Estas habilidades nos ayudan a relacionarnos con los demás, tener comunicación efectiva y asertiva para crear cohesión y sinergia.

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11 de noviembre de 2024, 11:21 AM
11 de noviembre de 2024, 11:21 AM

Lograr el éxito en la vida no es sencillo y, en el camino, es necesario contar con herramientas que ayuden a gestionar situaciones complejas y a alcanzar los objetivos propuestos. Con esta premisa, la Universidad de Harvard publicó un artículo titulado Tools for Success (Herramientas para el éxito), donde destaca las cinco 'soft skills' (habilidades blandas) que los estudiantes deben desarrollar para potenciar al máximo sus capacidades.

Estas habilidades, respaldadas por un estudio de la universidad, son aplicables en cualquier ámbito profesional y, sobre todo, son útiles para la vida, facilitando enfrentar los retos que puedan surgir.

Las soft skills, también conocidas como habilidades interpersonales, habilidades sociales o habilidades no técnicas, se refieren a las capacidades y rasgos personales que permiten a las individuos interactuar efectivamente con los demás, trabajar en equipo, comunicarse de manera efectiva, resolver problemas, adaptarse a situaciones cambiantes y tener un buen desempeño en el entorno laboral y en la vida en general.

Estas habilidades nos ayudan a relacionarnos con los demás, tener comunicación efectiva y asertiva para crear cohesión y sinergia, por ejemplo, en equipos de trabajo, conectando con las habilidades técnicas para lograr los objetivos académicos o laborales.

“Las soft skills son cada vez más valoradas por los empleadores ya que complementan las habilidades técnicas y pueden marcar la diferencia en el éxito profesional y personal de una persona”, señala Ariel Villarroel experto de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Por ejemplo, en el caso de los profesionales de la salud, ellos juegan distintos roles que involucran las relaciones humanas, el trato, la paciencia, la compasión y la empatía, valores que deben cultivar no solo durante sus estudios sino a lo largo de la vida, para relacionarse con quien tiene un padecimiento.

A continuación, te presentamos las cinco herramientas esenciales para alcanzar el éxito:

1.            Planificación

La planificación es clave para manejar las jornadas de trabajo y asegurar el cumplimiento de tareas. Organizar y priorizar las actividades permite que lo más importante se realice a tiempo, dejando margen para imprevistos.

Esta habilidad ayuda a reducir el estrés frente a la carga de trabajo, facilita el inicio de las tareas y permite seguir el curso de los proyectos sin preocuparse por reorganizar constantemente. Con una buena planificación, tendrás la tranquilidad de saber que todo está en orden.

2.            Enfoque

Mantenerse concentrado en la tarea es vital para cumplir con la planificación establecida. Para lograrlo, es importante revisar periódicamente los objetivos y los pasos necesarios para alcanzarlos. Este enfoque permite evitar distracciones y mantener una dirección clara, optimizando el tiempo y el esfuerzo en cada proyecto.

3.            Autocontrol

La capacidad de autocontrol es fundamental para manejar situaciones difíciles sin perder la calma. Controlar las emociones y gestionar el estrés ayuda a mantener la estabilidad y la persistencia, incluso en momentos desafiantes.

Para desarrollar el autocontrol, Harvard recomienda prácticas como la meditación, que permiten reducir el estrés y fortalecer la escucha interna, promoviendo el bienestar y el equilibrio emocional.

4.            Conciencia

La conciencia implica estar bien informado y entender el rol propio dentro de un proyecto, equipo o empresa. Esta habilidad también incluye reconocer las propias fortalezas y limitaciones, lo que permite trabajar de manera más eficiente y gestionar mejor el tiempo. La conciencia de las capacidades propias evita asumir responsabilidades excesivas y ayuda a contribuir de manera más efectiva en cualquier proyecto.

5.            Flexibilidad

Dado que el mundo cambia constantemente, es esencial estar preparado para adaptarse. Ser flexible implica estar dispuesto a reconsiderar opiniones y a ajustar planes según sea necesario.

Esta habilidad facilita afrontar cambios inesperados, replantear estrategias y adaptarse a nuevas circunstancias, lo que es clave para responder de manera efectiva en entornos inciertos.