La ciencia de datos en salud se ha convertido en una poderosa herramienta en el diagnóstico y la prevención de enfermedades, gracias al uso de dispositivos móviles o la digitalización de historias médicas, entre otras herramientas tecnológicas

1 de agosto de 2024, 8:42 AM
1 de agosto de 2024, 8:42 AM

La ciencia de datos en salud se ha convertido en una poderosa herramienta en el diagnóstico y la prevención de enfermedades, gracias al uso de dispositivos móviles o la digitalización de historias médicas, entre otras herramientas tecnológicas.

“La ciencia de datos es un campo interdisciplinario que, a través del estudio de datos estructurados y no estructurados, permite el análisis de información útil para la toma de decisiones. En el área de la salud es muy importante, porque, actualmente, contamos con tanta información que está al alcance de la población y del paciente, pero que, por su volumen, requiere ser interpretada”, explica Jimmy Venegas, decano académico de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

La información generada por la actividad de los pacientes es recogida y compilada por dispositivos como pulseras inteligentes, relojes o celulares, los cuales cuentan con sensores que permiten monitorizar parámetros vitales como el pulso, la frecuencia cardiaca, la oxigenación o la cantidad de calorías quemadas.

“Por ejemplo, al usar una aplicación en el celular o un dispositivo inteligente como un reloj, puedo obtener información como los datos de frecuencia cardíaca, cuál ha sido su variación a lo largo del día, puedo notar cuáles son los datos de saturación de oxígeno, en qué momento se ha producido una variación significativa y asociarlo a algunos eventos”, puntualiza.

Según Venegas, esta información es tan rica que puede ser utilizada para identificar patrones o causas relacionadas a enfermedades antes de que se presenten. “Desde el lado del paciente, la información les permite identificar ciertos parámetros que pueden ayudar a sus médicos a llegar a un diagnóstico oportuno y que, incluso, pueden salvar sus vidas”, acota.

En ese sentido, permite que el paciente se apropie de su cuidado y de su salud, agrega el médico.

“Un smartwatch tiene la capacidad de medir ciertos parámetros que se pueden utilizar para identificar condiciones graves. En Estados Unidos, por ejemplo, se ha autorizado el uso de algunos dispositivos para identificar fibrilación auricular, que es un tipo de arritmia y que está asociado a la embolia. Este dispositivo lo que hace es detectar cambios en la frecuencia cardiaca, pero además puede emitir alertas cuando detecta ciertas condiciones cardíacas”, agrega.

Esto es muy importante, porque el paciente al ser alertado puede tomar acciones preventivas y avisarle a su médico para hacer estudios posteriores.

“En mi dispositivo puedo determinar la cantidad de calorías, la distancia que recorro, mi peso, mi Índice de Masa Corporal (IMC) y eso está asociado a muchas enfermedades como hipertensión, diabetes, síndrome metabólico. El paciente, al ser consciente de esta información, puede tomar otras acciones para revertir los hábitos que lo están enfermando, recurriendo a un especialista, por ejemplo. El paciente se apropia de la información, no requiere estar con el médico, sino que lo puede tener en la palma de la mano”, aclara.

Diagnósticos más rápidos

Para los médicos, los datos generados por los pacientes, automáticamente digitalizados, permiten la búsqueda precisa y rápida de síntomas o reacciones, además de la visualización de patrones y tendencias en su condición.

“Por ejemplo, si tenemos un paciente que esté internado hace dos semanas, con enfermedades crónicas y características de larga data, lo que normalmente pasaba era que utilizábamos una historia clínica escrita, pero la cantidad de información que se va generando cada día es enorme para transcribirla a mano”, apunta Venegas.

Esta información incluye los estudios de laboratorio que se realizan, si se hacen cada día, los reportes de evolución, las rondas de enfermería o los medicamentos administrados, entre otros datos.

“Si el médico quiere hacer un diagnóstico de lo que está pasando realmente con el paciente, le tomaría mucho tiempo revisar lo que fue escribiendo la enfermera o el mismo médico con sus notas de evolución y tendría que ordenar todos los laboratorios de manera cronológica para saber lo que tiene el paciente. En dos semanas de internación podemos ver cambios muy dinámicos en la condición del paciente (...). Es tanta información, que es abrumadora para cualquier médico y éste no tiene el tiempo ni la capacidad de revisar todos esos datos”, señala.

Sin embargo, al contar con historias clínicas digitales se podría estudiar toda la información para identificar patrones y asociarlos a eventos específicos de manera dinámica y fácil, como por ejemplo ver qué parámetros han empeorado o mejorado con algún medicamento, relacionando ambas variables.

La formación es sumamente importante
La formación es sumamente importante

El futuro de la gestión de datos en medicina

Venegas indica que el cambio a las historias clínicas digitalizadas y al uso de la ciencia de datos para su clasificación y aprovechamiento es inevitable y que los profesionales de la salud deben adaptarse a su implementación.

Las nuevas generaciones de profesionales en salud, al ser nativos digitales, están capacitados para la recolección e interpretación de los datos, combinando diversas tecnologías actuales, pueden aplicar estas nuevas herramientas que facilitan los diagnósticos.

En este caso, la formación es sumamente importante, porque se debe combinar los conocimientos propios de la carrera con otros de otras ramas del conocimiento como la tecnología.

“El médico debería tener esto en mente. Ya no podemos seguir utilizando hojas leyendo información que es muy densa, sino más bien debemos hacer uso de herramientas y tecnología que nos permita tomar decisiones de manera adecuada, pero también saber qué está pasando en tiempo real con sus pacientes”, concluye el decano de Ciencias de la Salud.