Opinión

“PIB 2021: ¿Rebote estadístico o crecimiento real?”

25 de julio de 2021, 5:00 AM
25 de julio de 2021, 5:00 AM

El Gobierno ha anunciando que la economía boliviana, entre enero y abril del año en curso, habría crecido al 5,3%. Y hasta fin de año espera un crecimiento del 5%. Este optimismo también es acompañado por organismos internacionales como la Cepal (5,1%), el FMI (5%) y el Banco Mundial (4,7%). Frente a estas proyecciones eufóricas, los propagandistas del régimen han desempolvado una vieja muletilla política sobre el crecimiento del producto interno bruto (PIB): “No lo decimos nosotros, lo afirman los organismos internacionales”.

El crecimiento del 5,3% para el primer cuatrimestre y la proyección del 5% para todo el año es resultado de un rebote estadístico. Entre tanto, el relato ideológico en construcción sostiene que ya pasó la pesadilla del golpe, y que la economía vuelve a la vieja normalidad. En términos numéricos retornamos al 2014, cuando la economía también crecía al 5,46%. Pero va a disculpar la preguntita ¿Son iguales los resultados del 2014 y 2021? Sí, waway, pero sólo en apariencia.

En el primer año vivimos aún el súper ciclo de los precios de las materias primas y el auge de la inversión pública. Era un momento de abundancia de recursos. En el periodo actual estamos frente a un rebote estadístico provocado por un ligero repunte de los precios de las materias primas que exportamos y la manipulación de la demanda agregada, pero en un contexto de escasez de recursos. El Estado que raspa la olla.

Pero concentrémonos en el rebote estadístico. Este significa que la actividad económica ha aumentado desde niveles muy bajos. En nuestro caso, estamos frente a un rebote de una recesión. Cuando se parte de un nivel muy bajo, las estadísticas a veces nos generan espejismos que los políticos aprovechan. Supongamos que una gallina revolucionaria del Chapare, un bello día pone un huevo y al siguiente pone otro huevo. Un político pre-pitagórico sale y anuncia: Estamos frente a un crecimiento espectacular y único del 100%. Ahora, si una granja privada produce 1.000 huevos y al siguiente periodo produce 1.500, o sea 500 adicionales, el crecimiento es tan solo del 50%. Pinches capitalistas no se igualan a nuestras gallinas leninistas, gritan de la multitud en éxtasis.

Una ilusión estadística parecida ocurre con el publicitado 5% de crecimiento del PIB para este año. Supongamos que la economía boliviana es como un edificio de 50 plantas y que el crecimiento del producto se mide subiendo los pisos. Partamos del 2006, cuando, según el Gobierno, se inaugura la historia económica. En este año supongamos que partimos de la planta baja. Año base=100. En 2007, el crecimiento del PIB fue del 4,8%, subimos casi cinco pisos. En el siguiente periodo, 2008 subimos seis pisos, pero partiendo del anterior nivel (el PIB creció al 6,1%). Así, a lo largo de 14 años subimos a veces casi siete pisos o en otros, tan solo dos, como en 2019. Ahora, al edificio de la economía boliviana le cayó una bomba recesiva (pandemia, cuarentena, mala gestión económica de Áñez). Se destruyeron algunas estructuras, desparecieron algunas plantas, y se comprometió gravemente la viabilidad del edificio, pero lo más complicado es que la recesión obligó al aparato productivo (empresas y personas) a bajar al sótano, 9 pisos por debajo de planta baja. Por lo tanto, en este contexto recesivo, el crecimiento del 5% del PIB este año significa que subiremos cinco niveles, pero desde los sótanos o parqueos. Todavía faltan cuatro subterráneos para llegar a planta baja. Veamos ahora un ejemplo numérico muy sencillo.

Hay luz al final del túnel debido al rebote estadístico del 5%; sin embargo, el camino de la recuperación plena es largo todavía. Y en mi modesta opinión requiere de financiamiento fresco, algo como $us 4.000 millones este año. Si no conseguimos estos recursos, las proyecciones de crecimiento para el 2022 y 2023 son más modestas entre un 2 y 3% y crecer de manera más sostenible generando desarrollo equitativo y verde. La calidad de las políticas públicas debe aumentar y cambiar el patrón de desarrollo.

Gonzalo Chávez es Economista


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