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30 de enero de 2023, 4:00 AM
30 de enero de 2023, 4:00 AM

Luis Arce Catacora desfiló en Tarija con masistas disfrazados de mineros el día del cabildo, una prueba más de que este señor no califica para ser presidente: en Tarija no existe ni una sola mina. Además, firmó un convenio con empresas chinas para la explotación del litio, violando leyes del propio MAS, con plazos no permitidos por las leyes.

Al firmar ese contrato violó otro, firmado por Evo Morales en 2018, con la empresa alemana ACI Systems, que ahora amenaza con un juicio: otra derrota para el país, y millones de dólares perdidos.

Arce había estado manteniendo un conveniente silencio ante el conflicto peruano, lo que podía entenderse como una demostración de algún grado de inteligencia.

Pero muy pronto demostró que él no tiene ningún contacto con la inteligencia y lanzó críticas al gobierno de Dina Boluarte, una señora que debió hacerse cargo de la presidencia del Perú después del anuncio de Pedro Castillo de que había decidido convertirse en dictador.

Parece que los masistas odian a las señoras que llegan a la presidencia porque el titular ha cometido errores garrafales, y ha huido, como en el caso de Bolivia, no ha sido destituido, como en Perú.

¿Quiere Arce que Castillo retome la presidencia, cierre el parlamento de su país, decrete toque de queda y convoque a una constituyente que haga del Perú otro “Estado plurinacional”?

¿O quizá quiera beneficiar a los narcoterroristas de Sendero Luminoso, que manejan el conflicto peruano en coordinación con los narcos del Chapare, y su jefe, o jefazo?

Los narcodólares generados por esta asociación de narcos del Perú y Bolivia han dejado de fluir debido al conflicto, lo que quizá genera preocupación en quienes manejan con orgullo el cambio fijo con el dólar.

Arce asiste a una reunión de la Celac, convertida en el club de los dictadores caribeños, y se mantiene leal con Adolf Putín y los trogloditas que gobiernan Irán.

Tiene unos ministros que no calificarían ni siquiera para ser porteros de colegio, con la única excepción de Marcelo Montenegro, el que admitió que el “mar de gas” anunciado por el cocalero Morales fue un “mar de mentiras”.

Arce acepta que El Chapare sea una región desprendida de Bolivia, pero desde la que se controla la justicia boliviana, la policía y las FFAA.

Aplaude cuando los jueces del cocalero encarcelan a los bolivianos que piensan diferente y no acepta las observaciones de la CIDH sobre las violaciones y los presos políticos.

Este tipo no merece ser presidente de los bolivianos ni un día más.

 

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