En la era digital, las redes sociales se han convertido en una parte esencial de la vida cotidiana, especialmente entre los jóvenes

19 de diciembre de 2024, 8:41 AM
19 de diciembre de 2024, 8:41 AM

En la era digital, las redes sociales se han convertido en una parte esencial de la vida cotidiana, especialmente entre los jóvenes. Si bien facilitan la comunicación y el acceso a información, también tienen un lado oscuro que impacta directamente en la salud mental y emocional, lo que ha llevado a expertos a advertir sobre sus efectos negativos y plantear estrategias efectivas para superarlos.

La tecnología avanza imparable y, con ella, el uso excesivo de las redes sociales. Los jóvenes, que dependen cada vez más del teléfono y del flujo constante de interacciones en línea, están particularmente vulnerables, asegura Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

“Los jóvenes están en una etapa clave donde su identidad se construye a partir de la percepción que tienen los demás sobre ellos. Hoy, estas opiniones también se manifiestan en redes sociales, lo que los vuelve más vulnerables frente a los comentarios y la validación a través de ‘likes’”, señala Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que el “uso problemático” de estas plataformas presenta síntomas similares a la adicción, como la incapacidad de control, el aislamiento al no usarlas y el abandono de actividades importantes de la vida diaria.

Efectos negativos de las redes sociales en los jóvenes

1 Baja autoestima

La constante comparación con otros en redes sociales crea una presión por mantener una imagen perfecta. Esto puede generar discordancia entre la identidad real y la virtual, afectando negativamente la autoestima de los jóvenes.

“Ponen mucha atención a los ‘likes’ y comentarios, y eso influye en cómo se perciben a sí mismos”, afirma Loayza.

2 Reducción de la interacción cara a cara

El exceso de comunicación en línea puede disminuir las habilidades sociales necesarias para interactuar en el mundo real. Además, las conversaciones virtuales están más expuestas a malos entendidos y conflictos.

3 Pérdida de tiempo

La dependencia de las redes roba horas valiosas del día. Los jóvenes pueden pasar más tiempo revisando sus muros que realizando tareas importantes, afectando su productividad y equilibrio diario.

4 Trastornos del sueño

El uso del celular antes de dormir altera la calidad del sueño. La necesidad constante de revisar notificaciones o participar en grupos genera emociones como ansiedad y angustia, lo que contribuye a trastornos como el hipersomnio.

5 Enfermedades tecnológicas

La nomofobia, un miedo irracional a estar desconectado del celular o sin acceso a internet, es cada vez más común. La dependencia extrema de las redes también puede provocar estrés y depresión.

Cómo afectan las redes sociales a la salud mental

El tiempo excesivo en redes sociales afecta directamente la salud mental de los jóvenes. Según la OMS, los niños y adolescentes que pasan más de tres horas diarias en estas plataformas enfrentan el doble de riesgo de sufrir problemas psicológicos, como síntomas de depresión y ansiedad.

“Lo aconsejable es medir el tiempo destinado a las redes sociales. Una buena práctica es limitarlo a 30 minutos al día, lo suficiente para mantenerse informado sin afectar otras responsabilidades”, sugiere Loayza.

Estrategias para superar los efectos negativos

La académica menciona cinco consejos para superar los efectos negativos de las RRSS:

1 Controlar el tiempo de uso: la clave está en ser consciente del tiempo que se dedica a las redes sociales. Herramientas digitales permiten programar límites diarios y establecer momentos de desconexión.

2 Priorizar la interacción cara a cara: pasar tiempo de calidad con amigos y familiares fortalece las relaciones y reduce la dependencia de las interacciones virtuales.

3 Promover el autoconocimiento: “es fundamental que los jóvenes se conozcan a sí mismos, sus fortalezas y debilidades, y trabajen en un plan de vida. Ir al psicólogo no siempre es por un problema, también sirve para fortalecer el crecimiento personal”, aconseja Loayza.

4 Realizar actividades offline: fomentar hábitos como la lectura, el deporte o la participación en actividades artísticas ayuda a equilibrar el tiempo en línea y mejorar el bienestar emocional.

5 Ser selectivo con el contenido: analizar el contenido que se consume en redes sociales permite evitar comparaciones negativas y entornos tóxicos.

El uso de las redes sociales no tiene por qué ser perjudicial si se gestiona de forma consciente y equilibrada. Establecer límites, priorizar la interacción real y cuidar la salud mental son pasos fundamentales para prevenir sus efectos nocivos.

“Es importante recordar que la vida real está fuera de las pantallas. Expresar gratitud, cuidar nuestra salud física y emocional y compartir momentos cara a cara con nuestros seres queridos nos ayuda a mantenernos anclados a lo verdaderamente importante”, concluye Loayza.