Opinión

Salidas a la crisis boliviana

13 de noviembre de 2019, 3:00 AM
13 de noviembre de 2019, 3:00 AM

A raíz del Informe de Auditoría Vinculante comunicado por la Organización de Estados Americanos, que recomienda, principalmente, llamar a nuevas elecciones generales y nuevas autoridades electorales, el presidente Evo Morales, sin mencionar a la OEA, anunció dichos aspectos, pero esas tareas le corresponden al Órgano Legislativo.

Esto, todavía no va a ser la solución a la crisis boliviana que se tiene y que se ha cobrado vidas humanas, puesto que hay cabos sueltos, a saber: cuándo se llevarán los nuevos comicios generales y las elecciones subnacionales; la modalidad de convocatoria para los nuevos miembros del Órgano Electoral (no solo del Tribunal Supremo Electoral, sino también de los nueve tribunales departamentales); si Morales y García Linera se presentarán o cederán sus pretensiones al amparo del art. 168 de la CPE; y, sobre todo, qué ocurrirá el 22 de enero de 2020, fecha de expiración de cargos de los órganos Ejecutivo y Legislativo, ya que la CPE no establece la figura de prórroga para ellos, bajo ningún pretexto y/o argumento.

Tanto las elecciones generales de 1985 y 2005 fueron convocadas para colocar “paños fríos” a los conflictos, pero no puede tomarse a los nuevos comicios como la salida definitiva de la crisis, sino un camino para ello.

Para empezar, tiene que existir un Órgano Electoral imparcial y ajeno a los intereses políticos, sometido únicamente a la Constitución y a las leyes, y no a otro órgano del Estado y mucho menos a un partido político; tiene que sanearse el padrón electoral y, en síntesis, volver a generar confianza en la ciudadanía, tal como la hizo la Corte Electoral de Notables.

El Gobierno elegido en las urnas será de transición y esto debe quedar claro; hay demandas de sectores a atender y, principalmente, tratar de sanar las heridas abiertas. Deben buscarse soluciones que no sean políticas o coyunturales, sino estructurales y para eso se requiere tiempo, que es con lo que menos contamos.

En materia jurídica, existe el principio de retrotraer las cosas hasta el vicio más antiguo. Este vicio no es otro que el año 2006, cuando había una Asamblea Constituyente. En ella, se debieron solucionar los conflictos históricos de Bolivia, no posponerlos ni imponer las ideas de unos sobre otros. La muerte de la Asamblea estaba anunciada, mucho más cuando el Congreso Nacional, ilegalmente, modificó y avaló la actual Constitución.

El grado de acuerdo político y social está reflejado en la CPE; si bien esta no es una varita mágica para solucionar los problemas de un país, refleja el acuerdo nacional al que se ha llegado, no solamente en el texto escrito, sino en el cómo llegamos a realizarlo. 

En ese sentido, vamos a tener que convocar un nuevo proceso constituyente que derive en un nuevo pacto social, en donde exista reencuentro entre bolivianos. Por supuesto que esto no será de manera inmediata, sino a mediano plazo y cuando los ánimos no estén caldeados, para no tener un proceso constituyente a la fuerza.



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