Opinión

Un año virtual

14 de diciembre de 2020, 5:00 AM
14 de diciembre de 2020, 5:00 AM

Como lo hago todos los años, desde que escribo en el periódico EL DEBER, cumplo con entregarles mi balance del año que se va. No voy a repetir las causas y consecuencias de la pandemia porque ya fueron analizadas desde muchos puntos de vista. Voy a hacer un breve recuento de la virtualidad que se instaló en nuestros hogares.

Desde que empezó la cuarentena descubrimos que podíamos estar juntos a través de la tecnología: compartiendo una comida a través de video llamadas, brindando clases mediante video conferencias o teletrabajando en ciertas profesiones. La actividad cultural en las redes sociales se tornó intensa desde las primeras semanas, escritores, actores, músicos, pintores y otros creadores recurrimos a la virtualidad para estar presente en las redes sociales y aliviar en algo la angustia del encierro voluntario.

Los escritores y poetas en particular usamos y abusamos de las trasmisiones en vivo o grabadas de encuentros literarios, lecturas de poesía y debates sobre narrativa, poesía o cultura en general. Las plataformas virtuales nos trajeron muchos beneficios: se editaron libros y revistas digitales (ya perdí la cuenta en las que me incluyeron en estos meses pandémicos), se organizaron encuentros literarios y festivales de poesía en los que participaron poetas nacionales e internacionales que, quizá, de manera presencial hubiera sido imposible de invitar. Hubo ferias del libro virtuales en varios países y tuvimos la oportunidad de participar junto a autores que admiramos o de verlos y escucharlos en sendas conferencias. En Santa Cruz las diferentes ferias del libro que se hicieron este año contaron con centenas de autores, tanto así que las videoconferencias se cruzaban con otras convocadas por distintas instituciones, grupos de escritores o simplemente por algún autor de buena voluntad que planificaba una reunión virtual y convocaba a sus amigos y listo.

La virtualidad democratizó la literatura, escritores y lectores que no podían acceder a los encuentros presenciales, por múltiples razones, en estos meses lograron participar como protagonistas o como público en acontecimientos que reunían a escritores y poetas de todo el mundo; fueron tantos los encuentros virtuales que las redes se sobresaturaron de los mismos y los poetas y escritores hemos llegado a fin de año agotados, pero felices de hacer conocer nuestras obras a través de las plataformas virtuales. Gracias a la virtualidad nadie podrá quejarse de no ser tomado en cuenta, se trata de programar un encuentro y listo.



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