13 de mayo de 2024, 4:00 AM
13 de mayo de 2024, 4:00 AM


Mucho se ha comentado sobre las debilidades del sistema tributario boliviano por su complejidad, excesiva cantidad de impuestos, su enmarañada normativa, excesiva presión fiscal sobre una reducida cantidad de contribuyentes, su incapacidad de controlar o reducir la informalidad, a lo que se suma la inequidad tributaria que representan los regímenes especiales, que se han constituido en refugios para la elusión fiscal. La aplicación de los tributos debe basarse en principios como el de la proporcionalidad equidad, universalidad, la transparencia y el principio de la reserva de la Ley. El sistema tributario boliviano tiene serios cuestionamientos sobre la aplicación de varios de estos principios universales.

Ahora analicemos la eficiencia de nuestra gestión tributaria con algunos indicadores para medir su real impacto en la economía. En el panorama regional, el año pasado los ingresos fiscales por recaudación de impuestos en América Latina promediaron el 16% del PIB, abajo del promedio de 2022, debido a la reducción de precios de las materias primas básicas según publicación de la CEPAL (Panorama Fiscal en ALC, 2024). Este indicador mide la presión fiscal sobre la economía de un país, es decir que expresa cuanto de lo que producimos aportamos al erario nacional para el sostenimiento del Estado.

En Bolivia la recaudación tributaria en 2023 alcanzó los 40.373 millones de bolivianos reportados en la Memoria Anual del SIN, mientras que la recaudación aduanera llegó a los 18.411 millones de bolivianos informado en el Boletín de Recaudaciones de la Aduana Nacional, con lo cual se totalizan 58.784 millones de bolivianos por impuestos y gravámenes que representan el 18,8% del PIB una presión fiscal 17% mayor a la del promedio en América Latina, pero ejercida sobre un 20% de la economía nacional, que lo constituyen las empresas formales públicas y privadas.

Según datos oficiales del SIN la recaudación tributaria total en Bolivia (sin contabilizar renta aduanera) se redujo el 4,2% el año pasado de 42.128 millones de bolivianos en 2022 a 40.373 millones de bolivianos el 2023, como producto de la desaceleración económica que aún persiste en el país. Los impuestos de Mercado Interno sumaron el 2023 en total 32.400 millones de bolivianos y representan el 80% del total de la recaudación tributaria del SIN. El impuesto de mayor recaudación en el país es el Impuesto al Valor Agregado (IVA) que constituye el 31% de las recaudaciones de Mercado Interno, el segundo es el Impuesto a las Utilidades (IUE) que representa el 25,1% y el tercero el Impuesto a las Transacciones (IT) que representa el 18,4%, El resto de impuesto de Mercado Interno (RC-IVA, ICE, ISAE, IJ, IPJ, IGF) constituyen el 9,8% y finalmente las Facilidades de Pago y Conceptos Varios (control fiscal) representaron el 15,7% del total de recaudaciones de Mercado Interno. 

Por su parte el Impuesto a las Transacciones Financieras (ITF) aplicado solo a las transacciones en dólares y los impuestos a los hidrocarburos (IEHD e IDH) que completan la recaudación tributaria, totalizaron el 2023 7.972,5 millones de bolivianos, lo que representó el 20% del total de la recaudación del SIN. Por su parte la renta aduanera totalizo el año pasado, 18.411 millones de bolivianos, un 12% más que lo recaudado el 2022, a pesar de haberse reducido las importaciones formales el 2023 en 3,2% respecto al año anterior, este aumento se debido a mayores controles al trafico fronterizo y aeroportuario.

El problema de la inequidad tributaria se presenta en la relación del padrón de contribuyentes y la recaudación. Del total de contribuyentes el 9% corresponden a empresas jurídicas (sociedades comerciales) las que contribuyen con el 89% de la recaudación tributaria mientras que las empresas unipersonales y el resto de contribuyentes que representan el 91% del padrón solo aportan el 11% de los ingresos tributarios. En el caso de la renta aduanera cerca del 95% de la contribución la realizan las empresas jurídicas. Muchos beneficiarios y muy pocos aportantes.

Del total de 490.628 contribuyentes activos inscritos en el SIN a fines de 2023, el 28,74% que equivalen a 11.676 contribuyentes pertenecen a los Regímenes Tributarios Especiales (Régimen Simplificado, Régimen Agropecuario Unificado - RAU y el Régimen de Transporte Unificado) los cuales solo aportaron el 0,23% del total de las recaudaciones tributarias equivalentes a 113 millones de bolivianos, cuando el valor bruto de la producción, por ejemplo agrícola y pecuaria, alcanzó los 41.998 millones de bolivianos el 2023 equivalentes al 13,5% del PIB, por lo que su contribución a los ingresos tributarios solo alcanza al 0.26% del valor de su producción. En el caso de la hoja de coca, el cultivo de mayor valor en el país y en gran parte materia prima destinada a la fabricación de cocaína, su valor bruto de producción se estima en 3.700 millones de bolivianos (datos UNODC) y su exigua contribución fiscal es de 9,3 millones de bolivianos (5Bs./Lb) que equivale al 0,25% del valor de su producción.
Definitivamente la inequidad tributaria es perversa y castiga la formalidad de las grandes, medianas y pequeñas empresas cuya contribución fiscal es equivalente al 15% de sus ingresos brutos en impuestos indirectos (IVA + IT) y del 25% sobre la utilidad (IUE), esto sin contar cargas sociales que equivale al 41% del salario, a lo cual tampoco están obligados los inscritos en regímenes tributarios especiales.