Opinión

Sociedad, política y ciencia social

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17 de junio de 2021, 5:00 AM
17 de junio de 2021, 5:00 AM

Una sociedad o comunidad humana puede ser vista de distintas maneras, aquí la entendemos como un objeto de estudio. Desde los primeros hombres vieron la necesidad de vivir en comunidad, dado que no podían sobrevivir aislada o individualmente sin morir en el intento. Desde el principio entonces surgieron los problemas, cómo regular la convivencia del grupo, qué es lo de uso común y qué de uso privado o individual, quién manda o dirige el grupo y cómo se determina eso, se hizo imprescindible normar, “legislar” la convivencia. Estos problemas se fueron complejizando a escala social e histórica, en el tiempo y el espacio. Así, no es lo mismo normar esos problemas para 20 personas, 200 personas, 2.000.000 millones de personas, o la China actual que tiene alrededor de 1.500 millones de personas.

Para estudiar, analizar, entender y racionalizar esta complejidad, la humanidad se dio o creó algunas ciencias, se vio en la obligación, tuvo la necesidad ineludible de inventar disciplinas que hagan posible la convivencia, sin las cuales difícilmente podría ser viable una sociedad o vida común. Así surgen la filosofía, la historia, economía, sociología, antropología, política, en suma las ciencias del hombre, ciencias humanas como le dicen en Francia o ciencias sociales.

Estas ciencias responden (en forma simultánea y concurrente), o por lo menos intentan responder, a varias cuestiones esenciales de nuestro tiempo, como las relaciones entre el trabajo y el capital, las migraciones de una región a otra, la construcción y planificación de una ciudad (la regulación de los comerciantes gremiales y el transporte público informales y su penetración económica, política y cultural en Santa Cruz), las relaciones económico sociales, las relaciones culturales en una Sociedad o región, sus expresiones ideológicas y políticas, su “índice de poder”, esto es, el grado en que la sociedad se identifica y consiente, acepta o tolera la autoridad, y en un lugar como Bolivia las relaciones entre las regiones y el poder central, el rol sociocultural y la función política de la diversidad étnica, y cómo se norma, ordena o racionaliza esa complejidad o mundo social desde el campo político.

Santa Cruz, como la región más desarrollada de Bolivia, con los mejores índices económicos, productivos, sociales y de desarrollo humano, no ha desarrollado sin embargo las ciencias sociales, tenemos un vacío científico-técnico, una omisión intelectual y cultural producida y arrastrada históricamente, que lógica y naturalmente tenía que producir un vacío ideológico político como el que tenemos. Hay lo que llamo un desfase político, nuestra cualidad política no refleja nuestra realidad económica y mientras no solucionemos o corrijamos esta falencia dudo mucho que avancemos o no avanzaremos a la velocidad que debiéramos.

Por ejemplo, se ha cuantificado cuánto ha perdido y cuánto pierde Santa Cruz por no desarrollar el Mutún y otros proyectos económicos, cuánto perdió y pierde por no tener una buena relación política con el régimen central o por no tomar el poder central, cuánto afecta a la salud e higiene mental, a la estética y ética social y por tanto al ambiente y potencial económico, la anomia permanente en que vivimos.

*Vasileiv Seoane García es Sociólogo

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