La dotación de ítems también es otra de sus principales demandas. Según la Junta Departamental de Padres, el ministro de Educación, Édgar Pary, se comprometió con la dotación de ítems y textos

28 de enero de 2022, 4:00 AM
28 de enero de 2022, 4:00 AM

Por: Alba E. Roca

A cuatro días del inicio de clases, un grupo de padres de familia protestó para exigir mejores condiciones para arrancar las labores educativas con la modalidad virtual.

Los papás aprovecharon la presencia en Santa Cruz del ministro de Educación, Édgar Pary, para hacerle conocer sus demandas que incluyen la dotación de ítems, de textos escolares y que los maestros acudan a las aulas a impartir las clases virtuales.

Los papás se apostaron en las puertas de la Dirección Departamental de Educación (DDE) y consiguieron una audiencia con el ministro.

De acuerdo con Luis Aguilar, representante de los padres, hay un compromiso del ministro de gestionar los ítems para Santa Cruz. Según los progenitores son al menos 2.000 ítems los que son solventados con aportes.

Entre las otras demandas de los padres de familia está la dotación de textos o cartillas escolares impresos y gratuitos, porque no todas las familias están en condiciones de imprimir ese material. Al respecto, según Aguilar, el ministro adelantó que hasta el 10 de febrero, los estudiantes recibirán los textos educativos.

De la misma forma, indicó que la autoridad estuvo de acuerdo en que los maestros deben asistir a las unidades educativas para impartir las clases virtuales, pues la mayoría de las unidades educativas cuenta con el servicio de internet.

Previo al encuentro con los padres, el ministro señaló que hay necesidades y que se verá de manera técnica para atenderlas.

Sobre las cartillas de la plataforma, los padres consideran que esto implica un gasto más porque deben imprimirlas, mientras que otros no pueden descargarlas.

“La educación no es gratuita”, corearon los padres durante la protesta, argumentando que se hacen cargo del pago de los sueldos a los profesores y de la impresión de materiales.

Otra de las demandas es que las herramientas educativas sean regionalizadas y que cada departamento maneje su propia plataforma. Los papás no descartan asumir medidas de presión, si es que no se cumple el compromiso asumido por el ministro Pary.

Sobre el cierre de escuelas

El cierre total o parcial de escuelas sigue afectando a más 635 millones de estudiantes en el mundo, según datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que asegura que para detener esta situación no solo es necesario reabrir las escuelas, sino ir más allá y dar un apoyo educativo intenso a los estudiantes.

“En marzo se cumplirán dos años de trastornos relacionados con el Covid-19 en la educación mundial. Sencillamente, estamos ante una escala casi insuperable de pérdidas en la escolarización de los niños”, dijo Robert Jenkins, jefe de Educación de Unicef.

“Aunque hay que poner fin a las interrupciones del aprendizaje, no basta con reabrir las escuelas. Los estudiantes necesitan un apoyo intensivo para recuperar la educación perdida. Las escuelas también deben ir más allá de los lugares de aprendizaje para reconstruir la salud mental y física, el desarrollo social y la nutrición de los niños”, explicó.

Durante la pandemia, los niños han perdido las habilidades básicas de aritmética y alfabetización, destaca la agencia de la ONU.

En todo el mundo, la interrupción de la educación ha hecho que millones de niños hayan perdido de forma significativa el aprendizaje académico que habrían adquirido si hubieran estado en las aulas, siendo los niños más jóvenes y marginados, los que han sufrido las mayores pérdidas.

En los países de ingresos bajos y medios, las pérdidas de aprendizaje debido al cierre de las escuelas han hecho que hasta el 70% de los niños de 10 años sean incapaces de leer o comprender un texto sencillo, frente al 53% anterior a la pandemia, según Unicef.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura(Unesco), Bolivia ocupa el segundo lugar de clausura más larga a escala mundial, con 43 semanas de cierre total y 39 de cierres parciales.