El problema se acarrea desde hace unos cinco años, pero en los últimos meses se volvió insostenible para los vecinos. Ante los operativos de la Policía, los corredores dispersaron horarios, rutas y molestia, pero además multiplicaron el peligro

7 de abril de 2024, 4:00 AM
7 de abril de 2024, 4:00 AM

“El que tenga miedo a morir, que no nazca”, dice la cuenta tiktok de uno de los integrantes de SCZ Bikers, uno de los clubes de motos pisteras de la capital cruceña.

Igual que otros compañeros de aventura, en sus redes muestra los juntes de los ‘miércoles’ en la plaza de El Trompillo, diagonal al Cine Center, donde hasta antes de los últimos operativos de la Policía, por lo menos medio centenar de motociclistas hacían carreras y piruetas, de diez de la noche a tres de la madrugada.

Según la Policía Boliviana, este nuevo punto de encuentro surgió hace un par de meses, después de que se iniciaron las batidas en la avenida Cristo Redentor, donde empezó el problema.

Sin embargo, los vecinos de la zona Madre India aseguraron a EL DEBER que las carreras llevan por lo menos seis meses quitándoles la paz en el segundo anillo.

Alexandra M., una de las vecinas, recalcó que las carreras llevan más o menos seis meses, y que en marzo ya se realizan prácticamente todos los días, incluso en fechas tranquilas, como el feriado de Semana Santa. 

“Ni siquiera tuvieron respeto por el domingo santo y estuvieron corriendo. Aquí hay niños, adultos mayores, personas que trabajamos y que necesitamos descansar para levantarnos al día siguiente, y no nos respetan”, reclamó, y recordó que además de las molestias que ocasionan por el ruido, “hasta sus vidas ponen en riesgo”.

“Se paran en el semáforo de la Madre India, y arrancan y compiten”, dijo Natalia Salinas, madre de un bebé de cinco meses, que despierta sobresaltado por la madrugada, debido al ruido.

“Los niños la pasan mal, no duermen, están asustados, y a las tres o cuatro de la mañana (las motos) no dejan dormir. Pido a las autoridades que tomen medidas de una vez”, demandó angustiada.

A pesar del esfuerzo policial, Alexandra M. opinó que no se ve la presencia de las autoridades para poner un punto final. 

“Existen las normas de Tránsito, los límites de velocidad en las vías, y cuando se exceden, los motociclistas pueden ir presos. Lo que pedimos es que se cumpla la ley para bien de toda la ciudadanía”, insistió. 

Alexandra M. recordó a las autoridades que anteriormente ya se registraron muertes, ocasionadas por estas carreras ilegales. “Hay ausencia de autoridad”, lamentó.

Las carreras son un problema mayor

Los vecinos de la zona El Trompillo están cansados del ruido a toda hora, sobre todo en horas de sueño


La Policía, a solas
En enero de este año, los vecinos de la avenida Cristo Redentor denunciaron ante los medios de comunicación y por las redes sociales estas carreras clandestinas.
Si bien la Policía respondió al llamado, no hubo detenidos.

En esta parte, al norte de la ciudad, los vecinos informaron que todos miércoles, después de la medianoche, los corredores llegan en motocicletas y también en vehículos, con la música a todo volumen. 

El mayor Roel Rodas Echalar, que lideró uno de los operativos en la avenida Cristo Redentor, explicó a EL DEBER que se hacen las batidas, de forma simultánea, tanto en el norte como por El Trompillo, y que solo en la avenida Cristo Redentor se desplegó casi un centenar de efectivos de todas las reparticiones, tanto de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), como de Tránsito, Interpol en caso de extranjeros indocumentados o con órdenes de búsqueda, e incluso Diprove, para identificar motos ‘chutas’.

Según el uniformado, también participa en los operativos Univida, para los que no tienen el SOAT, “porque es obligatorio tenerlo”.

Consultado sobre el tema y el rol de la Alcaldía en esta problemática, Giovanni Cuéllar Varanis, jefe de la Guardia Municipal, aseguró que este tema no es competencia del Gobierno Autónomo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, sino de Tránsito.

Sin embargo, aclaró que la Alcaldía trabaja de manera coordinada con la Policía cuando hay este tipo de carreras en el Cambódromo.

“Lo que hacemos es custodiar nuestro Cambódromo para que no entren. Pedimos apoyo a la EPI-8 que siempre nos manda su camioneta, y en conjunto los retiramos”, explicó.

