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3 de julio de 2022, 4:00 AM
3 de julio de 2022, 4:00 AM

El año 1952, Hugo del Carril dirigió y protagonizó la película “Las aguas bajan turbias”, que se considera, hasta ahora, una de las películas más destacadas de la filmografía argentina y, su título (no la trama, que es de rebelión y acá hay corrupción) sirve para decir que, parece que en el país las aguas ya bajaron y lo que queda es un país “turbio”.

Y es que, cuando uno ve y escucha al presidente del Estado decirle a su ministrito de Gobierno: “Tenemos que encarar una profunda reconstrucción de la Felcn o darle una institucionalidad de vida para encarar todo esto que se viene tejiendo en nuestro país”, tiene la impresión de que, desde de noviembre de 2020, hasta ahora (1 año y 7 meses), “los malos policías” (aludidos de esa manera por el mismo presidente) hicieron lo que les dio la gana y que ahora hay que trabajar en la  “reconstrucción” de la Fuerza antidrogas. (Tarde… se los dejó avanzar mucho)

Se cambió el mando policial entero y no se removió nada referente al narcotráfico; suponemos porque es nuevo, cambiado en abril de este año, tras el escándalo de los llamados “narcoaudios” publicados por Evo Morales (mirá de quién vino a denunciar protección) producto de un operativo en el que, por declaración del Cnel. de policías Yerko Terán, que se animó a denunciar (al fiscal de Chimoré) se lo obligó a salir del lugar (Valle Sacta). EXFILTREN, fue la palabra que destacó Terán cuando asegura haber recibido la orden del Cnel. Franco Jaime Arancibia, quien, a decir del denunciante, recibió la orden de nada más y nada menos que del ministro de Gobierno y del viceministro de Sustancias Controladas, Jaime Mamani, (pág. 2 de la denuncia firmada por Terán). Al parecer Terán está en problemas por ello. Tómese en cuenta, también, que el mismo denunciante cita al Cnel. José María Velasco, director nacional de la FELCN.

A decir de Terán, el propio viceministro Mamani, que a partir de esa denuncia, se convirtió en el “portavoz” de los operativos, le reclamó airadamente “por qué no hizo caso de retirarse”. Por si acaso, Mamani es visto como la cuota cocalera chapareña en el ministerio.

Entonces, tal vez sea correcto decir que no se tocó al “talento humano” (J. Aguilera y Del Castillo dixit) que dirige la Felcn, porque es nuevo y no tenían conocimiento de que desde la FELCN salió otra orden para no actuar en otro operativo para ingresar a la fiesta de cumpleaños del Urubó, donde a decir de EL DEBER, la Fuerza esperaba detener a un importante capo de las drogas.

Don Luis Arce reconoció, la noche del viernes, que hay jefes policiales que favorecen a los narcotraficantes por el dinero que reciben de sus actividades ilegales; no lo dijo, pero debe ser parte del mismo modo de “operar” del gobierno de Evo Morales, cuando el ahora detenido Cnel. Dávila Pérez ( jefe de la FELCN)  dejó sin efecto el operativo del 30 de julio de 2019 en el aeródromo Mundaka. A decir de la nota de EL DEBER (https://eldeber.com.bo/edicion-impresa/megaoperativo-en-mondaka-anulado-por-dávila-costó-más-de-un-millán-de-dólares_270749); En ese caso, el principal detenido era un jefe narco colombiano llamado ‘el Capitán’. La acción fue supuestamente conocida por el ex ministro Carlos Romero y el ‘exvice’ (Felipe) Cáceres.

No dice nada nuevo don Arce, el propio ex ministro Carlos Romero (RTP) asegura: “que alguien diga que no hay protección al narcotráfico es alguien que está queriendo tapar el sol con un dedo o como se dice comúnmente: no hay más (peor) ciego que el que no quiere ver” y, añade que: la FELCN ya no sirve (no dice nada de Dávila, Mundaka y otros, como los ex jefes policiales de Morales con sentencias en el extranjero por narcotráfico, pero, ese es un “detalle”). El senador Leonardo Loza (MAS) llega más allá, dice que “hay que refundar la policía”.

El tema es que mientras esto se debatía en medios y se alistaba el cambio del Gral Aguilera, en Cochabamba acribillaban a dos personas y degollaban a otra y las dejaron en el camino en un vehículo, casi un mensaje mafioso, en lo que se ve como un ajuste de cuentas (habrá que saber de qué tipo y por qué razones) pero, la señal de que la violencia ha tomado las calles y caminos del país es clara. No es sólo el narcotráfico, son las tomas de tierras en el Oriente protegidas por el poder político, como en el caso Las Londras (los principales autores están “beneficiados con arrestos domiciliarios y salidas laborales, cuando no les corresponde por la violencia incurrida y sus antecedentes), son las mujeres asesinadas, maltratadas, son las miles de denuncias de violaciones a mujeres, niñas y niños, son los asaltos, son los hechos de corrupción que quedan en nada, son las denuncias en las seccionales policiales de todo el país y, frente a esto, no vale ir con medias tintas: no va a ser el niño ministro quien arregle esto y ahí se equivoca el presidente Arce que cree que no debe dar el brazo a torcer en su pleito interno con Evo Morales; el futuro del país está en juego; se trata de la seguridad de la gente.

La reconstrucción de la FELCN y de la propia Policía Nacional no pasa por ese mensaje del ministro que dijo: “Si existe algún efectivo policial que se anime a involucrarse en temas de narcotráfico le espera la cárcel. Aquí no vamos a proteger a nadie”. Ese parece ser otro mensaje mafioso: “si te pillan, estás solo… nadie va a salir en tu defensa”.

Hay diferencia entre lo dicho por el ministro a lo asegurado por Arce Catacora, quien reconoció, el viernes, en la posesión de los nuevos jefes, que hay jefes policiales que favorecieron y favorecen al narcotráfico y que para ello reciben dinero y que hay que reformar esa especie de “asuntos internos” de la FELCN.

Pero esto no se compone desde adentro sino desde afuera, con decisiones políticas y técnicas, con gente incontaminada. En la Academia Nacional de Policías o Universidad policial hay buena instrucción técnica; formarse como policía no es fácil; hay que estudiar. El tema es cuando están formados; ahí vienen los padrinazgos políticos, viene la selección por temas que no buscan al más apto sino del que mejor interprete esa idea del “pueblo uniformado” que tiene el masismo, (las admisiones de postulantes también se hacen así, en muchos casos, tanto en las FFAA como en la Policía); eso no va, eso no hace bien.

Ahí es donde debe entrar la colaboración de la UNODC, de Organismos Internacionales, de la UE, de policías de otros países que vengan a formar a la gente y, no es sólo un asunto de sustancias controladas, es en todo, debe terminarse, en lo cotidiano, el alquiler de motos” a los policías de Tránsito, el pago de esquinas, debe terminarse el salario de hambre del efectivo policial de bajo rango, debe terminarse esa especie de permiso para que el policía “saque sus pesos extras” para mantener a su familia; tiene que haber un cambio de verdad; eso no pasa por la selección del “pueblo uniformado” ni por la politización de la Institución del Orden.

¿Estará el presidente Arce en esa tónica? ¿Entenderá que el país está mal y que hay que comenzar a filtrar lo turbio, todo, para mejorarlo todo?

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