Opinión

Partidos políticos y luchas cívicas en la pluma de Isaac Sandóval

2 de noviembre de 2020, 5:00 AM
2 de noviembre de 2020, 5:00 AM

El desastre de la guerra con Chile fue una lección demasiada dura para el país. La derrota fue considerada como un llamado a la cordura y al patriotismo para deponer las armas de la lucha política. Correspondió a Eliodoro Camacho (1831-1899) lanzar en 1885 la idea y el programa de un partido político al cual se lo llamó ‘liberal’.

A decir de Camacho “la libertad cuenta con dos enemigos capitales: los excesos del poder que la ahogan fingiendo protegerla, lo cual denominamos tiranía y los actos personales y sociales que la deshonran con el abuso a pretexto de servirla, lo cual llamamos licencia o anarquía”. Así se iniciaba la conformación orgánica de partidos políticos en Bolivia. Por su parte, Bautista Saavedra (1921), al decir “…en resumidas cuentas, el vocablo “partido” cuya invocación ha ensangrentado horriblemente las páginas de nuestra historia, no ha significado otra cosa que proselitismo. El partido ha sido el caudillo…”, nos decía Bautista Saavedra (1921), evidencia que en pleno siglo 21, casi nada ha cambiado.

Isaac Sandoval Rodríguez (Buenavista, 22 de agosto de 1937-Santa Cruz de la Sierra, 21 de octubre de 2020), autor de ‘Los Partidos Políticos en Bolivia’, (Gráficas Sirena. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. 2005), se aboca fundamentalmente al análisis de las causas históricas, con cierta tendencia hacia la crítica racional de los postulados teóricos de estas organizaciones. Este insigne cruceño, para la época excepcional como pocos, hace énfasis en la relación del entorno socio-económico, político y cultural con los fenómenos políticos, buscando desentrañar las condiciones materiales objetivas que explican el surgimiento de las fuerzas políticas en el país.

Empíricamente, el análisis de Sandoval significa un aporte a la comprensión de la historia boliviana, centrada en los partidos políticos como actores públicos colectivos. Por ello, plantea una periodización para su investigación, que en su opinión corresponde a las diversas tiendas políticas que ha tenido Bolivia a lo largo de su historia. 

De esta manera, habla de: a) Facciones caudillistas, que corresponden a la inconcreción política de los primeros años del Estado republicano; b) Partidos que emergen del parlamento o de comités electorales en torno a honoratiores o empresarios durante la oligarquía conservadora; c) El partido ‘moderno’ del período oligarca-liberal, cuando “la empresa política queda en manos de profesionales a tiempo completo” y finalmente; d) Partidos ‘de clase’, policlasistas, y aquellos que corresponden a las particularidades de la formación social boliviana (partidos originarios o kataristas y partidos regionales o federalistas).

De otro lado, a los diferentes artículos publicados recientemente y que realzan el valor intelectual de Isaac Sandoval, debo subrayar sus actos como un combativo defensor de las reivindicaciones cruceñas. Habrá que leer su libro “Surutú. La retirada estratégica”, editada por la Fundación Nova en 2005 (80 pp.). 

Sus páginas nos trasponen a mediados de la década de los 50´ del siglo XX, cuando se engendró la lucha en Santa Cruz por el resguardo de sus regalías, que culminó en victoria tras aprobarse la ley interpretativa del 21 de diciembre de 1959. 

Aquí, nos relata la reorganización del Comité pro Santa Cruz, la presidencia del doctor Melchor Pinto Parada, el Alegato de los abogados sobre las regalías petroleras y el asesinato de los unionistas Jorge Roca y Gumercindo Coronado. Finalmente nos detalla los sucesos del jueves 25 de junio de 1959 y lo que llama la “retirada estratégica” al Surutú, una epopeya trágica que la fue escribiendo durante el tiempo que unas pléyade de unionistas soñadores eran perseguidos por milicias armadas que respondían al gobierno centralista opresor de aquellos tiempos.

Hoy, una lectura obligada de este libro ayudará a entender de manera correcta la historia del pueblo cruceño y su valeroso sacrificio por recuperar sus derechos y alcanzar un mejor destino, no sólo para esta amada tierra grigotana, sino para toda Bolivia.

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