1 de marzo de 2024, 4:00 AM
1 de marzo de 2024, 4:00 AM



Buenos modales, educación (recibida en la casa como mínimo), maneras, formas de tratar y de conducirse, son aquellos que ya desde la tierna infancia son inculcados por los padres, tutores, parientes, colegios, etc.

Son maneras de comportarse y de conducta para una sana vida tanto familiar, vecinal, social y así progresivamente.

Ahora bien, dejando de lado definiciones, pasemos al uso práctico y la ventaja de los buenos modales: Hacen denotar las enseñanzas de los padres y maestros sobre el trato para con los demás y las consideraciones debidas de respeto.

Los padres son en lo primero que los demás piensan cuando de buenos modales y maneras se trata.

Los buenos modales, abren puertas, son necesarios en la diplomacia, en los tribunales de justicia, en las relaciones internacionales, hasta en la guerra como se recuerda al Sultán Salahadin, por no mencionar otros y como ejemplo.

La elegancia y superioridad que confieren los buenos modales es proverbial “lo cortés no quita lo valiente”, etc.

Sucede y no es de ahora, sino que se viene escuchando hace rato ya, cosas como: Tenga usted una personalidad fuerte, grite, insulte, no pida permiso, no salude, sea grosero. Eso es carácter fuerte...

Todo lo contrario, comportamientos como los que seguramente vemos, escuchamos a diario y hasta fomentado por algunos padres y pseudo profesores, es verdaderamente lastimoso. Pues el tener un carácter fuerte, no tiene nada que ver con ser grosero y mal educado.

En este entendido, hoy recobra importancia estos temas de las buenas maneras (no solamente a nivel personal y socialmente de forma estricta) sino también en esta era digital con mensajería instantánea, nuevas tecnologías y otras que aparecerán más adelante y que también, como es sabido y por analogía, son aplicables los buenos modales y maneras.

En resumen, los buenos modales y maneras es una tarea muy delicada que en primer término involucra a los padres, a las instituciones educativas y como una forma de superación personal constante. Pues no es propio el trato descortés con el prójimo para hacerse respetar. Todo lo contrario, una personalidad serena y segura de sí misma, logra más que un desenfrenado iracundo malcriado.

Siempre es bueno tener algún manual de buenas maneras a la mano para darle una repasada. Así como capacitarse en ello, en especial quienes aspiren a liderazgo, ya sea empresarial, institucional, función pública, diplomacia, política (en especial estos últimos) y en general, viene bien a todos, contribuyendo a la paz social.

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