Opinión

Tecnología al servicio del hombre

9 de octubre de 2020, 5:00 AM
9 de octubre de 2020, 5:00 AM

La crisis del coronavirus nos ha vuelto más tecnológicos. Hemos aprendido a pagar nuestras facturas de servicios básicos por sus aplicaciones, el supermercado lo hacemos desde nuestro celular y a través de las redes sociales podemos comprar desde una aguja hasta una casa.

Aparte de analizar y utilizar el comercio electrónico logré capacitarme a través de sus diversas plataformas, como ser: Zoom o Meet.

“Roberto fue probablemente el hombre más infeliz del mundo durante 17 horas continuas”, Crónica tribus de la inquisición, de Roberto Navia. Navegué por el mundo de la crónica con maestros formidables como son Roberto Navia y Darwin Pinto, con ellos aprendí cómo se desmenuza una historia utilizando un sinnúmero de artilugios literarios para hacer que el lector se encienda con el texto; conocí a Caparrós, a Tomas Eloy Martínez, a Kapuscinski, a Leila Guerriero, entre otros cronistas importantes, eso mientras tomaba un mate en la comodidad de la sala de mi casa.

“El perfume de sándalo, de la rosa y el jazmín no pueden viajar en contra del viento, mas la fragancia de un hombre bueno viaja a donde quiera: está en todas partes” (Buda). Mientras observaba cómo mis dos hijos resolvían problemas matemáticos, yo, con mis audífonos, aprendí sobre Buda, conocí sobre la ética de Confucio, entendí el mito de las cavernas de Platón y la moral anicómoda de Aristóteles, a través de un curso de filosofía.

Uno de los mejores fotógrafos de naturaleza, con su paciencia de cazador certero, me enseñó cómo se apunta a través del lente teleobjetivo para captar el momento exacto cuando un colibrí extrae el néctar de una flor; con Rubén Darío Azogue aprendí a escribir a través de la fotografía, mientras mis hijos miraban una serie en Netflix.

Con uno de los mayores exponentes de poesía en nuestro país, como es Gabriel Chávez Casazola, aprendí el arte de escribir un poema, algo que realmente me costaba tomando en cuenta mi inclinación hacia las notas periodísticas. Ahí va el final de un poema mío.

Patio / selva silenciosa / historia encajonada / generaciones hablándole al viento.

Patio / inmóvil / inerte / mientras el recuerdo / se funde / como una humareda.

No hay excusas. La tecnología al servicio del ser humano aprovechémosla.

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