Identidad, perfil de marca, propuesta única de valor o adaptación son algunos rasgos esenciales que componen las estrategias de posicionamiento en el mercado

24 de junio de 2023, 11:00 AM
24 de junio de 2023, 11:00 AM

Google es un ejemplo de branding estratégico exitoso. Su nombre y su tipografía son elementos distintivos que reflejan su propósito de ofrecer soluciones tecnológicas simples, eficientes y divertidas. Su cultura de innovación, creatividad y colaboración se manifiesta en sus productos y servicios.

El branding es el proceso de crear y gestionar la imagen y la identidad de una marca. Consiste en el conjunto de elementos y estrategias que se utilizan para diferenciar y posicionar una marca en la mente de los consumidores. Establece una conexión emocional con el público objetivo y genera percepciones positivas y significativas sobre la marca.

A su vez, el branding estratégico tiene la finalidad de establecer una ventaja competitiva y lograr una conexión sólida con el público objetivo. Parte de una estrategia integral que abarque la identidad, los valores, la personalidad y la propuesta de valor única de la marca. Así lo define Claudio De La Rosa, director de la carrera de Marketing de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

El académico resalta algunas premisas estratégicas para considerar. Se parte del conocimiento profundo del mercado y del público objetivo. También de una definición clara de la identidad de marca. Esto abarca factores como los valores, la personalidad, la propuesta de valor única y la percepción deseada de la marca.

El trabajo de branding continua con la investigación de la competencia para saber el posicionamiento alcanzado por los rivales y las estrategias que han empleado. La acumulación de esta información delimitará las oportunidades para diferenciarse.

Al diseñar una estrategia propia de branding, De La Rosa remarca la consistencia en todos los puntos de contacto como canales, sitio web, las redes sociales, el servicio al cliente o el embalaje. Parte de esta coherencia se relaciona con la adaptabilidad y evolución.

Aspectos como la medición y evaluación continua ayudarán a orientar y reencauzar la presencia de marca buscando los ajustes estratégicos según sean necesarios. 

Finalmente, el consejo que propone el especialista habla de un compromiso de toda la organización para alinearse con la identidad y los valores de la marca.

Los beneficios

Otro ejemplo exitoso de branding estratégico es Apple. Una marca que ha creado una identidad fuerte y reconocible, basada en el diseño, la calidad y la exclusividad de sus productos. Se ha convertido en un referente de innovación, elegancia y prestigio.

Al igual que las grandes marcas, las empresas con una buena estrategia de branding sumarán valor a sus productos. De la Rosa enumera cuatro beneficios directos. 

El principal marca una diferenciación en el mercado y destaca los productos propios sobre los de los competidores. Al desarrollar una identidad de marca sólida y única, se puede atraer y fidelizar al público objetivo.

Un segundo aspecto tiene vinculación con el reconocimiento y lealtad de los consumidores. Para ello, es imprescindible dotar a la marca de un valor agregado real, que salga de un propuesta de valor única y conquiste a los usuarios.

Finalmente, una buena estrategia realza las ventajas competitivas. Lo que conlleva a posicionar una personalidad y una voz propia en el mercado.