Opinión

Violencia, pacificación y elecciones

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28 de enero de 2020, 20:57 PM
28 de enero de 2020, 20:57 PM

Daniel Bogado Egüez - Filósofo

En los últimos 13 años, los bolivianos vivimos en un clima de violencia física y psicológica, imperado por un gobierno obnubilado por el poder, que siguiendo las recetas de Maquiavelo en su libro el Príncipe, aplicaba el “divide y gobernarás” y el “fin justifica los medios”. Estos dos consejos que dio Maquiavelo para garantizar un gobierno monárquico totalitario lo empleó el MAS al pie de la letra.

En sus mensajes de cada 22 de enero, empezaba denigrando a la “derecha” que había entregado los recursos naturales a las transnacionales bajo el sistema de capitalización que no era otra cosa que la privatización y los llamaba los “vende patrias”. Exaltaba el proceso de “nacionalización” de los hidrocarburos, y que gracias a ello se pagaba los bonos Juancito Pinto, Bono Dignidad, Bono de maternidad y otros. Y si algo le salía mal, rápido culpaba al “imperio”. Ese discurso ya estaba como disco rayado, que, de solo escucharlo, uno cambiaba canal y miraba cualquier otro programa.

Nos acostumbraron a vivir en un clima de violencia psicológica entre hermanos bolivianos, por medio de la polarización campo-ciudad, indígena-mestizo, pobres y ricos. Nos hacían ver como adversarios, incluso enemigos. “Los de la ciudad no quieren a los indios”, era el discurso favorito de Álvaro García Linera, que dicho sea de paso no se lo nombra como culpable de tanta corrupción y muerte en Bolivia y se lo tiene al margen de los juicios, siendo uno de los ideólogos de ese gobierno.

Este clima de violencia, alcanzó su máximo y último nivel en los sucesos de octubre-noviembre cuando incendiaron Cortes Electorales, oficinas policiales, buses PumaKatari y casas de los opositores que tuvieron la valentía de denunciar los actos descarados de Fraude Electoral en las elecciones de octubre de 2019.

Fue entonces que la población boliviana, sobre todo los jóvenes, hombres y mujeres que salieron a las calles con sus pititas a reclamar y exigir que se respete Su Voto. Este acto heroico de los ciudadanos dio inicio a un nuevo Cambio de Proceso. Con la sucesión presidencial de Jeanine Áñez Chávez, asume el reto de Pacificación. No fue, ni será tarea fácil hablar de paz en un país donde se respiraba a violencia, a confrontación. Sin embargo, una mujer beniana en menos de dos meses lo está logrando. Ahora ya se respiran aires de libertad, aires de democracia. Ahora los bolivianos ya perdimos el miedo, enfrentamos al autoritarismo y la impostura y los desafiamos nuevamente a vernos en las urnas.

Con este proceso de pacificación, que esperemos se vaya consolidando cada día, podemos acudir a las urnas a depositar nuestro voto en estas próximas elecciones nacionales sin el temor que nos cambien los resultados. Por eso, esperamos tener unas elecciones, libres y transparentes. Ya no queremos que nos exijan en el trabajo por quienes votar, ya no queremos que nos condicionen o nos chantajeen a vender nuestra conciencia. La política y el voto universal son derechos consagrados en la Constitución Política del Estado.

Eso entienden o deben entender los jóvenes mayores o que van a cumplir 18 años. En sus manos se juega el futuro del país. Un país que soñamos con igualdad social, con oportunidades profesionales y laborales para todos, con servicios de educación, salud y servicios básicos buenos y baratos. Vamos a elegir por el binomio que nos garantice que se enmarcarán en la Constitución Política del Estado, que respetarán las normas, que garantizarán la seguridad ciudadana, que lucharán contra el feminicidio. Un binomio que garantice la participación ciudadana, sobre todo de jóvenes y mujeres en los niveles de decisión gubernamental.

Hay muchas expectativas por estas elecciones. Unas elecciones que serán diferentes, pues la gente ya no irá a votar por chantajes y votará por el frente que sostuvo un debate abierto de su plan de gobierno. Por eso esperamos que, en lugar de denigrar al adversario, escuchemos y veamos serios debates. Que tengamos la oportunidad de analizar y comentar las propuestas gubernamentales. De esta manera fortaleceremos nuestra joven democracia y consolidaremos un Estado libre y pacifista.

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