Luego de que Mario Bergoglio respondiera al mensaje del presidente Luis Arce, los ex alumnos del Colegio Juan XXIII le dijeron que vergüenza no es justicia. Desde la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) informaron que se pronunciarán mañana

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18 de junio de 2023, 4:00 AM
18 de junio de 2023, 4:00 AM


El 22 de mayo, el presidente Luis Arce Catacora envió una carta al papa Francisco en la que le da a conocer que Bolivia se reserva el derecho de ingreso de sacerdotes extranjeros, luego de que se conocieran denuncias que implican a religiosos en actos de pederastia.

En la misiva, Arce además solicitó el acceso a expedientes de sacerdotes extranjeros que están en territorio nacional, y la revisión de acuerdos y convenios que tiene el Estado con la Iglesia.

Recién en junio, y un día antes de recibir el alta médica, el papa Francisco respondió a Arce. “Me siento conmovido e impresionado. Manifiesto la total disponibilidad de la Iglesia para trabajar con el Gobierno de Bolivia, a fin de reparar las injusticias, fieles a la tarea de proteger a quienes son los predilectos de Jesús”, dice parte de la carta, que fue leída públicamente el pasado jueves, por la ministra de la Presidencia, María Nela Prada.

Asimismo, el papa pidió ayuda a Arce para “cumplir con generosidad” el deber de reparar las injusticias.

La reacción de las víctimas de abuso sexual no se hizo esperar. La Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Juan XXIII, donde ocurrió buena parte del abuso, a través de su presidente Hilarión Baldivieso, afirmó el viernes que la “vergüenza no es justicia”.

Dijo que, como institución, es lógico que tienen que expresar mínimamente vergüenza, pero que esa vergüenza no es justicia. “Lo vergonzoso es que todos los hechos atroces que han cometido los hubieran tomado sólo como faltas humanas, (pero) no son faltas humanas, son delitos penales que se tienen que sancionar”, criticó. 

Baldivieso, además, resaltó que este castigo no debe apuntar únicamente a los autores, sino también a la estructura sistemática de encubrimiento que ha tenido la Compañía de Jesús.

Los exalumnos del Juan XXIII exigen, de manera reiterativa, que se sancione también a los encubridores de los hechos de pederastia y consideran que la respuesta del papa no es suficiente porque muchas personas fueron “desgraciadas y esa situación no se va a remediar con un sentimiento de arrepentimiento. De qué sirve que se arrepientan si hay vidas destrozadas”, cuestionó el titular de los exestudiantes.

Sobre el pedido del papa de trabajar con el Gobierno en la reparación de las injusticias, Baldivieso observó que la Iglesia, a lo largo de su historia en Bolivia, siempre ha trabajado junto al Gobierno “para manipular a la gente y sacar provecho”.

Dijo que no entiende qué se persigue, si tratar de convencer al Estado de que los delitos cometidos son errores humanos. “Si ellos reconocen que son delitos penales, perfecto, entonces podemos trabajar juntos”, añadió.

Por su parte, Pedro Lima, uno de los exjesuitas que denunció encubrimiento, y posteriormente también se declaró víctima de abuso sexual, considera que está bien que la Iglesia trabaje junto al Gobierno, siempre y cuando sea para estructurar las medidas de prevención, pero no para estructurar investigaciones conjuntas. “No es la Iglesia la que tiene que investigar, sino las instancias judiciales nacionales”, sostuvo.

Lima cuestionó que en 1979, cuando Jorge Mario Bergoglio, actual papa Francisco, visitó Cochabamba, se diera “la época de mayor abuso” de sacerdotes contra menores de edad.
Lima cree que el líder de la Iglesia católica también debe pronunciarse sobre si en ese momento ya tenía conocimiento de los hechos de pederastia.

“Cuando él (papa Francisco) vino, ha sido la época de mayor abuso, entonces tiene que también el papa pronunciarse sobre qué conocimiento tuvo del caso, y en qué profundidad”, interpeló.

Según Lima, en esa fecha Bergoglio llegó a una reunión latinoamericana en su condición de “formador de Argentina” y, según su versión, en ese encuentro ya se conocían algunas denuncias de los abusos en el colegio Juan XXIII de Cochabamba.

Una publicación difundida en el sitio jesuitas.org.bo, muestra que en Cochabamba hubo una reunión de los “encargados de los estudios de los jesuitas del Cono Sur”, del 7 al 8 agosto de 1979.

Comisiones
El pasado miércoles, la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) presentó las cuatro comisiones que conformó para atender las denuncias de abuso sexual a menores y personas vulnerables en la Iglesia católica. La principal tarea será acompañar a las víctimas y derivar los casos al Ministerio Público.

“Una de las tareas que tenemos dentro de estas comisiones tiene que ver con llevar al Ministerio Público cualquier denuncia que hubiera sido de conocimiento de la Iglesia, inclusive bajo este parámetro de que hay casos en los cuales existen delitos públicos a instancia de parte”, resaltó en esa oportunidad Susana Inch, coordinadora de la Comisión Nacional de Investigación.

En coordinación con la Conferencia Boliviana de Religiosos, el Clero Diocesano y los Laicos, se crearon las comisiones de Prevención y Formación, Escucha, Investigación y Comunicación.

La comisión de Prevención y Formación, a cargo de Jorge Fernández, secretario ejecutivo del área de Educación de la CEB, se encargará de coordinar toda labor de prevención y formación en cada ambiente eclesial.

La psicóloga clínica y psicoterapeuta integrativa Nancy Loredo dirige la comisión de Escucha, que recibirá denuncias y acompañará a las víctimas.

Otra comisión, la de Investigación, en manos de Susana Inch, asesora legal de la CEB, acompañará la denuncia e investigación en lo canónico para el esclarecimiento de los hechos.

La cuarta y última comisión, la de Comunicación, asumirá la prevención y estará a cargo de Andrés Eichmann.

En el ámbito penal
Hasta el 14 de junio, y a casi dos meses de que se diera a conocer el escándalo de los abusos de parte de sacerdotes en Bolivia, tras la publicación del diario de Alfonso ‘Pica’ Pedrajas, ya sumaban 12 los casos en el ámbito penal, de acuerdo a datos de la CEB.

“En el ámbito penal público, tenemos conocimiento de aproximadamente 12 casos, uno recientemente sentenciado. En Cochabamba hay otro en el que se declaró la inocencia del sacerdote investigado. Otros que todavía están en curso y algunas denuncias se están iniciando”, dijo Susana Inch, a tiempo de augurar que es probable que aparezcan más denuncias. 

Silencio
Hasta ayer, ni el portal de la CEB ni de la Iglesia en Santa Cruz hacían referencia a la respuesta del papa Francisco a la carta de Luis Arce.

Sin embargo, hace poco Monseñor Aurelio Pesoa Ribera, obispo el Vicariato Apostólico de Beni y presidente de la CEB, en su homilía manifestó que los seres humanos son muy ligeros en juzgar y que es fácil caer en el fariseísmo moderno, es decir, criticar y descalificar de manera temeraria con las generalizaciones a personas e instituciones, como ha sucedido con el tema de los abusos por algunos eclesiásticos.

“Se ha dicho y se dirán muchas cosas, a veces, fruto del conocimiento parcializado, o de algunos intereses del desprecio, resentimiento y odio a la Iglesia”, dijo.

Los jesuitas tampoco hicieron alusión a las declaraciones del papa Francisco.
Consultado al respecto, Andrés Eichmann, de la comisión de Comunicación, informó que la Iglesia está elaborando un comunicado que, “casi con certeza”, se publicaría el lunes 19.