2 de agosto de 2023, 4:00 AM
2 de agosto de 2023, 4:00 AM


En su último Informe Macroeconómico de América Latina, la Cepal identifica tres riesgos económicos y sociales que la región enfrenta en 2023: la pobreza y la desigualdad; la presión en los recursos y gastos fiscales; y la baja productividad. Estos peligros, interconectados y complejos, se combinan con otros retos transversales como el cambio climático, la necesidad de una mayor inclusión, y el fortalecimiento de la institucionalidad y del Estado de derecho.

El estudio denominado “Preparar el terreno para un crecimiento renovado” señala que el primer problema es la pobreza, que este año alcanza al 32% y que podría incrementarse. Las urgencias en este aspecto son avanzar en una mayor formalización laboral y extender las redes de cobertura social.

Los niveles de desigualdad son también un reto significativo, debido a que se han evidenciado señales de su crecimiento en varios países, lo que genera tensiones y conflictos sociales y políticos. La brecha entre ricos y pobres crea un entorno social polarizado y puede afectar la cohesión social y la estabilidad política, señala la Cepal.

El segundo riesgo es el aumento de la inflación. En criterio de esta institución, la pandemia ejerció una presión significativa sobre los recursos y gastos fiscales, lo que llevó a un aumento de la deuda soberana, superando el 70% del PIB en algunos países. “La inflación por encima de las metas junto con la previsión de un bajo crecimiento dificultará la posibilidad de encontrar el balance correcto de las políticas monetaria y fiscal necesario para volver a una senda de crecimiento económico sostenido”, señala el informe.

El tercer problema es la ralentización del crecimiento. La región enfrenta una baja productividad que limita el crecimiento económico a largo plazo. Con un crecimiento estimado en solo el 2%, es difícil alcanzar los objetivos de desarrollo de la mayoría de los países de la región. La falta de avances significativos en la productividad puede afectar la competitividad y la sostenibilidad del crecimiento económico, afirma.

La Cepal sugiere que los países de la región necesitan ajustar sus políticas monetarias y fiscales para evitar una contracción económica más profunda y establecer las condiciones para una recuperación más rápida. Además, menciona que fortalecer el actual marco de políticas es crucial para mitigar el efecto de los shocks externos que afectan a la región; considera que la política fiscal debe centrarse en llegar a los sectores más pobres; y menciona que los subsidios se deben focalizar en los problemas de la pobreza y la desigualdad, ante la eventual caída de los precios de los commodities.

El informe también destaca la importancia de promover la inversión en infraestructura, particularmente movilizando los recursos del sector privado a través de la inversión pública, como una política clave para reducir la pobreza y la desigualdad cuando hay restricciones fiscales.

El análisis de este organismo regional coincide en muchos aspectos con el Banco Mundial (BM) que, además del diagnóstico de la Cepal, añade otros desafíos como los efectos cada vez más graves del cambio climático, que ya ocasionó importantes pérdidas económicas y sociales en varios países de la región. El BM estima que 17 millones de personas podrían verse obligadas a abandonar sus hogares y casi 5,8 millones caerían en la pobreza extrema hasta 2030, debido a la falta de agua potable, las inundaciones, las sequías, el calor excesivo y los huracanes.

También menciona a los niveles de informalidad generados por las costosas regulaciones que han obligado a la mayoría de los emprendimientos a permanecer fuera del sistema, limitando su acceso al financiamiento. “Los mercados laborales también son dominados por la informalidad, que aumentó del 57% antes de la pandemia al 63% en 2021, mientras que la asistencia social es escasa”, señala el Banco.

Finalmente indica que la región transita por la peor crisis migratoria de su historia, recordando que alrededor de 7,5 millones de venezolanos salieron de su país desde 2015, mientras que 1,7 millones de haitianos se encuentran en el exterior, sumándose a los dos millones de desplazados internos.

Es indudable que América Latina enfrenta desafíos complejos y que, para abordarlos de manera efectiva, es esencial implementar políticas integrales que busquen mejorar la productividad, reducir la pobreza y la desigualdad, y fortalecer el marco institucional. 

La cooperación regional también es crucial para enfrentar los retos comunes y encontrar soluciones conjuntas. Solo a través de un esfuerzo coordinado y sostenido será posible alcanzar las aspiraciones de desarrollo y bienestar para las poblaciones de la región.

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