Propone una mirada del derecho enfocado en la problemática y necesidades de una empresa para incentivar a que el empresario avance sin tropiezos.

23 de agosto de 2023, 14:50 PM
23 de agosto de 2023, 14:50 PM

El ámbito productivo y empresarial ha expandido enormemente su campo de acción. Los empresarios buscan un respaldo efectivo que garantice sus inversiones. Se trata, ante todo, de contar con la seguridad jurídica para invertir y captar recursos. 

El crecimiento del derecho empresarial asienta las bases para que las empresas tengan las más amplias posibilidades de crecimiento. 

“Parte de la actividad productiva del hombre es la empresa, pero nunca le dimos la trascendencia adecuada y lo mezclábamos con el derecho comercial. (…) le quisimos dar un matiz diferente y cuando creamos (la especialidad), en 2018, hablamos de derecho productivo y empresarial porque teníamos que estar a tono con la realidad, pensar qué es lo que realmente necesitan nuestros estudiantes y qué demanda la sociedad”, explica Luis Enrique Páez Andrade, decano de la facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Enriquecida por esta experiencia, surgió el derecho enfocado en la problemática y necesidades de una empresa, no sólo desde el punto de vista de litigios legales, sino, orientado a su desarrollo, a incentivar a que el empresario avance sin tropiezos. 

Este debería ser un paso importante en un país donde el 85,7% de trabajadores del país se encuentran en el sector informal, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a diciembre de 2022. Para Páez, ese es el principal problema del Estado y si Bolivia desea ser competitiva, se debe transformar esta situación. 

El primer paso es dejar de ver al derecho como un problema o una fuente de conflicto. La mirada actual plantea el derecho como un generador que permita al empresario tener los instrumentos, herramientas y seguridad jurídica para que invierta, pueda captar inversión extranjera y que todo se desarrolle de acuerdo a sus expectativas.

Para el experto, el reto a vencer es el miedo a las instituciones del Estado “que no son lo suficientemente fuertes” para garantizar esta seguridad. “Tenemos muchos problemas en la prestación de los servicios que el Estado realiza como institución. También nos dimos cuenta que el mundo cambió, la tecnología nos llevó a otra dimensión. Es decir, ahora nos convertimos en ciudadanos del mundo y debemos regirnos por normas globales. Eso hizo que se deban acelerar procesos”, precisa.

Por ejemplo, explica que las empresas están reguladas por un Código de Comercio internacional que tiene una amplia dinámica, pero en el país deben regirse bajo normas de 1977. 

El derecho y las nuevas tecnologías

La forma en que se desarrolló el derecho en Bolivia y en gran parte del continente fue la tradicional. Hasta antes del 2019, el abogado era algo más que una máquina de escribir y como una gran evolución en ese entonces, debía contar con un ordenador. Veían como “algo interesante” el uso de las nuevas tecnologías que iban a llegar “algún día”. Sin embargo, la pandemia cambió totalmente la proyección. 

Se vino un sinfín de herramientas e instrumentos para ejercer, con mayor precisión, y tranquilidad, pero en algunos casos la reacción fue de temor. Las personas están acostumbradas a dejar de lado todo cambio que les pueda generar dificultades y eso se refleja en las actuales reparticiones del Estado. “Imagina los problemas que tenemos con la justicia: primero, retardación por la acumulación de procesos. Si lo hiciéramos en línea y si comenzamos a usar todo en red se ahorrará el papel y se podría adquirir una gran dinámica en los procesos”, enfatiza.

En el otro extremo, el derecho empresarial se nutrió de todas las tecnologías, orientadas al crecimiento. Un punto negativo es que esas mismas herramientas y esa cantidad de información, que publican, generan algunos inconvenientes, como el caso de la propiedad intelectual. Como todo el mundo publica, se roban ideas.

Pese a tal situación, Páez Andrade no cree que se deba generar herramientas específicas para el derecho. Al contrario, se debe profundizar en herramientas que ya se usa, como Inteligencia Artificial, la robótica y el metaverso, para dar soluciones a los problemas de las empresas.