10 de mayo de 2024, 7:00 AM
10 de mayo de 2024, 7:00 AM



Hoy es el Día del Periodista en Bolivia y es oportuno hacer un alto en el camino para reflexionar sobre el valor de este oficio, que es fundamental para la vigencia de la democracia y el ejercicio de las libertades ciudadanas, más aún en una sociedad polarizada como la nuestra y en un tiempo en el que la información confiable y oportuna es herramienta esencial para construir el mundo que se anhela.

Vivimos tiempos complejos que plantean un camino cuesta arriba para el periodismo, en Bolivia y en la región. La disrupción tecnológica plantea enormes desafíos que obligan a los medios y a los periodistas a estar en una curva de aprendizaje e innovación constante, sumado a los riesgos propios del mundo digital; uno de ellos, el ataque cibernético sufrido por la página web de EL DEBER.

La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia divulgó un estudio que muestra la precariedad laboral de este sector. Reporteros que ganan el salario mínimo nacional o menos, muchos en la informalidad y sin contratos fijos, entre otras condiciones que deben llevar a una reflexión colectiva. Esto ocurre en medios asfixiados económicamente, tanto por las presiones tributarias como por la ausencia de respaldo privado y estatal a la labor de informar. Como contraste, se puede observar lo que ocurre en países donde la democracia goza de buena salud, ya que sus instituciones generan recursos para apoyar al periodismo y resguardar que éste sea independiente y sólido, a sabiendas de que solo hay estado de derecho si la ciudadanía puede informarse de manera fluida y libre de condicionamientos.

Solo el periodismo es capaz de ofrecer información contrastada, verificada, investigaciones sustentadas, que se contrastan con versiones interesadas en mostrar solo una cara de los hechos más relevantes o que pretenden esconder la parte de la realidad de la que algunos se quieren aprovechar. El periodismo tiene en su esencia la búsqueda de la verdad en un mundo polarizado, se propone encender la luz para dejar ver los hechos de corrupción y se convierte en herramienta de la sociedad para dejar ver las miserias e injusticias que hay en la vida cotidiana

En los tiempos actuales, la forma de brindar información cambia constantemente; de los formatos tradicionales a las experiencias más disruptivas de comunicar. Lo que no cambia es la vocación de servicio, la convicción de que el periodismo es un servicio que se brinda a la sociedad y que la búsqueda de la verdad es inclaudicable e insobornable; que nuestra tarea busca cambiar realidades, que los más débiles de la sociedad tengan una voz y mejores días. Esa es nuestra razón de ser.

En un tiempo en que los puentes entre diferentes están rotos, en que la polarización le gana al diálogo, el periodismo es la llave para ver todas las facetas de la sociedad, todos los puntos de vista. En un tiempo de desinstitucionalización, el periodismo es luz para desnudar lo que se quiere mantener bajo la alfombra. La autocrítica y la autorregulación son fundamentales en este cometido.

Empero, es preciso que la sociedad acompañe ese compromiso social de los buenos periodistas. Nadie sabe el valor de un servicio hasta que se pierde. Si queremos mejores periodistas, es preciso que tengan mejores ingresos y respiro para capacitarse. También urge que la sociedad exija una Ley de Acceso a la Información, que obligue a los servidores públicos a rendir cuentas. Es decir que es preciso comprender lo que la libertad de prensa significa para tener una democracia saludable y una ciudadanía libre.

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