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5 de julio de 2024, 4:00 AM
5 de julio de 2024, 4:00 AM


La convocatoria del organismo electoral a un encuentro de las fuerzas políticas reconocidas para participar en las elecciones de 2025 tiene como propósito principal eliminar las primarias tal como las manda la ley actual. Un segundo objetivo consiste en aprobar unas nuevas primarias, siempre y cuando garanticen la división del voto opositor.

El gobierno del precandidato Luis Arce tiene bien claros estos dos objetivos. No está tan claro que las formaciones opositoras se hayan dado cuenta de las trampas en las que pueden volver a caer si aceptan alguna forma de primarias previas a la elección general de 2025.

Las primarias actuales fueron aprobadas en 2019 por la mayoría de 2/3 que el MAS tenía en la Asamblea en ese momento.

Su objetivo era demostrar que las fuerzas opositoras tenían muy poca militancia en comparación con la del MAS, que tenía cerca de un millón de militantes inscritos en el padrón electoral.

En esas primarias que siguen vigentes hoy los únicos que pueden votar por los candidatos de una fuerza política son los que están inscritos en el padrón electoral como militantes de esa fuerza (Art. 29 LOP).

La oposición no pudo hacer otra cosa que someterse a esta trampa a pesar de su baja militancia inscrita y de que ninguna de sus fuerzas tenía más de un candidato y no necesitaba de ninguna primaria para que su candidato pase a la primera vuelta de la elección general.

Hoy la única fuerza política que tiene dos candidatos en una disputa interna es el MAS. Su división ha convertido a las actuales primarias en el mejor instrumento para que sus militantes elijan a su candidato para las elecciones generales de 2025.

Luis Arce controla a los dirigentes de los movimientos sociales. Su control de la cúpula no le garantiza el voto favorable de la base. Evo es el gran pastor que cuenta con el voto duro de ese rebaño.

Por esta razón Arce hará todo lo posible para que el organismo electoral elimine las primarias actuales, en las que llevaría las de perder si se enfrentara con Evo. De la misma manera tratará de evitar que cualquier nueva forma de primarias lo obligue a enfrentarse con Evo.
 
En cuanto a la oposición, las actuales primarias no sirven como un filtro para determinar cuál precandidato opositor es capaz de derrotar al MAS, ni para evitar la derrota de la oposición por haber presentado varios candidatos capaces solamente de dividir el voto.

Si se eliminan las primarias actuales, la disputa entre Arce y Morales gira en torno a dos cosas: 1) la posible inhabilitación de Evo Morales y 2) el control de la sigla del MAS.

Podría darse que el organismo electoral dictamine que Evo Morales ya no puede ser candidato en ninguna elección presidencial, en cuyo caso las primarias actuales dejan de tener sentido también para el MAS.

Si el organismo electoral elimina o adjudica la sigla del MAS a uno de sus dos pre-candidatos, el que se quede sin sigla puede negociar con alguna de las 11 siglas que están aprobadas por el organismo electoral, ya que ninguna tiene un candidato tan potable como serían estos dos.

En caso de eliminarse de canto las primarias, todos los pre-candidatos que encabezan alguna de las 11 siglas y las 2 alianzas actualmente aprobadas por el organismo electoral pasan a ser candidatos en la primera vuelta.

Si no hay primarias de ningún tipo la oposición se vuelve a fragmentar, favoreciendo al candidato o los candidatos del MAS.

Veamos ahora lo que sucede si las actuales primarias se llegan a modificar.

La propuesta de Carlos Mesa dispone que todos los inscritos en el padrón electoral, sin distinción de su militancia política, voten en un mismo día ya sea por uno de los precandidatos del MAS o por el candidato opositor de su preferencia.

Bajo esta propuesta se realizarían primarias internas en cada fuerza política reconocida por el organismo electoral, lo cual generaría un abanico de hasta 13 candidatos opositores que podrían pasar a la elección general. La oposición se fragmentaría favoreciendo al MAS.

Al igual que bajo las primarias vigentes, las de Mesa favorecen a Evo si concursa contra Arce bajo la sigla del MAS. No debe sorprender si el representante del Ejecutivo las rechaza.

Carlos Mesa ofrece una variante personal de esta propuesta. Le parece que los pre-candidatos más fuertes de la oposición deben llegar a un acuerdo para que solo uno de ellos vaya a las primarias en representación de una alianza (“Amigos de la Democracia” como la llama Mesa).

El preacuerdo informal entre los precandidatos opositores que Mesa propone opera como un filtro que deja pasar a las primarias solamente al más fuerte de ellos.

Este fuerte pre-candidato opositor se presenta a las primarias con los pre-candidatos opositores que no hayan aceptado ser parte del acuerdo que propone Mesa. Se presume que saldría ganador de estas primarias el pre-candidato fuerte escogido por el acuerdo.

Varios pre-candidatos que no están habilitados por el organismo electoral han firmado un acuerdo para escoger un método que permita determinar cuál de ellos es el más fuerte y es el que debe pasar a la elección general.

Este método, sea de primarias o de encuestas, es más serio y más factible que el de lograr un consenso interno charlado entre un grupo de precandidatos.

Lo que podría hacer que las primarias sirvan como un verdadero filtro sería una nueva condición en sentido de que solamente pasen a la elección general los pre-candidatos que superen una barrera que puede ser del 2% o 3% del voto válido emitido en las primarias.

El organismo electoral boliviano estima que el costo de realizar las primarias que están a su cargo ronda los 30 millones de Bolivianos. Una ventaja de las primarias propuestas por Mesa es que este costo (y la administración de las primarias) lo asume el organismo electoral.

Ningún actor de la oposición boliviana, ni siquiera un consorcio conformado por la suma de todos los precandidatos, tiene los recursos financieros, la capacidad organizativa o la voluntad política de llevar a cabo unas primarias independientes como las de Venezuela.

Todas las variantes de las primarias bolivianas consideradas hasta el momento son inútiles para la oposición. No generan un candidato opositor capaz de ganarle al MAS y tampoco evitan la división del voto opositor.

Es necesario considerar otras opciones que las primarias o los consensos informales armados entre precandidatos.

Además hace falta un método que permita a los precandidatos presentar y debatir sus propuestas de gobierno ante los electores que deben evaluarlos antes de expresar su preferencia en una encuesta o emitir su voto en la elección general.

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