El virus avanza de forma silenciosa entre la población joven, que concentra el 80% de las infecciones. El 46% de los afectados no sigue un tratamiento

1 de diciembre de 2023, 4:00 AM
1 de diciembre de 2023, 4:00 AM

Su vida se apagó a los 45 años, cuando el VIH había progresado a su etapa final. Ni siquiera pudo acceder al tratamiento, porque su sistema inmunitario estaba tan debilitado que varios de sus órganos fueron comprometidos y los médicos se abocaron a estabilizarla.

Lo que sucedió con esta mujer refleja una realidad a la que se enfrentan muchas personas que viven con el virus y que no tienen muchas oportunidades, lo que obliga a redefinir las políticas de prevención y control del VIH- Sida, un problema de salud pública que avanza silenciosamente entre la población joven y puede afectar a cualquier persona.

SIDA

Los datos, extraídos del último informe de vigilancia epidemiológica del VIH-Sida echan por tierra el tabú, asociado a lo que durante años hemos oído hablar, de que el virus está relacionado a hombres que tienen sexo con otros hombres o personas que ejercen la prostitución. Los informes muestran que, de los 926 casos nuevos detectados hasta octubre en la región, 443 (42%) fueron diagnosticados en personas heterosexuales, 321 (35%) en homosexuales, 150 en bisexuales (16%) y 13 en personas trans (19%).

Para las autoridades sanitarias esto es una muestra de que el virus avanza de forma silenciosa y que ya no hay grupos de riesgos definidos, sino que cualquier persona puede estar expuesta a la infección si no asume los cuidados preventivos, junto con su pareja.

El responsable del Programa VIH-Sida del Servicio Departamental de Salud (Sedes), Alfredo Padilla, también hace notar que la epidemia crece cada año, especialmente entre la población joven, ya que el 80% de los casos nuevos corresponde a personas entre 15 y 39 años.

De ellos, los adolescentes y jóvenes entre 15 y 19 años concentran el 11% de los casos, los jóvenes entre 20 y 29 años el 43% y los de 30 a 39 años el 26%. La transmisión sexual supone el 99% de los contagios.

Un drama familiar

La mujer de la historia murió joven y estuvo ausente de su familia por más de una década. Cuando pudieron reencontrarla, su vida se terminó a los pocos días. Fueron momentos muy dolorosos.

Buscaron atención médica y de inmediato le dijeron que estaba contagiada por el VIH, algo tan desconocido para todos sus allegados que no sabían qué hacer ni dónde dirigirse para ayudarla.

El diagnóstico golpeó a todos sus seres queridos, pues no sabían a dónde dirigirse ni cómo actuar para proteger al resto de la familia. Por recomendaciones de otras personas tuvieron referencia del centro que atiende Comunidad Encuentro, que se convirtió en su guía y les dio un respiro, porque allí les explicaron en qué consistía la infección, cómo se contagia y de qué forma se la podía asistir.

Intentaron descubrir quién la contagió, pero fue poco lo que pudieron indagar, porque la pareja que ella tuvo había fallecido y la familia tampoco pudo conocer con quiénes se relacionó.

Su estado de salud tan deteriorado hizo que ella ni siquiera asimile la gravedad de su situación, pues todo era tan nuevo que para la familia fue muy complicado cuidarla, porque ella no tenía la conciencia de seguir las medidas de protección.

Barreras en el tratamiento

Aunque ha habido avances en el acceso al diagnóstico y el Estado garantiza el tratamiento gratuito, el 46% de las personas que viven con VIH-Sida no sigue un tratamiento antirretroviral, que resulta esencial para el control de la infección, la reducción de la morbilidad y mortalidad, dice Martha Banzer, de la Fundación Redvihda.

Señala que, de acuerdo con los datos que manejan, de las más de 24.000 personas que viven con el virus en el país, unas 10.000 no siguen un tratamiento por diversos factores que tienen que ver con el estigma y la discriminación, con la falta de información y de acceso a la asistencia, ya que los centros especializados donde se accede a los tratamientos se concentran en ciudades capitales.

Banzer ve necesario hacer ajustes en las campañas de información porque muchas personas y sus familias no saben qué hacer ni dónde acudir cuando reciben el diagnóstico.

Como fundación trabajan en la promoción de la adherencia al tratamiento antirretroviral, es decir, que los que acceden a la medicación sigan al pie de la letra las indicaciones para evitar resistencia.

A diferencia de hace una década, cuando las personas debían ingerir más de cinco comprimidos por día en el esquema de tratamiento, ahora solo toman uno, una vez al día.

En el marco del Día Mundial de Lucha contra el Sida, que se celebra cada 1 de diciembre, se realizan campañas para concienciar a la población en la prevención.