Covid-19. Estuvo 45 días intubada y sus pulmones se dañaron un 95%. Cada día había cadenas de oración por su salud

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22 de agosto de 2021, 4:00 AM
22 de agosto de 2021, 4:00 AM

La esperanza da fuerza y energía a un espíritu que quiere dejar huella, que reconoce la transformación positiva de la realidad como una misión en esta vida.

De esa esperanza y fuerza se reviste hoy Verónica Rojas Rueda, la mujer que ha experimentado un renacimiento en su vida tras haberse contagiado de covid-19, una enfermedad que le planteó una férrea lucha de la que está saliendo victoriosa

El 15 de mayo dio positivo al coronavirus. Desde el principio siguió un tratamiento con médicos en casa, no obstante, la carga viral fue tan alta que la obligó a requerir de oxígeno y tener que internarse en una clínica.

Estuvo 25 días en terapia intensiva, luego fue trasladada a otro centro de salud privado. Sus signos vitales eran cada vez más bajos y la afección a sus órganos iba en aumento, por lo que tuvo que ser trasladada al hospital de la Caja Bancaria, donde permaneció intubada durante 45 días.

En ese periodo, los médicos intentaron quitarle el tubo de la garganta en dos ocasiones, mientras se esperaba que despierte, pero su cuerpo no estaba preparado, aún no podía respirar por sí sola.

Un gran alivio para la familia llegó el día que decidieron retirarle la máquina de ventilación pulmonar. Sin embargo, Verónica permanecía inconsciente. Estuvo dos semanas en ese estado hasta que logró despertar, reconocer el sonido de su voz y ver a su familia.

“Cuando me escucharon, lloraron”, relata emocionada.

Luchadora

La cantidad de medicación que usaban en su organismo no le permitía conservar un estado pleno de conciencia. Por la misma razón, a medida que le disminuían las dosis, su mente se iba recuperando.

El virus fue tan agresivo que sus pulmones llegaron a quedar afectados en un 95%. Y agresivo también fue el tratamiento para combatir el daño a ambos órganos, de tal manera que fue cediendo poco a poco, al punto de desaparecer.

Los pulmones de Verónica están hoy limpios, el último estudio revela únicamente una pequeña mancha en uno de ellos. La mujer, que estuvo 45 días intubada y tres meses internada, desde hace una semana está en casa, con los suyos. Ella lo considera un milagro; su familia, también.

Fundamental

Su esposo, José Ernesto Lafuente y sus hijos Nicolás (25), Bruna (21) y Santiago (16) fueron un pilar en su recuperación, aún en los días en los que permaneció inconsciente, cuando más fuerza y fe demostraron.

Ellos también se ocupaban de buscar los remedios y los contactos para conseguirlos, a pesar de las dificultades de acceso a todo lo que se requería para combatir la enfermedad y sus secuelas.

En ese sentido, el apoyo de los cuatro fue fundamental, en igual medida que la ayuda de los amigos y otros familiares, que se movieron para conseguir recursos a través de las redes sociales y organizar diversas actividades con el fin de recaudar fondos.

“Todas las oraciones y el permanente apoyo de los amigos me dieron las fuerzas para seguir adelante. La solidaridad en esta tierra es increíble, gente que no veía desde hace años se manifestó de muchas formas, porque no hay bolsillo que aguante con esta enfermedad”, menciona.

El miércoles 11 de agosto, Verónica retornó a casa. Fue un momento muy emocionante cuando cruzó el umbral de la puerta apoyada en los hombros de sus hijos.

En su hogar ha continuado con la fisioterapia diaria. En un principio, apenas podía mover los dedos, pero la recuperación va paso a paso y por buen camino.

“A mi esposo le dijeron tres veces que la probabilidad de vida era muy baja. Nosotros somos muy creyentes. Por eso consideramos que esto que ha ocurrido es un milagro de Dios”, afirma.

Por orden médica permanece alejada de las noticias para evitar preocupaciones que puedan afectar su estado, por ello tampoco piensa en el mañana. Ella vive el presente con gratitud y con la alegría de estar rodeada de la gente que ama. “He sido beneficiada con una nueva oportunidad y no la puedo desperdiciar, por eso le digo a la gente que tenga fe en estos momentos difíciles que estamos viviendo”, finaliza.

Familia. Verónica, rodeada de su esposo, José Ernesto
Lafuente, y sus hijos Nicolás (25), Bruna (21) y Santiago
(16). Fueron un pilar en su recuperación.

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