.

20 de octubre de 2023, 3:00 AM
20 de octubre de 2023, 3:00 AM

¿Qué vamos a hacer con el futuro de la humanidad? 7.500 millones habitan el planeta; el cambio climático es un infierno y el discurso de la multipolaridad no logra condensar el racimo normativo renovador de las organizaciones internacionales que contribuyan a la solución del problema; los ricos gastan 3.000 millones de dólares cada minutos; 1.300 millones de personas viven en el mundo con menos de un dólar y una de cada dos viven con 5,5 dólares que representa el 85% de la población mundial, y los cinco países del Consejo de Seguridad de la ONU son los que más fabrican armas.

En el mundo el dramático recuento de incendios alcanza a 82 millones de hectáreas de bosques han sido quemados. Los incendios más voraces y agresivos que se conoce en la Unión Europea es el registrado en Evros Grecia con 900.000 hectáreas quemadas y 20 fallecidos. El incendio en la Isla de Maui Haway fue de altísima intensidad que destruyó la ciudad turística de Lahaina con 100 fallecidos; en Tenerife se quemaron 15.000 hectáreas en un perímetro de 90 kilómetros, afectando 12 municipios y 60 fincas.

El incremento de lo que ha ardido en el mundo se atribuye a un aumento en el agujero en la capa de ozono del 10%, los científicos consideran que el humo en los últimos tres años ha generado por los megaincendios agrandando el agujero de la capa de ozono, debilitando la protección de la atmósfera y por tanto la de los seres vivos que habitan el planeta.

Los observatorios en medio ambiente y cambios climáticos consideran que los incendios voraces se deben también a la falta de reacción y toma de conciencia real por parte de los gestores públicos para acometer las medidas necesarias, tanto de concienciación, preventivas y protectoras. Adicionan que el riesgo de incendio que presentan algunos espacios geográficos y fincas debe ser evaluado para implementar políticas públicas de mayor seguridad constructiva compatibles con los planes de productividad y turismo que ofrecen las estructuras de bosques.

En la Chiquitania, la Amazonía boliviana, los incendios producidos por la acción del hombre, identificados como colonos del Chapare se quemaron más de 6,5 millones de hectáreas de bosque. Afectando las áreas protegidas en San Matías, Chuquis, Ñembí Guasu, Tucabaca y Laguna Marfil (2019). Para controlar el fenómeno el gobierno contrató el avión ruso Evergreen 747 supertanker, el avión hidrante más grande del mundo con capacidad de carga d agua entre 5.500 a 6.000 libros.

En días pasado el presidente de los Comités Cívicos Provinciales de Santa Cruz, José Ernesto Serrate, denuncia que por informe del Subgobernador de la provincia Ñuflo de Chávez, desde avionetas están lanzando llantas incendiadas que caen al bosque incendiando las reservas forestales de San Ignacio, Lomerío y Concepción. Afirma, que las 15 provincias cruceñas están atentas y saldrán en defensa de los bosques, y atribuye la responsabilidad al presidente, Luís Arce Catacora, que pretende incendiar los reservas para traer más gente. La denuncia es muy grave por los daños ecológicos y de patrimonio natural destruido que son imposibles de valorar; sin embargo, el ministerio público ni el defensor del pueblo no se inmutan en iniciar acciones de investigación para juzgar a los presuntos autores de delitos medioambientales.

Cómo es posible que mientras en países de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Asia se producen las mayores operaciones aéreas de extinción planificada con aviones hidrantes, bomberos, voluntarios y vecinos para controlar los incendios, paradójicamente en Bolivia las autoridades del gobierno sean tan permisibles que pirómanos aéreos conformen grupos para incendiar los bosques y reservas naturales. No fueron suficientes las quemas provocadas de 2019 sin ningún responsable que al menos se conozca que fue juzgado y sentenciado por daños a los bienes comunes y que se continúe desprotegiendo el patrimonio natural de Santa Cruz.

Tan frecuente y visible es el ataque a la riqueza natural del Departamento de Santa Cruz, que no dudan en desarrollar acciones limitativas, reduccionistas y extintivas a los seres vivos que habitan en las 15 provincias desde los órganos del Estado Plurinacional.

El profesor Humberto Maturana Romesín, doctorado por la Universidad de Harward y docente en la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, dice: “El estado de la civilización actual es, a mi parecer, uno de los más bajos de la historia, porque hemos perdido la conciencia de que somos parte del mundo natural y en la creencia de que somos omnipotentes lo llevamos a la destrucción”.

Tags