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23 de mayo de 2024, 4:00 AM
23 de mayo de 2024, 4:00 AM

Jorge Lizárraga

Si Bolivia abriera sus fronteras para hacer negocios con los otros, la cosa sería diferente. “sin embargo, las reglas deben cambiar y eso no es por ley es por reforma constitucional”.
Un mercado libre pero con una regulación institucional es clave, prever restricciones, pero sin imposiciones es importante, acuerdos de libre comercio con países similares al nuestro o al menos aliados es estratégico, considerando el tamaño de nuestro mercado, pero una agenda pactada internacionalmente y una discusión sensata y serena con nuestros más leales y útiles socios, harían sin duda de que el modelo se abriera más para afuera, considerando la labor interna realizada a la fecha, por lo que dicha apertura pudiera conducirnos al ciclo 4.0. de superación institucional, política y económica, por lo siguiente:
Superación institucional, debido a que se generarían oportunidades de negocios internacionales altamente significativos y rentables, la importancia de promocionar un país no radica en el hecho de hacer política sino de saber hacerlo y su elixir es simplemente saber hacer negocios, ¿Quiénes saben hacer negocios? Los privados no el Estado; ¿quién sabe vender? Los privados no el Estado, ¿pero ¿quién tiene el poder de garantizar fluidez de relaciones?, el Estado no los privados, ¿y quién podría conducirnos hacia ese norte? ¿Arce, Evo, Manfred? (el primero luchando contracorriente aun así firme, el segundo una paria y falto de compromiso por el país y el tercero con posibilidades, pero con altas probabilidades de no tener éxito por presiones sociales).
Superación política, porque ya habríamos consumido casi la totalidad del tiempo en distinguir la verdad de la mentira, lo lindo y feo del pasado y del presente, no obstante, hasta ahora no vimos de manera conjunta un futuro con sabor a triunfo nacional. Ese triunfo no es sino mantener relaciones políticas estrechas sobre asuntos de interés nacional y separados por asuntos de interés partidista, la diferenciación entre derecha o izquierda o socialismo y capitalismo esta trillado y hoy por hoy ni los más fervientes defensores de una u otra posición pueden mantener lo que en otrora fuera el desencadenante dialéctico político, dado de que se acepta que es necesario un bienestar social como relevante también es mantener un equilibrio con la libertad económica y presencia del Mercado, por lo tanto porque no sentarse en una sola mesa y discutir sobre un futuro prometedor como país?.
Hoy por hoy, la gente entiende menos de política y se centra más en los intereses individuales de mejoramiento de su calidad de vida, (incluso los intereses colectivo- organizacionales han demostrado que están fracasando no por su conformación sino por las personas que las integran), poder comprar y vender libremente, poder decidir sin presión o amenaza , pagar impuestos y saber que dichos pagos van destinados hacia una mejora de la vida de su pueblo, sin embargo, hasta tanto manejemos la realidad nacional como algo político “lastimosamente no podremos llegar a un puerto y destino feliz, aun ese puerto no nos pertenezca” y aunque nos guste hablar mal, debemos reconocer que no todo lo que se hizo a la fecha fue malo pero si mejorable, como tampoco todo fue grandioso sino aceptable en términos comparativos con el pasado neoliberal y por tal, hay esperanza para el país, nuestras empresas y nuestra economía, no lo creen?.
Superación económica, dado de que hoy el modelo ha ido destinando sus esfuerzos por reconocer y atender a quienes antes fueron evadidos y olvidados, por lo que corresponderá que ahora hagamos de este país más productivo, con mayores oportunidades de negocios e inversiones y donde el gobierno central y las ETAs, pueden cumplir un rol extremadamente importante a tal punto de que grandes inversiones podrían ser compartidas en forma de empresas intergubernamentales y por fin apreciar una simbiosis maravillosa de gestión pública y política a nivel subnacional, o que decir de la participación público-privado en negocios, o finalmente otorgar mayores oportunidades a grandes empresas privadas para que produzcan más, generen mayores fuentes de empleo, paguen más impuestos, etc.
Finalmente, el asunto no solo pasa por el interés político interno, sino también de la eficiencia, sagacidad, y patriotismo que solo nuestros representantes en el exterior pueden acometer y formalizar para reconocer los legítimos intereses de Estados hacia nuestras universidades, empresas e instituciones, por lo que se trata de una cuestión de autoconvencimiento y buena letra, claro, acompañado de una situación interna de estabilidad económica, política y social y donde todos o la gran mayoría deseemos un bienestar general para casi 13 millones de individuos que solo pedimos una oportunidad para poder vivir mejor y en armonía, por lo que ¿su voto iría para?


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