Opinión

Recetas para la pandemia

24 de junio de 2021, 5:00 AM
24 de junio de 2021, 5:00 AM

La pandemia parece una pesadilla interminable. Todos tenemos amigos y familiares enfermos o fallecidos, personas desempleadas, emprendedores con firmas cerradas, familias con deudas, personas estresadas emocionalmente y angustia sobre el futuro.

Permítanme compartir algunas sugerencias para sobrevivir la pandemia, tanto al conjunto como a cada individuo.

En lo sanitario, el reinicio de actividades en Europa, Estados Unidos e Israel por los altos grados de vacunación (mayores al 50%), muestra que la vía de reducir el espanto de muerte y enfermedad es la inmunización. Nuestro país recién va en torno al 10% de la población y se debe agilizar este proceso, a través de todos los canales posibles y seguros.

En lo social, el desempleo ha bajado, pero el número de desempleados es todavía 50% más alto que antes de la pandemia. Además, la subocupación es el triple que antes de la pandemia. De esa forma, una de cada cinco personas en el área urbana o está desempleada o subempleada.

La clave para reducir estas cifras pasa por dos políticas probadas a nivel internacional. Una alternativa de corto plazo y para sectores vulnerables es un plan temporal de empleo. Y una más relevante es la que preserva los puestos de trabajo: apoyo a empresas para que continúen operando o puedan reiniciar actividades, mediante subsidios laborales e instrumentos financieros.

Estas políticas también apuntan a recuperar la actividad económica. Según se infiere de la información presentada preliminarmente por las autoridades económicas, hasta abril de este año se habría perdido más de $us 6 mil millones de producción y gasto desde el inicio de la pandemia. La clave para la pronta recuperación es el esfuerzo común que involucre recursos frescos para el sector privado y público, insuficientes desafortunadamente desde el inicio de la pandemia.

Esta enfermedad también ha sido dolorosa emocionalmente. Ansiedad, depresión, bipolaridad, por solo nombrar algunos, son los nuevos males. Frente a ello, una receta es la amistad sincera que nos muestra humanos tal como somos.

Por ejemplo, los centros laborales se han convertido en focos de solidaridad y apoyo mutuo. Y ni qué decir de la amistad sembrada previamente. En lo particular, valoro una reunión virtual que tuve hace unos días con mis amigos y hermanos de la promoción 88 del Colegio Franciscano de Potosí. Cada uno con sus penas y alegrías simplemente volvimos a ser lo que entonces fuimos: muchachos con incertidumbres frente a un nuevo inicio.

Y qué decir el núcleo interno: la familia. Varios, me incluyo, pudimos conocernos mejor e interactuar apoyándonos y comprendiéndonos. La mancha de este reencuentro fue la agudización de la violencia intrafamiliar en ciertos casos.

Y un plano fundamental en estos tiempos es el espiritual. Un remedio contra la pandemia y sus secuelas ha sido el refugio del alma que encontramos en la única fuente eterna: Dios. En lo personal, las reuniones semanales de oración de la Iglesia Cristo Rey han sido el espacio para presentar al Creador y Salvador nuestras penas y alegrías, sabiendo que Él tiene la última y única palabra.

A todos lo anterior añado una receta: reducir la incertidumbre política. Estamos divididos y polarizados; y lo que es correcto o justo se nos va de las manos. Por ejemplo, en su momento lamenté la quema de la casa en Potosí del exministro de Minería César Navarro en 2019; hoy hago lo propio en similar cartera de Estado con la situación judicial de Diego Benavides Arancibia que, dejando de lado mi parentesco, considero arbitraria.

Por eso, veo con expectativa el diálogo iniciado por Naciones Unidas y Vicepresidencia. Espero que exista la voluntad política para el reencuentro, reparación y reconciliación.

El poeta José Hernández decía: “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera. Tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera.”

Antes eran imperios y potencias enemigas; hoy es la pandemia y la miseria que conlleva.

Pablo Mendieta es Economista

Tags