Aunque aún son pocas, la cantidad de estos emprendimientos se incrementó en este último año. La mayoría de ellos se encuentra en el área de e-commerce y market place

22 de noviembre de 2022, 6:43 AM
22 de noviembre de 2022, 6:43 AM


Toda crisis puede ser una oportunidad y eso lo saben bien las startups de Bolivia, que han tenido que apoyarse en la resiliencia, en la capacidad de adaptación y en la eficiencia para afrontar la desaceleración internacional y la compleja coyuntura nacional.

“La situación global, la contracción económica, los conflictos sociales, son momentos muy duros los que estamos viviendo en Bolivia. Los mercados se han reducido y los problemas se han acrecentado, pero esta es una gran oportunidad para ser mucho más eficientes y competitivos”, afirmó Antonio Laredo,
director de Asuntos Corporativos de Mamut, empresa cochabambina que fabrica pisos amortiguantes.

“Las startups con mayor éxito han nacido en épocas de crisis y, desde el punto de vista optimista, tenemos que ver a la crisis como una oportunidad”, coincidió Antonio Riveros, presidente de la Asociación de Emprendedores Tecnológicos Startups Bolivia (AETB).

Materiales.com.bo, por ejemplo, que nació pocos meses antes del inicio de la pandemia, se posicionó rápidamente en el mercado con el boom de las ventas en línea causado por las restricciones y por ser una de las pocas librerías que aún atendía al público con un amplio stock de productos.

Ahora, ante la desaceleración, “queremos seguir invirtiendo para seguir creciendo y, para ello, es necesario seguir transformándonos e innovando”, indicó Cristina Paz, fundadora de la plataforma cruceña, que ofrece en línea materiales escolares y de oficina. 

Laredo, a su vez, contó que Mamut aprovecha este tiempo de contracción económica para trabajar también en su diversificación y su crecimiento continuo. En este marco, invirtió en la implementación de modernos sistemas de teletrabajo, la apertura de oficinas en La Paz y Santa Cruz, el inicio de operaciones en Paraguay, la exploración de mercados como México y Estados Unidos, la construcción de una planta en la capital cruceña y en la ampliación de sus líneas de producción en su fábrica de Cochabamba.

“Hay dos formas de afrontar las crisis. O nos hacemos mejores, más fuertes y competitivos, para sobrevivir en el mercado, o dejamos que el contexto y la inercia negativa nos hundan. Nosotros hemos decidido generar más ideas creativas, mercados, inversión e innovación que nos permitan estar preparados para crecer cuando llegue la reactivación económica”, expresó.

Esta respuesta favorable del sector a situaciones adversas se evidencia también en el Mapeo del Ecosistema de Tecnología Digital de Bolivia de este año, el cual muestra que la cantidad de startups activas en el mercado nacional creció en 19,3%, de 155 en 2021 a 185 en esta gestión. 

“Los datos obtenidos son alentadores. No solo hay más startups activas en el ecosistema en 2022, sino que hay un mayor número de startups nuevas, prácticamente el doble que en gestiones pasadas”, indica el estudio de las fundaciones Solydes y Emprender Futuro.

Y la cifra de estos empredimientos es mayor si se incluyen los vinculados a la economía circular y energías renovables, según un estudio aún no presentado de la Fundación IES y la Cainco.
“Identificamos unas 215: el 61% tiene como base de operaciones Santa Cruz, el 21% La Paz, el 11% Cochabamba y el 7% en el resto de Bolivia”, informó Francisco Javier Román, directivo de la Asociación de Emprendedores de Bolivia (ASEB), uno de los coautores de la nueva investigación.

“Cada vez está siendo más óptimo invertir en startups, hacerlas crecer y trabajar” en estos emprendimientos, lo cual tiene que ver con la disponibilidad de inversiones para estos proyectos y con los avances en la colaboración de los distintos actores de este ecosistema, aseveró.

Riveros explicó que las empresas tecnológicas que más están sintiendo los efectos de la desaceleración internacional son las grandes, como Facebook, Twitter y Amazon, que para mantener la eficiencia de sus operaciones han tenido que realizar despidos masivos. Sin embargo, las startups pequeñas y medianas —si bien afrontan también necesidades de eficiencia — tienen aún a disposición fondos de capital de riesgo a los que pueden acceder si demuestran resultados.

Estas empresas “tienen aplicaciones, productos digitales que en coyunturas como esta resuelven problemas de logística y evitan la presencialidad”. Es así que “muchas de las startups están incluso aumentando ingresos en estos conflictos”, sostuvo.

La inversión en el sector se activó en los últimos dos años, lo que permitió el ingreso de bolivianos a nuevos mercados, destacó Viviana Angulo, directora y cofundadora de la aceleradora Pista 8.
“A pesar de la desaceleración, la industria no ha dejado de mirar nuevos espacios, como la inversión en startups lideradas por mujeres y la inclusión en tesis de fondos maduros y nuevos ecosistemas jóvenes. Tal es el caso de Bolivia y Paraguay”, afirmó. 

Según Laredo, en el actual contexto, las inversiones en el sector se orientan a proyectos “más seguros”, que generan utilidades, aunque sus volúmenes de ventas no sean tan grandes ni su crecimiento tan exponencial. “En Bolivia vemos lo mismo”, acotó.
Pese a la coyuntura nacional e internacional adversa, los expertos prevén que el sector cerrará este 2022 con cifras positivas.

“Necesitamos ser resilientes y esperar que la crisis termine pronto, revisar nuestros costos para que nos golpeen lo menos posible y seguir buscando fondos internacionales que nos permitan capitalizarnos. Para eso necesitamos que nuestros modelos estén lo más saludables posible. Eso se resume en resiliencia y eficiencia”, finalizó el presidente de la AETB.