9 de diciembre de 2022, 4:00 AM
9 de diciembre de 2022, 4:00 AM

Es que el bloqueo al vertedero en las dos primeras semanas del paro fue criminal.

Lo que llama mucho la atención (a no ser que lo mantengan en reserva) es que ni los concejales, ni el Colegio de Abogados, ni el Colegio de Arquitectos y/o nadie visiblemente haya iniciado algún tipo de acción penal a los responsables materiales e intelectuales del diabólico bloqueo al vertedero de la ciudad.

Hemos visto por prensa timoratos discursos y señalamientos a iniciar medidas legales, pero de las palabras a los hechos se ha demostrado que existe mucha distancia. Como siempre.

Públicamente el autor material del bloqueo tiene nombre y apellido, y es el dirigente de la comunidad San Miguel, un sujeto que lleva el nombre de Pablo Salinas, quien ante los medios de comunicación expresó públicamente que rechazaba el paro indefinido por el Censo en 2023  y por ese motivo los vecinos bajo su comando impidieron por más de 14 días el ingresos de los camiones de la empresa que recoge la basura de la ciudad. El Sr. Salinas fue más allá, dijo: “Queremos demostrar que los que tenemos hambre queremos joderle a Camacho y a Calvo, que tengan hambre también ellos, porque aquí el pueblo de a pie, los vecinos del vertedero queremos trabajo, transitabilidad, educación y salud pero sin bloqueos”. Es decir ellos bloquean porque no quieren bloqueo, pero quieren joderle la vida a alguien. Confuso. Pero el bloqueo existió y la ciudad sufrió por muchos días las consecuencias de la acumulación de basura, por causa de este energúmeno y sus seguidores.

Y como autor intelectual, aunque creo que esa categoría “intelectual” no le calza, es el mismísimo alcalde municipal del mayor municipio de Bolivia, la vibrante, rebelde y democrática Santa Cruz de la Sierra, el señor Jhonny Fernández. Y sí, se ha demostrado en los mismos videos y por los medios de prensa que gente del círculo más cercano del alcalde ayudaba y proporcionaba logística al jefe de la comunidad San Miguel, ese señor Salinas, que recibía instrucciones y llevaba a cabo aparentemente los acuerdos secretos que se hicieron públicos entre Jhonny Fernández y el presidente Luis Arce Catacora para perforar el paro de la ciudadanía cruceña.

Este accionar del alcalde no sorprende por la errática e inmoral carrera política que ha tenido, pero su histórico refrán “roben pero que sea poco” quedó muy pequeño ante tamaña confabulación contra su propio pueblo para beneficiarse Dios vaya a saber qué, y que sin duda será al divino botón.

La calidad moral de Jhonny Fernández es del mismo color de su vestimenta, por lo que mientras sigamos viendo a un colorido personaje en el escenario, debemos estar alerta que alguna patraña se deberá estar cocinando.

Lógico, todo el mundo lo sabe, las redes sociales lo han apuntado de manera certera y con mucho sarcasmo, pero las acciones legales por ese accionar, que los lleven a los estrados judiciales y deban pagar sus penas aún no lo hemos visto y esta columna exige que los anteriormente nombrados, incluyendo las entidades ambientalistas de manera inmediata, inicien los procesos que correspondan y se haga justicia.

Mucho es el castigo que sufre esta región y esta ciudad con los ataques del masismo, para que se le incremente el ataque interno de su propio burgomaestre. Eso es intolerante y debe ser punido de manera severa.

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