
18 de diciembre de 2020, 5:00 AM

El inglés Edward Colston, fue uno de los mayores traficantes de esclavos que haya existido, estimándose que entre 1672 y 1689 compró, vendió y transportó a unos 80.000 hombres, mujeres y niños.  Claudio Ptolomeo fue un famoso astrónomo griego del siglo II quién creía que la Tierra estaba inmóvil y ocupaba el centro del universo, y que el Sol, la Luna, los planetas y las estrellas giraban a su alrededor.  Karl Marx fue un famoso filósofo y economista alemán del siglo XIX, autor de famosas obras como El Capital y El Manifiesto Comunista. Aunque a simple vista estos personajes no parezcan tener nada en común, todos ellos compartían una misma característica; basaban sus ideas y acciones en paradigmas que el tiempo demostró que estaban claramente equivocados.

Los paradigmas son patrones de comportamiento y de conocimientos que nos dan una visión del mundo que nos rodea, y nos condicionan para reaccionar de cierta forma ante eventos inesperados. Aunque útiles porque ayudan a focalizar esfuerzos, también actúan como filtros que seleccionan los datos que llegan a la mente, incluso la de los científicos, distorsionando o ignorando aquella información que no se ajusta a sus creencias, y llevándolos a rechazar mejores formas de hacer las cosas o percibir nuestro entorno. Como alguien dijo alguna vez, a veces nuestros ojos no logran ver las cosas que nuestro corazón no quiere ver. En psicología, se conoce como escotomas intelectuales, cuando una persona no puede percibir distorsiones en su visión del mundo que son obvias para los demás. Lo anterior, o la extrema ignorancia, son las únicas explicaciones que el suscrito encuentra para entender cómo todavía en pleno siglo XXI y la era del conocimiento, ciertas personas y organizaciones puedan todavía, apoyar la implementación de corrientes ideológicas, políticas y económicas como el socialismo que ha mantenido, y en muchos casos llevado, a millones de personas a la miseria, mientras combaten tan radicalmente un sistema como el capitalismo que ha demostrado ser la mayor fuerza creadora de riqueza en la historia de la humanidad. El modelo de mercado que tanto satanizan ha reducido la tasa global de extrema pobreza a la mitad desde el año 1990 al 2010 de acuerdo con datos del Banco Mundial, sacando a más de mil millones de personas de la miseria. Asimismo, logró multiplicar ocho veces el PIB per cápita mundial en poco más de un siglo, pasando de 2.000 dólares en 1900 hasta 16.000 dólares el año 2017. De acuerdo con el Índice de Libertad Económica que publica todos los años el Instituto Fraser de Canadá, los países con mayor libertad económica tienen mayor expectativa de vida, mejor ingreso per cápita, mayor crecimiento del PIB y menor pobreza, tanto moderada como extrema, que aquellos países con sistemas más socialistas. Sin embargo, y a pesar de toda la evidencia empírica disponible alrededor del mundo y recolectada los últimos 100 años, muchos siguen cegados por el paradigma de la igualdad, a pesar de que como bien lo explicó el nobel de economía Milton Friedman “La sociedad que antepone la igualdad a la libertad no tendrá ninguna de las dos cosas. La sociedad que antepone la libertad a la igualdad obtendrá una gran medida de ambas”.

Aunque no todos los paradigmas equivocados conduzcan a la esclavitud como lo hicieron con el inglés Colston; lamentablemente, algunas doctrinas erradas como las de Marx mantienen aún a millones de personas prisioneros de la miseria.

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