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1 de abril de 2024, 4:00 AM
1 de abril de 2024, 4:00 AM

Por Claudia Vaca/ Filóloga y Educadora

En el vasto paisaje de la literatura infantil boliviana, la saga Uma brilla como una joya preciosa. La escritora Mariana Ruíz ha tejido un tapiz de aventuras cautivadoras que nos sumergen en un mundo de maravillas naturales, culturales y lingüísticas. 

Uma, cuyo nombre significa “cabeza” en quechua, es el protagonista de estas fascinantes aventuras que se desenvuelven en los diversos escenarios de Bolivia, un país surrealista lleno de magia y misterio. Juan, el verdadero nombre de Uma, es un niño huérfano que trabaja como ayudante de camionero, pero posee habilidades extraordinarias: puede hablar con los animales, transformarse en ellos, e incluso percibir los sentimientos de los objetos.

Desde el primer libro, “Uma y el círculo mágico” (2009), el lector es transportado a través de las páginas a distintos lugares de la geografía boliviana. Cada episodio no solo es una emocionante aventura, sino también una ventana a las ricas tradiciones, mitos y leyendas de las diversas culturas del país, cada escena es un abrazo a la ecología y la conservación, al patrimonio cultural que está vivo en distintas zonas del territorio boliviano.

Los lectores que comenzaron su viaje con Uma a una temprana edad, han crecido junto con el personaje, enfrentando la vida y la muerte, descubriendo la diversidad cultural entre Oruro y Potosí, sumergiéndose en las tradiciones aimaras durante el Carnaval y el Día de Todos los Santos, explorando el Chaco a través de las leyendas guaraníes, nadando con los bufeos en el río Mamoré.

La habilidad de Uma para comunicarse con los animales lleva a los lectores a explorar la selva de Pando en busca de jaguares, o a sumergirse en el mundo de las ranas y sapos en Cotapata. En cada entrega, Mariana nos transporta a lugares como el Parque Nacional Noel Kempff Mercado, el salar de Uyuni o las profundidades del Yungas, explorando la rica flora y fauna de Bolivia de manera magistral.

En el corazón de la saga Uma, también late una cualidad que resuena profundamente en el alma de Bolivia: la resiliencia y bondad de la niñez boliviana. Este personaje, no solo es un héroe de aventuras fantásticas, sino también un reflejo de las dificultades de la vida cotidiana de la niñez del país, y el coraje con el que las enfrentan.

Uma, como muchos niños en Bolivia se encuentra trabajando desde temprana edad para ayudar a sostener a su familia en medio de las precariedades laborales y salariales que enfrentan muchos hogares bolivianos.

La historia de Uma toca fibras sensibles en la sociedad boliviana, donde la vida de los huérfanos, los desafíos económicos y las dificultades laborales son una triste realidad para muchos. A pesar de estas circunstancias, Uma brilla con su ingenio y su capacidad para encontrar luz en la oscuridad, inspirando a los lectores a enfrentar sus propios desafíos con determinación y esperanza.

La saga Uma no solo nos lleva a través de mundos fantásticos, sino que también nos recuerda la fuerza y la resistencia que reside en el corazón de la niñez boliviana.
A través de las páginas de estos libros, vemos reflejadas las historias de tantos niños que, como Uma, enfrentan el mundo con intrepidez, creatividad y amor. Pero también, como adultos lectores nos preguntamos: ¿algún día se respetarán los derechos de la niñez en Bolivia y en el mundo, donde tantos niños quedan huérfanos en medio de más y más guerras?

Mariana nos invita a ver la niñez del ser humano, elige como espacio la biodiversidad del territorio de Bolivia, no solo como un país en un mapa, sino como una red interconectada de historias y seres vivos, un lugar donde la magia, las dificultades y la capacidad de transformar la realidad se entrelazan en cada rincón del alma humana, en cada lágrima de muchos Uma del mundo.