Camila Clavijo: una experiencia de movilidad estudiantil redefinió su futuro
Los estudiantes que participan en programas de intercambio regresan a sus países con una visión global y una comprensión profunda de la diversidad cultural y social
“Ir a estudiar a Colombia, definitivamente, es la mejor decisión que he tomado en la vida”, asegura Camila Clavijo, estudiante de Marketing y Publicidad, quien gracias a un programa de movilidad estudiantil estudió durante todo el primer semestre de este 2024 en la Universidad de Investigación y Desarrollo de Colombia, en Bucaramanga, provincia de Santander, a 5118.1 kms (viajando por carretera) de su natal Cochabamba.
Los estudiantes que participan en programas de intercambio regresan a sus países con una visión global y una comprensión profunda de la diversidad cultural y social. Esta experiencia los transforma, no solo en su capacidad académica, sino también en su perspectiva sobre el mundo, lo que les permite adaptarse mejor a un entorno laboral cada vez más competitivo y globalizado, asegura Reinaldo Cifuentes, coordinador general de la Red de Administradores Universitarios (RAUI América) y asesor de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“La educación internacional debe ser una fuente de liderazgo y servir a propósitos que están más allá de los propósitos que uno puede tener de forma personal”, puntualiza.
La internacionalización cambia perspectivas de vida
Cuando partió hacia Colombia, a principios de año, Camila iba llena de sueños e inseguridades, pero regresó con una nueva perspectiva de sí misma, de su carrera y del mundo. Su participación en el programa Internacionalízate de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, donde actualmente estudia, le abrió las puertas a vivir la experiencia única de estudiar en el extranjero.
El intercambio en una universidad colombiana no solo le ofreció un nuevo enfoque educativo, sino que también la ayudó a fortalecer su carácter.
"Lo que más cambió en mí fue el hecho de atreverme a hacer cosas sin miedo. Me lancé a cada nueva experiencia con la idea de aprender, porque sentí que no podía dejar de aprovechar todo lo que estaba viviendo", indica la joven que recientemente volvió con una valija repleta de experiencias y nuevos desafíos, además de la convicción de que los límites son mentales y “los pone cada uno”.
Para Camila, la internacionalización fue más que una oportunidad académica; fue un proceso de madurez. Convivir con compañeros de distintas culturas y adaptarse a un entorno diferente no solo amplió su visión del mundo, sino que también le permitió crear una red de contactos clave para su futuro en publicidad y marketing.
“Hice amigos de Perú, México, Chile, Francia y Colombia. Esa red de contactos es invaluable para mi carrera”, destaca.
Internacionalización, una experiencia para toda la vida
Experiencias como la de Camila fortalecen a los estudiantes en lo personal y profesional, desarrollando competencias esenciales como la adaptabilidad, la responsabilidad y la toma de decisiones.
Alejandra Guzmán, asesora de Movilidad Estudiantil de Unifranz, explica que "la internacionalización enriquece enormemente la formación profesional y personal al permitir a los estudiantes entender otros contextos educativos, económicos y culturales".
Cada año, decenas de estudiantes bolivianos son recibidos por universidades en el extranjero, como parte de programas de movilidad, donde además de fortalecer sus conocimientos académicos, hacen contactos, acceden a recursos educativos globales y aprenden habilidades blandas y culturales.
“Los programas de internacionalización ofrecen una amplia gama de beneficios tanto para estudiantes como para futuros profesionales, tales como experiencia multicultural; redes de contactos globales que son invaluables en un mundo cada vez más interconectado; desarrollo personal porque al vivir y trabajar en un entorno extranjero fomenta la independencia, la adaptabilidad y la resiliencia, además mejora la empleabilidad, porque la experiencia internacional es altamente valorada por los empleadores”, destaca Luz Vanzulli, directora ejecutiva Latam Sur, formación a lo largo de la vida, educación continua y posgrado, del Tecnológico de Monterrey.
Adicionalmente, este tipo de programas contribuyen a la democratización de la educación superior, ya que los procesos de movilidad estudiantil facilitan la búsqueda de una educación más accesible y equitativa para todos ya que, históricamente, las oportunidades de estudiar en el extranjero estaban reservadas para una élite privilegiada, dejando a muchos estudiantes sin acceso a experiencias internacionales enriquecedoras.
David Julien, secretario general de la Organización Universitaria Interamericana (OUI) asegura que esa brecha es una muestra de que, en el pasado, “la experiencia de movilidad, en realidad, no estaba democratizada”.
Sin embargo, según el experto, en los últimos años, se produjo un cambio significativo en este paradigma, impulsado en gran medida por iniciativas innovadoras y programas como la movilidad estudiantil virtual y la colaboración internacional entre universidades.
Sin ir más lejos, durante la gestión 2023, se registraron 7.500 movilidades en la región, de las cuales el 70% fueron mujeres. El intercambio universitario se rige por un principio de colaboración y reciprocidad.
“Estamos abriendo un esquema de movilidad internacional equitativo (…). Poco a poco, estamos cambiando el paradigma para que realmente ofrezcamos oportunidades de vinculación internacional a todo el espectro de los estudiantes”, agrega.
Una experiencia con impacto global
Momentos inolvidables, gratos recuerdos de lugares inimaginables, la calidez de los colombianos, son cosas que se quedarán guardadas para siempre en la mente y el corazón de Camila, quien está decidida a seguir explorando nuevas oportunidades en el extranjero.
"Definitivamente volvería a participar en otro intercambio. Fue la mejor experiencia de mi vida. Ahora estoy considerando opciones en México o Estados Unidos para enfrentarme a nuevos retos", indica la joven.
Los programas de movilidad estudiantil en la educación superior son cruciales, al menos, por cinco razones, que Guzmán detalla a continuación:
1 Mejora la calidad educativa: la internacionalización permite el intercambio de conocimientos y mejores prácticas entre instituciones de diferentes países, lo que eleva los estándares académicos y de investigación.
2 Movilidad estudiantil y profesional: facilita la movilidad de estudiantes y profesores, ofreciendo experiencias educativas y culturales enriquecedoras que amplían perspectivas y habilidades.
3 Redes de conocimiento: fomenta la creación de redes de colaboración internacional en investigación, lo que puede conducir a proyectos colaborativos innovadores
4 Competitividad global: las universidades que se internacionalizan mejoran su posición en los rankings globales, lo que atrae a más estudiantes y profesores de alta calidad.
5 Compromiso social: promueve un mayor entendimiento y cooperación entre culturas y apoya en la formación de ciudadanos globales comprometidos con los desafíos mundiales.