Opinión

EDICIÓN IMPRESA

Retomar el rol de velar y potenciar la empresa privada

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5 de enero de 2020, 3:00 AM
5 de enero de 2020, 3:00 AM

Saúl Dávila

PERIODISTA

Tras el desgobierno y corrupción de la administración de Morales, el gobierno de la presidente Jeanine Áñez viene reencauzando la misión de las entidades del Estado boliviano. En los primeros 30 días de gestión, el Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural (MDPEP) retoma la función que le corresponde: velar por la microeconomía del país y potenciar las unidades de emprendimiento autónomo, liberándolas de las barreras que les habían sido impuestas.

La cartera de Desarrollo Productivo, que busca promover y fortalecer las pequeñas, medianas y grandes empresas de la iniciativa privada, es la tercera columna del área económica, junto con el Ministerio de Economía y Finanzas, que administra los ingresos y egresos de la nación y el de Planificación, que diseña las políticas macroeconómicas. Actualmente, está en la tarea de retrotraer la destructiva función opresora del anterior gobierno con el sector privado. Asimismo, se ocupa de trazar políticas respecto a las empresas productivas estatales.

Como resultado del capitalismo de Estado del MAS, se crearon 36 empresas estatales que en 2018 registraron un déficit fiscal del 2,2% del PIB, debido a inversiones sin planificación ni estudio de mercado. Quienes dirigieron dicho ministerio eran designados política y arbitrariamente, sin conocer el manejo del sector privado.

De haberse consolidado el fraude electoral, el gobierno del MAS habría implementado el sistema comunista-castrista en los ámbitos social, económico y político. La decisión patriótica y valiente del que era presidente del Comité pro Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, junto con las otras entidades cívicas departamentales y el Comité Nacional de Defensa de la Democracia (Conade) generaron la “Revolución de las Pititas” en contra del usurpador de la democracia y libertad, tras lo que se produjo la resuelta intervención de la ahora presidente Jeanine Áñez Chávez, que asumió la Presidencia constitucionalmente.

El ministro de la cartera de Desarrollo Productivo, Wilfredo Rojo, aseguró que la liberación de las exportaciones se daría “en el más corto plazo posible”.

Las pérdidas económicas por las restricciones no podrán ser recuperadas, por lo que sería una deslealtad la recuperación de la democracia y la libertad que prevalezcan criterios mezquinos que obstaculicen la inmediata liberación de las exportaciones.

El comercio exterior no es solo una actividad de inversión multiplicadora en la economía, representa la proyección económica del desarrollo y crecimiento de un país. Esta visión debería ser respaldada por el Estado y el empresariado, lo cual significa romper con el capitalismo de Estado y el centralismo estrangulador. ¡Señores, basta de obstaculizar el desarrollo, basta de “masismo”, de destruir la economía nacional! No se puede procrastinar al próximo gobierno lo que es urgente hoy. ¡El hambre, la necesidad y las obligaciones no esperan!

La economía ya no puede estar estancada. Es momento de sacrificar intereses personales por el bien de la Nación; lo contrario, es sabotear y desestabilizar el gobierno transitorio-democrático de la presidente Jeanine Áñez.

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