25 de febrero de 2021, 5:00 AM
25 de febrero de 2021, 5:00 AM


Tres diputados del Movimiento al Socialismo (MAS) postularon al presidente argentino, Alberto Fernández, al Premio Nobel de la Paz por su ‘actitud decidida y valiente que permitió salvar la vida’ del expresidente Evo Morales cuando este se encontraba refugiado en Argentina durante once meses el año 2020.

La propuesta fue impulsada por los legisladores Grobert Nogales, Santos Mamani y Gualberto Arispe. A través de una teleconferencia, el propio Evo Morales le dijo al mandatario argentino que la idea surgió como un agradecimiento, textual, ‘a lo que usted hizo por Bolivia, por mi vida, es algo inédito, algo único en el mundo’.

Este hecho se produce en los mismos días en que el presidente Fernández enfrenta un escándalo en su país por el denominado caso ‘Vacunas VIP’ que involucra a algunos ministros de su gabinete, 70 personas entre autoridades de gobierno y amigos del poder que se beneficiaron de la vacunación contra el Covid-19 sin pertenecer a los grupos de riesgo, que son los primeros en recibir la inmunización.

Al margen del momento, la postulación de los diputados del MAS es una retribución entre aliados políticos que pertenecen al círculo de gobiernos populistas de la región, en el que están Bolivia y Argentina, junto a Venezuela, Nicaragua y Cuba.

El argumento utilizado por los legisladores ignora las razones que llevaron a Evo Morales a buscar refugio en otro país después del fraude electoral de octubre de 2019, la violación de la Constitución y el referendo del 21 de febrero de 2016 que le impedían volver a postular nuevamente a la Presidencia del Estado después de varios periodos consecutivos que sumaron casi 14 años de gobierno.
Además, hasta ahora no se sabía que la vida del expresidente estuviera en peligro en Argentina como dice la argumentación de los diputados que hicieron la postulación; al contrario, se sabía que Morales residía en una lujosa mansión en el exclusivo barrio porteño de San Isidro, con agentes de seguridad asignados por el Gobierno de Fernández.
Por lo demás, si la otorgación de refugio político fuera una razón para acceder al Premio Nobel de la Paz, más méritos que Alberto Fernández tendría el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, que fue quien concedió asilo a Evo Morales el 10 de noviembre tras su renuncia forzada por una movilización popular.

Si bien la academia sueca aceptó la postulación de Fernández, lo cual no implica nada en especial sino solo el cumplimiento de las formalidades de los requisitos exigidos, hay que observar que los premios Nobel son de importancia y acierto relativo. Que cinco legisladores suecos elijan cada año a un ganador no es garantía de que sea un fallo incuestionable.

De hecho, en la historia hay muchos casos de premios Nobel de la Paz cuando menos cuestionables, como el caso del ex presidente de Colombia Juan Manuel Santos, que lo recibió el 2016, por sus esfuerzos para dar fin a la guerra de su país y hacer las paces con la guerrilla de izquierda de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sin embargo, pocos días antes del anuncio del Premio, el pueblo colombiano había rechazado en un referéndum unos acuerdos de paz que dejaban a los guerrilleros en la impunidad, los libraba de la cárcel y los habilitaba para participar en política como cualquier partido político legal.

En 2009, la academia sueca otorgó el Nobel de la Paz a Barack Obama apenas iniciada su gestión y tiempo después el presidente estadounidense aumentó las tropas militares en Afganistán, impulsó el programa de ataques con drones y dejó por muchos años a las tropas de ocupación en Irak.

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