Opinión

Un acuerdo por la naturaleza

14 de diciembre de 2020, 5:00 AM
14 de diciembre de 2020, 5:00 AM

En los últimos años, el ambiente y los bosques han sido vistos como un obstáculo al desarrollo. Por ello, se ha definido la necesidad de transformarlos para la generación de ingresos a corto plazo. Sin embargo, lo que se está haciendo es destruir el patrimonio natural de las actuales y futuras generaciones de los bolivianos y las bolivianas.

Este “modelo de desarrollo exitoso” es extractivista y expropiadora en su ampliación de tierras; y está orientado a la explotación de recursos naturales, renovables y no renovables para exportarlos como materias primas. Para ello, es válido avasallar cualquier área que contenga los denominados recursos estratégicos para la economía nacional.

Con el fin de llamar la atención de los candidatos a la Presidencia durante la etapa preelectoral de octubre pasado, cuatro redes y 100 instituciones de la sociedad civil impulsaron 9 diálogos por los bosques y el (medio) ambiente. Las interacciones políticas concluyeron con un documento base denominado “Propuesta de la Agenda Ambiental 2030”, al que se sumaron alrededor de 140 organizaciones de sociedad civil, académicas, medios de comunicación y otros.

Dicha agenda aborda nueve temáticas: modo de desarrollo nacional, bosques, incendios, biodiversidad, recursos hídricos, suelos, ciudades sostenibles, minería, cambio climático; temas que nuevamente están siendo analizados y profundizadas a partir de procesos emprendidos en tierras altas, bajas y valles.

El desafío de la agenda es promover diálogos inclusivos, amplios y transparentes para incidir en la toma de decisiones del órgano legislativo nacional para los próximos cinco años y sentar las bases para el bienestar de la población a partir del respeto y cuidado del patrimonio natural para la próxima década.

El establecimiento de esta agenda pretende: 1) reducir las presiones que sufren las áreas protegidas nacionales y subnacionales; 2) revertir el hecho de que Bolivia lidere a nivel mundial la tasa de deforestación per cápita más alta del planeta; 3) reducir la pérdida de nuestros glaciales; 4) mejorar la legislación sobre minería e hidrocarburos en favor del cuidado del entorno y, en especial, de las fuentes de agua; 5) revertir la tendencia de que las ciudades del país alberguen al 75% de la población hacia el año 2025; 6) reducir las emisiones de gases de efecto invernadero por efectos de los incendios forestales, desmontes, cambio de uso de suelo; y 7 promover el resguardo de la biodiversidad y su puesta en valor a favor de la economía nacional y las culturas de los pueblos indígenas.

Por las razones expuestas, proponemos desde la sociedad civil una Agenda Ambiental con una mirada a 10 años, nutrida de propuestas de ley para temas de agua, biodiversidad, áreas protegidas, cambio climático, suelos, bosques, minería.

El objetivo es compensar el saldo negativo de la relación ser humano-Naturaleza y tratar de cambiar la mirada de corto plazo en la economía. Además, se busca considerar los límites objetivos de la Naturaleza, y mejorar el conocimiento y conservación de las funciones ecológicas de nuestro territorio.

Los cambios urgentes y necesarios deben ser abordados desde el Estado y sociedad hasta adoptar nuevas formas de pensar, donde la Naturaleza sí importe.



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