24 de enero de 2023, 4:00 AM
24 de enero de 2023, 4:00 AM

Al cumplir 14 años, el modelo del Estado Plurinacional no tiene nada nuevo que ofrecerle a Bolivia. Durante ese tiempo gobernaron dos presidentes del Movimiento Al Socialismo y ambos repiten consignas y cifras a un país que no encuentra un horizonte de transformaciones para que sus habitantes vivan mejor. No obstante, sin ninguna autocrítica, pretenden contagiar la ola boliviana a otros países para mantenerse vigentes.

El actual mandatario, Luis Arce Catacora, celebró en La Paz rodeado de dirigentes sindicales de los movimientos sociales; mientras que Evo Morales lo hizo en Argentina, con la intención de irradiar el modelo, pero sabiendo que tuvo que irse fuera de Bolivia porque no fue invitado para participar de los festejos oficiales.

El Estado Plurinacional nació con la Constitución Política del Estado. Se sustentó en la inclusión de los pueblos indígenas, la defensa del medioambiente, la recuperación de los recursos naturales, la reivindicación de los pueblos originarios que habían sido discriminados, entre otros principios. Sin embargo, en 14 años esos principios se fueron desmoronando uno a uno por el mismo poder gobernante.

En este momento no hay inclusión, porque el Gobierno central no escucha a todos los bolivianos por igual; es decir, escucha cada vez a menos y solo a quienes estén alineados con el mandato del poder.

Lo peor es que el presidente y su entorno niegan la existencia de los otros grupos e intereses y se sienten dueños del significado de democracia y de lo popular.

La defensa del medioambiente quedó en discurso, porque hay una serie de normas que atentan contra la preservación de bosques, Amazonia, áreas protegidas, etc. Se favorece a grupos que operan en la ilegalidad: desde explotadores de oro que llenan de mercurio los ríos, hasta narcotraficantes que instalan fábricas de droga en áreas protegidas.

El mar de gas del que se hablaba en los primeros años del Estado Plurinacional ahora son pozos sobrexplotados que no abastecen lo comprometido a los mercados que tiene el país. El hierro del Mutún, el litio de Potosí aún son proyectos que no terminan de despegar.

Pero el principal deterioro es moral. Los hechos de corrupción han sido monumentales a lo largo de este tiempo y, en la mayoría de los casos, quedaron en la impunidad.

Ese es el contexto actual del Estado Plurinacional. Muy deteriorado en la realidad, pero con la mentira o las medias verdades en los discursos de quienes aún gobiernan. Con cifras de supuesto éxito en la economía, pero ignorando la falta de empleo real, hablando de grandes exportaciones, pero sin decir que estas tienen cifras interesantes por los precios internacionales de los productos. Se indica récord en las recaudaciones tributarias, pero no se dice que la informalidad escala a pasos de gigante o que el contrabando es imparable, mientras se asfixia a las industrias nacionales.

Evo Morales y Luis Arce celebraron las bondades del proceso de cambio y del Estado Plurinacional, pero no le dijeron al mundo que ni siquiera pueden ponerse de acuerdo y que, en la pugna interna, ‘evistas’ y ‘arcistas’ se insultan, se descalifican y hasta se hacen denuncias mutuas de delitos.

El discurso del presidente Luis Arce fue reiterativo, triunfalista y cargado de posverdad. El discurso del expresidente Evo Morales en Argentina revolvió la olla de la confrontación, cargando contra el capitalismo y el imperialismo, como si durante su gobierno no hubiera privilegiado a sectores ultracapitalistas y como si no se hubiera aliado con otro tipo de imperialismos que buscan expandir su poder en América Latina. Y para mantener la cortina de humo, no dudó en entrometerse en la política interna de Perú.

En suma, Evo pretende que el modelo boliviano se contagie a otros países, mientras que el modelo del Estado Plurinacional ya no tiene qué ofrecer a los bolivianos para que puedan soñar, creer y transformar.

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