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22 de agosto de 2024, 4:00 AM
22 de agosto de 2024, 4:00 AM

No hay como negar que los asesores cubanos y venezolanos del proceso de cambio son los mejores en su campo, lástima que su campo sea la estafa política, la jugada de convocar a gabinetes sociales, políticos y económicos justo al momento en que los sectores populares comienzan a movilizarse, distrayendo, por lo menos momentáneamente, la magnitud del  descontento nacional, lo que le permite al gobierno tomar oxígeno y mantener el libreto.

Ante la debacle económica, más de 1 año de escasez de dólares, creación de tipos de cambio paralelos, iliquidez del gobierno que impide pagar a los proveedores internacionales de carburantes, amas de casa quejándose por el alza de precios, mientras el INE niega inflación, contradictoriamente el viceministerio de defensa del consumidor con operativos de control de precios, y un rosario de promesas incumplidas por parte del ejecutivo, el transporte pesado en apronte; el 26 de junio se fabricó un golpe.

La latencia de las medidas del transporte pesado con bloqueos diseminados, médicos contra la jubilación forzada, gremiales desmintiendo al gobierno que los yuanes sean una opción,  el tipo de cambio paralelo duplicando al oficial, la queja por lo engorroso de la importación directa de diésel, YPFB garantizando la provisión de combustible, los surtidores saturados con filas kilométricas, barcos que no pueden descargar carburantes, recurriendo al presidente de Chile para habilitar el puerto momentáneamente; más de 1 millón de hectáreas incendiadas en el oriente; el 6 de agosto, el mensaje presidencial, sin la hidalguía para confesar la existencia de una crisis económica, propone como solución a todos los problemas, un referéndum para definir: la eliminación de la subvenciones a los hidrocarburos, la reelección discontinua y ampliar los escaños del parlamento.

Mientras no cesaba el diluvio de críticas al mensaje presidencial, se introduce un recurso abstracto de inconstitucionalidad, buscando convocar directamente dicho referéndum. La ANH confiesa que el gobierno no tiene capacidad para impedir la salida de carburantes vía contrabando, se anuncia que el miércoles 14 de agosto se convocará a los empresarios al “Gran Diálogo Nacional por la Economía”.

Se invade las redes de falsas noticias de que el dólar hubiera rebajado a 7 bolivianos gracias al “mensaje tranquilizador” del presidente, cuando en la calle no bajaba de los 12 bolivianos, mientras se confirma que el gobierno perdió un laudo internacional por 10 millones de dólares.

Ante semejante contexto, el gobierno, como señal de apertura, cambia tres ministros, en La Paz reúne al denominado gabinete social, movimientos afines sin la menor idea de economía; en Santa Cruz se reúne con 6 gobernadores, ambos le dan su respaldo, los afines piden control de divisas y los gobernadores plantean reprogramación de créditos y solicitan un nuevo pacto fiscal.

Con este apoyo político, el gobierno recibe a los empresarios, cuyo resultado sabe a contubernio, se asegura que no habrá control de divisas y se acuerda 17 puntos, pero ninguno ataca la raíz de todos los problemas económicos del país, el déficit fiscal, se inclinan por solucionar la escasez de dólares incrementando deuda externa; no se eliminan gastos superfluos, como propaganda, viáticos, etc. El aparato público en aumento, familiares ubicados en distintas dependencias del estado, sin las cualificaciones necesarias, ganando más que el ciudadano promedio, con sus incrementos acostumbrados y beneficios sociales; los empresarios se adjudicaran licitaciones, un sinfín de manera dudosa, hasta que la población pierda capacidad de gasto para demandar los bienes que ofertan las empresas.

Esperemos que lleguen las elecciones antes que el MAS termine por destruir la economía nacional y que los empresarios tengan una actitud más consciente de la realidad.

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