Opinión

Por qué ganó el MAS: pan y empleo

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26 de octubre de 2020, 9:38 AM
26 de octubre de 2020, 9:38 AM

Germán Huanca Luna - Profesor universitario en Economía

El 20 de octubre de 2019, el pueblo se movilizó para dar a conocer su malestar con relación al Gobierno del MAS, especialmente por sus acciones en la última etapa de gobierno; ese cuestionamiento duró exactamente un año. El resultado de las elecciones realizadas el 18 de octubre de 2020, extraño para todos, pero legítimo a todas luces, muestra un mensaje claro al Gobierno del MAS, el pueblo pide pan y empleo.

El Gobierno de transición tenía la misión de llevar adelante las elecciones, mantener la paz social y asegurar el funcionamiento del estado. Una mujer en la conducción del país era novedad. Pero la novedad duró un poco más de un mes, hasta que Áñez tomó la decisión de postularse a la Presidencia. Ese fue error del Gobierno de transición al no honrar su palabra.

La llegada del Covid-19 sorprendió a todos por la falta de experiencia en la gestión de una situación de emergencia, y el país no estaba preparado ni humana ni materialmente; si bien el Gobierno de transición organizó un trabajo coordinado entre todos los ministerios, no fue adecuadamente comunicado a la población y estas acciones por muy buenas que fueron, han sido opacadas por noticias sobre corrupción altamente publicitadas por los medios de comunicación y el permanente cambio de autoridades en el sector público.

Durante la pandemia, el desempleo había crecido desmesuradamente y los bonos no alcanzaban para cubrir las necesidades básicas. Las medidas de emergencia afectaron principalmente a las familias campesinas e indígenas, que durante los meses de abril y marzo muchas perdieron su cosecha. Las calles se vaciaron de los comerciantes ambulantes, comerciantes que viven del día para llevar un plato de comida a su familia. Los bancos cerraron las puertas y disminuyeron los cajeros, mientras las colas crecían para poder sacar efectivo. Los afectados en la pandemia eran en su mayoría los sectores populares.

En tan solo un año, el pueblo volvió a redefinir sus metas por efecto de la pandemia, los campesinos necesitan vender sus productos a los mercados, los comerciantes quieren que se dinamicen nuevamente los mercados sin restricciones, los medios de comunicación quieren sus contratos con el Estado al igual que las empresas constructoras, los profesionales piden el respeto o su reincorporación al sector público, los municipios y gobernaciones que fueron afectados en sus presupuestos desean recuperar sus presupuestos al igual que las universidades, y los demás sectores también quieren lo suyo, como lo tenían en el pasado inmediato.

Finalmente, las finanzas del país se encuentran con serios problemas desde 2016, y la deuda externa es y seguirá siendo una fuente de financiamiento importante; el Gobierno saliente no utilizó estas Reservas Internacionales Netas (RIN) para mantener el equilibrio monetario.

A pesar de ello, el pueblo legítimamente eligió en las urnas al MAS dándole la responsabilidad de dar pan y trabajo a todos los bolivianos, esto es, le pide reactivación de la economía en pandemia, esta vez sin los recursos del gas y un sector público bastante agrandado.

Esperemos que lo logre, de lo contrario la población sabrá evaluar en las urnas como hizo hasta ahora.

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