2 de diciembre de 2021, 5:00 AM
2 de diciembre de 2021, 5:00 AM

Fue fundador y director de Presencia, un periódico emblemático. Estudió Filosofía y Derecho e inspiró a cientos, como docente en estas áreas. Su libro de Criminología es guía fundamental de esta asignatura. Presidió una distinguida Corte Electoral, reconocida por defender la institucionalidad. Católico, humanista, defensor de los derechos humanos, padre, que hizo de madre, abuelo. Un amante de la vida, del conocimiento y de Bolivia.

No cabe duda que Huáscar Cajías Kauffmann fue un hombre multifacético.

Por la misma razón, el libro que conmemora su centenario lleva ese nombre. Este martes 30, se presentó la publicación, en la Universidad Católica Boliviana “San Pablo” (sede La Paz), gracias a las gestiones de esta casa de estudios y de su Departamento de Comunicación Social. En el texto se presentan ponencias y reflexiones del protagonista, acompañadas de memorias de quienes compartieron con él su multifacética vida.

En el escrito, se puede reconocer que, además de multifacético, Cajías Kauffmann fue una nítida representación del “hombre nuevo”. Ese ideal de seres mejores, comprometidos con el Bien Común, la defensa de los valores humanos, la búsqueda de la verdad y la libertad.

El “hombre nuevo” ha sido conceptualizado desde distintas perspectivas. Pero como indica D. Negro (2008), este concepto se asocia al siglo XX, cuando “se propuso mejorar, mediante la ilustración y el conocimiento científico, las condiciones de vida, pero con la vista puesta en la creación de un hombre mejor, un hombre nuevo”.

Es tarea compleja definir qué es lo “mejor” en un ser humano. Sin embargo, el recuerdo compartido de Huáscar como un hombre de mirada horizontal, cualquiera fuera su interlocutor y en todo tipo de escenario, es una innegable pauta para ser mejores.

El respeto por el otro y la búsqueda del Bien Común fue práctica de Cajías en su vida cotidiana, personal y laboral. En el libro presentado, Harold Olmos recuerda que las notas del director de Presencia eran “reflejo de su compromiso por un mundo menos egoísta y más solidario”. Asimismo, Armando Mariaca concluye su memoria sobre Huáscar como aquél que “fue ejemplo en todo para vivir bien, servir mejor y obrar en bien de todos sin reticencia alguna”.

Para vivir bien, servir y obrar. Una ilustrativa síntesis de la vida de Cajías Kauffmann. Su compromiso con el Bien Común lo llevó a ser un servidor de la sociedad, a través de una reconocida “valoración a la justicia, la dignidad y al derecho”, como indica Alejandro Colanzi.

A lo largo del libro, Huáscar es recordado por su ética de trabajo y su carácter de “servidor público”. Un concepto que parece olvidado. Pero la biografía de este cruceño universal nos lo recuerda para revindicarlo.

Más aún, porque su historia recuerda otra virtud del “hombre nuevo”: la defensa de los valores y derechos humanos. La lectura de Cajías del pasaje bíblico “Las Bienaventuranzas” a huelguistas por la democracia, en 1978, es una postal en la historia nacional de los derechos humanos.

“Fue un momento de muchísima emoción, de muchísima fuerza porque él lo leía convencido, como católico que era, y el grupo escuchaba. Dicen que hasta los agentes estaban conmovidos al ver la escena y los huelguistas tan debilitados pero firmes. También contaron que Cajías no dejó que los maltraten o que los denigren, ‘están bajo mi protección’, decía”, escribió Amparo Carvajal en su capítulo del libro.

Finalmente, cabe destacar el compromiso de Huáscar con la verdad y la libertad, en cada una de sus funciones. En el libro presentado, este principio se traduce particularmente en un texto suyo: “La verdad nos hará libres”.

Por todo lo mencionado, y por otras razones que los lectores encontrarán en el libro de Huáscar Cajías Kauffmann, él es semblanza de un “hombre nuevo”. No solo por las tantas virtudes reconocidas, sino porque todas ellas apuntaron a ser un “hombre mejor”. Inspiración para tantos seres que lo conocieron. Pauta final de uno de sus textos…“Al fin y al cabo, todo lo elevado se consigue por caminos arduos. Lo fácil es el refugio de los que no quieren ser lo que deben”.

Gracias por tanto, abuelo.

Guadalupe Peres-Cajías / Alias Agatha

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