Opinión

Un proceso electoral que lanza muchos retos

28 de noviembre de 2019, 3:00 AM
28 de noviembre de 2019, 3:00 AM

El proceso electoral que se avecina es un gran reto para otros actores fundamentales, que en estos últimos 14 años han estado ausentes, por diversas circunstancias pero fundamentalmente porque el poder lo impedía, tenía en sus candidatos seres que se consideraban que estaban por encima de sus contendientes, debido al amplio apoyo de que gozaban.

Porque los candidatos del MAS nunca aceptaban debatir con sus oponentes, bajo el argumento que ellos debatían con el pueblo todos los días, con lo que hacía difícil la relación dialéctica en las elecciones. Además, que imponían sus condiciones para el accionar del periodismo boliviano.

Agregado a ello, las instituciones encargadas de velar y exigir que se cumpla la normativa electoral, como ser el TSE y los tribunales electorales departamentales estaban de su lado, y permitían la vulneración de las mismas leyes, además no eran portavoces válidos para organizar o viabilizar lo que siempre hay en todo proceso electoral y en toda democracia moderna existe: los debates entre los principales candidatos.

Además que los debates deben ser obligatorios, porque en ellos, se desvela la calidad, la capacidad, la responsabilidad que el candidato a la presidencia y vicepresidencia pueden tener. No se trata solo de agarrar el micrófono y discursear, sino de debatir, de confrontar ideas, de dialogar. El país querrá verlos a los candidatos frente a frente, pero no para lanzarse insultos, diatribas, sino para sopesar sus capacidades.

Es así que las elecciones próximas hay que verlas como una oportunidad para recuperar terreno y encarar nuevos desafíos, en aras del fortalecimiento de la democracia, de la ampliación de esta democracia, que no debe limitarse a votar cada cinco años.

Este proceso será una oportunidad para las organizaciones de la prensa boliviana para generar los espacios de debate de ideas, de propuestas, de proyectos del país que queremos los bolivianos.

También será un reto para los periodistas, quienes fueron los que sufrieron el enojo de los anteriores gobernantes y últimamente de la gente, que se estrelló contra ellos, agrediéndolos verbalmente o maltratándolos. La premisa es no ser caja de resonancia. El periodista puede ser imparcial, pero no neutral.

Para las universidades públicas, que últimamente se han perdido en las luchas populares, a excepción de la UMSA, que tuvo un rol protagónico en este último conflicto, aportando con investigaciones sobre el fraude electoral, convocando a participar de las marchas, etc. Es así que, en el caso de Santa Cruz, la Uagrm, tendrá un doble desafío de convertirse en el centro de la difusión de las ideas y de encuentro entre los candidatos.

Para las organizaciones sociales, sindicales, cívicas, empresariales, vecinales de igual manera, tienen un lugar importante en este proceso electoral, no solo para imponer o decidir qué candidatos poner, que están en su derecho, sino para demandar de los candidatos posiciones coherentes en sus propuestas, exigirles moral y ética en su accionar, que no se base en prebendas.



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