Según Cuéllar Varanis, cuando la Policía “corretea” a los motociclistas en la avenida Cristo Redentor, ellos se pasan al Cambódromo.

Asimismo, admitió que los corredores también se van “en bollo” a la Plaza 24 de Septiembre, pero ahí va otro tipo de gente, y llegan hasta 300 personas juntas. 

“Ahí tendríamos que hacer un operativo interinstitucional, con Fiscalía, Unidad Operativa de Tránsito, la Policía, nosotros como Guardia Municipal, y quizás hasta con Aduana, porque muchas de esas motos son bárbaras”, dijo.

Para el concejal de Comunidad Autonómica (C-A), Fede Morón, el Gobierno Municipal, a través de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, debería intervenir con fuerza, en coordinación con fiscales y la Policía Boliviana.

Las carreras son un problema mayor

Solo en uno de los puntos se despliega un centenar de uniformados, de todas las reparticiones policiales (Foto: Fuad Landívar)


El remedio salió peor
EL DEBER constató con los vecinos que con los operativos, lo que antes era miércoles de ruido de motos, hoy ocurre todos los días, de lunes a domingo, y a toda hora.

Adicionalmente, se han multiplicado las ‘pistas’ de carrera, ya que cada vez que se hacen las batidas en la zona norte y El Trompillo, los clubes de motociclistas se trasladan hasta la plaza principal, donde andan a toda velocidad, en una rueda, pero además entran en contrarruta por la calle Ballivián, desde la Libertad, y antes de continuar por la Independencia.

Muertes y reincidencia
Las publicaciones en medios de comunicación reflejan que desde 2019 ya se intensificaba el problema de las carreras clandestinas, con una intervención del Ministerio de Gobierno en mayo de 2021.

Estaban en las avenidas Cristo Redentor, G-77 y Cambódromo, pero en el último tiempo se extendieron a El Trompillo y la Plaza 24 de Septiembre, sin contar que de vez en cuando también corren en Cotoca y en Porongo.

En marzo de 2019, Cila Mariscal Chavarría (22) fue encontrada sin vida a un costado de la carretera a Porongo, luego de sufrir un accidente en moto y sin recibir socorro, según el informe de Tránsito.

En esa época, la familia de la víctima apuntó a Tarast Mucharest Rocha, quien la invitó a una carrera de motos en el Cambódromo. Mucharest fue aprehendido y presentaba lesiones.

En noviembre de 2023, nuevamente apareció en escena Tarast Mucharest, esta vez en la G-77, cuando José Andrés López Cabrera (19), un estudiante de Derecho, perdió la vida en una carrera clandestina.

En esa oportunidad, Mucharest Rocha fue identificado como el sujeto que atropelló a López, y que luego se dio a la fuga. Según el comandante departamental de la Policía, coronel Erick Holguín, Mucharest tiene múltiples antecedentes desde 2019, por homicidio en accidente de tránsito, estafa, estelionato, asociación delictuosa, entre otros.

Al salir de Palmasola, en enero de este año, Mucharest mordió y fracturó el dedo y amenazó de muerte a un fiscal, cuando le negaron la devolución de su moto en una comisaría de Satélite.

Tránsito reportó que en los tres primeros meses de este año, en Santa Cruz, hubo 710 accidentes con motos, y 45 fallecimientos.

Para Fede Morón, el que deja que esto suceda, sobre todo desde hace tanto tiempo, es porque siempre recibe su ‘toco’. “Así funciona esta ciudad”, lamentó.

PARA SABER
LOS RESPONSABLES
En 2013, luego del homicidio de Álvaro Escalante, la zona del Urubó, que por años fue uno de los lugares predilectos para los aficionados a las motocicletas, fue desplazada. Los motoqueros cambiaron la ruta para evitar a los violentos, pero recalcaron que así como hay malos conductores, también hay responsables, que ven esto como deporte y no como ‘joda’. En esa época, ya se contaban como 40 clubes, con 2.000 socios.
GASIFICADOS
Esta semana, un contingente de antimotines tuvo que usar gas lacrimógeno por el Trompillo, para dispersar a los motociclistas que se reagruparon ni bien acabó el operativo contra estas motos. Los vecinos creen que ya es hora de sanciones más drásticas.

Las carreras son un problema mayor
Las carreras son un problema cada vez mayor. En uno de los últimos operativos en El Trompillo se reportó gasificación ante la persistencia de los motocilistas