Opinión

Tambores de guerra

5 de octubre de 2020, 5:10 AM
5 de octubre de 2020, 5:10 AM

Los candidatos del MAS están anunciando que, si llegaran a perder las elecciones, tomarían el poder “en las calles”, lo que anuncia una guerra, porque para lograr ese propósito tendrían que derrotar a la mayoría de los bolivianos.

El anuncio belicista se produce a pocos días de la propuesta hecha por el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, para conformar en el mundo una “coalición global” para enfrentar a China, un país que amenaza a las sociedades democráticas, según sus palabras.

Y se produce este anuncio cuando se conocen encuestas que predicen lo que todos saben: que el partido del cocalero va a sufrir una derrota que, curiosamente, ha de mostrar solamente los verdaderos resultados de las cinco elecciones anteriores pero que fueron suplantados por el fraude, un fraude que, lamentablemente, no ha sido desmontado del todo.

La coalición que propone Pompeo todavía no está conformada, mientras que China ya cuenta con la suya, funcionando a la perfección.

El gobierno argentino, presidido por un títere de Cristina Kirchner, mostró en los últimos días que milita fielmente en la coalición china. Rechazó en la OEA el informe sobre las violaciones a los derechos humanos en Venezuela y luego ordenó a los colegios públicos de Buenos Aires abrir sus puertas a los residentes bolivianos para que voten el 18 de octubre, después de haber negado el permiso que piden los padres de familia porteños para que los niños puedan llegar a sus colegios, aunque sea para saludarse.

La coalición presidida por China es integrada por Rusia, Irán, Turquía, Cuba, Venezuela y Nicaragua, además de Argentina. Una coalición que propicia el terrorismo islámico, incluso dentro de Argentina, como ocurrió con el atentado contra la AMIA del 18 de julio de 1994, cuando murieron 85 personas, entre ellas ocho bolivianos. Para entrar en esta organización, los peronistas argentinos tuvieron que cruzar ríos de sangre, de sangre argentina.

Las elecciones bolivianas marcarán una definición de los ciudadanos ante este dilema que se presenta en el mundo, con una nueva guerra fría que por el momento es solamente económica, pues China ha extendido sus tentáculos en América Latina. En Bolivia, durante el gobierno del cocalero, la China consiguió el permiso para que sus empresas exploten el oro de los ríos amazónicos e incluso en las faldas del Illimani, algo que siguen haciendo sin problema.

El partido de Donald Trump envió a los residentes hispanos en Estados Unidos un mensaje en que les dijo que en sus propias elecciones, el 3 de noviembre, se definirá si ese país es una colonia de la China o sigue siendo la mayor potencia económica del mundo.

Los tambores de guerra están sonando en Bolivia.



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