Urge ajuste y eficiencia en el municipio cruceño
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La Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra se enfrenta a una grave crisis financiera que pone en riesgo no solo su estabilidad, sino también la calidad de vida de sus habitantes. Recientemente, la entidad anunció un recorte del 20% en los gastos. Esta medida, aunque necesaria dada la caída en los ingresos, genera serias dudas acerca de la capacidad de la administración para cumplir con los servicios y proyectos esenciales para la comunidad.
Los recursos de Coparticipación Tributaria y del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) han experimentado una caída alarmante, con una disminución de Bs 199 millones en comparación con el año anterior. Los ingresos propios han mostrado una tendencia negativa en los últimos tiempos, lo que representa un desafío monumental para gestionar una ciudad en expansión con recursos cada vez más limitados. La reducción de Bs 40 millones en los ingresos del IDH, que financian programas como el desayuno escolar y el Bono de Discapacidad, es un golpe directo al bienestar social.
La situación se agrava con una deuda acumulada de Bs 2.360 millones por servicios y obras impagas, que equivale a la mitad del presupuesto municipal. Este nivel de endeudamiento restringe drásticamente la capacidad de la Alcaldía para invertir en infraestructura y servicios básicos. La crítica situación de iliquidez ha llevado a varios concejales a pedir auditorías y ajustes, argumentando que el actual número de 13.000 empleados es excesivo y que se requiere una reducción significativa.
El recorte del 20% en los gastos, aunque necesario, puede ser insuficiente para enfrentar la dimensión de la crisis. Los concejales plantean que un ajuste del 35% en el personal sería más adecuado, señalando que la distribución del presupuesto actual parece estar mal orientada, con grandes asignaciones al despacho del alcalde mientras se descuidan áreas vitales como la salud. Esto resuena con las preocupaciones de la ciudadanía, que enfrenta escasez de medicamentos y la paralización de servicios de salud y obras por falta de pagos.
El futuro se ve incierto. Con un presupuesto proyectado de Bs 4.502 millones para el próximo año, y una asignación de Bs 3.896 millones para inversiones, los ciudadanos se cuestionan si los recortes y ajustes anunciados realmente conducirán a una mejora en su calidad de vida. La promesa de la Alcaldía de abordar la crisis mediante nuevas estrategias y la búsqueda de asesoría externa es, por ahora, una esperanza.
La falta de pagos a proveedores y trabajadores provoca un clima de descontento que se manifiesta en protestas. La situación de los empleados municipales, muchos de los cuales no han recibido sus salarios, refleja una realidad preocupante que no se puede pasar por alto.
En resumen, la iliquidez en la Alcaldía de Santa Cruz de la Sierra no es solo un problema administrativo, sino una crisis que puede impactar a cada ciudadano. La reducción de gastos y la búsqueda de soluciones deben ir acompañadas de un compromiso auténtico por parte de la administración para priorizar el bienestar de la comunidad, asegurando que los recursos se utilicen de manera transparente y eficiente. Sin una estrategia clara y un enfoque renovado, el futuro del Gobierno Municipal y de la ciudad misma se encuentra en un delicado equilibrio.