Tiene 34 años de edad y ya tuvo que enfrentar enfermedades complejas. Lleva dos años luchando por su vida y su familia

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1 de diciembre de 2019, 3:00 AM
1 de diciembre de 2019, 3:00 AM

Daniel (nombre ficticio) es un reflejo claro de la frase de que “a los pacientes con VIH les afectan otras enfermedades oportunistas”, debido a sus bajas defensas. Daniel tiene 34 años y ya ha enfrentado enfermedades graves. En 2017 le dijeron que era positivo VIH-sida y casi de forma paralela también le informaron de que tenía cáncer en los ganglios.

Como si la vida se hubiera ensañado con él, pocos meses después de someterse a quimioterapias por el cáncer, sufrió una embolia que lo obligó a estar internado casi sin poder moverse. De este mal aún en la actualidad tiene secuelas visibles, como la dificultad para moverse.

A finales de 2018 le detectaron úlceras en el estómago. Aunque ese año también trajo buenas noticias, pues luego de someterse por meses a quimioterapias, sin abandonar su tratamiento de retrovirales para el VIH, le dijeron que estaba libre del cáncer. 

“La vida no fue nada fácil para mí, es un sufrimiento tras otro”, cuenta entre lágrimas en el pequeño espacio en el que vive. En su habitación solo hay una cama, no tiene más muebles. Para sustentar sus tratamientos debió vender lo poco que logró ahorrar.

Daniel es padre de familia y, pese a sus enfermedades, con su esposa se dan modos para salir adelante, con trabajos eventuales que consiguen y con la solidaridad de sus conocidos. 

La doctora que lo atiende, María Severiche, con consentimiento de Daniel, explicó que él periódicamente asiste a recibir sus medicamentos. Confirmó que en 2018 él entregó para su historial una última biopsia con la que le confirmaron que ya no tenía cáncer. 

Este mal y el cáncer 

Las doctoras del área de estadísticas del hospital Oncológico explicaron que cada mes se registran unos tres pacientes con VIH-sida. 

De acuerdo al programa de estadísticas de ese nosocomio público, la mayoría de estos casos se registran en personas entre 30 y 40 años de edad.

En estos casos, al igual que Daniel, el paciente recibe los tratamientos de ambas enfermedades de forma paralela; es decir, mientras recibe los retrovirales para el VIH también debe asistir a sus quimioterapias programadas. 

Aunque en estos casos los pacientes son aún más vulnerables por sus bajas defensas, si reciben tratamiento, sí tienen probabilidades de vivir varios años más. 

Para colaborar

El teléfono de Daniel es 621-23082 para los que deseen ayudarlo