Diseñador boliviano crea héroes para videojuegos

Es increíble ver como un simple trazo termina en un personaje animado para videojuegos y hacen las delicias de millones de gamers. “Lo importante es animarse a dar el primer trazo”, dice Adrián Jaime Ortiz Mérida, artista ilustrador y estudiante de la carrera de Diseño Gráfico y Producción Crossmedia de Unifranz. Sus dibujos de personajes y héroes son imágenes capaces de transmitir emociones.

Desde niño, Adrián se apasionaba por el dibujo. Ahora, este estudiante de sexto semestre utiliza su talento para dar vida a personajes animados. 

Por influencia familiar inició los estudios de Ingeniería Industrial. El tiempo le demostró que su talento estaba en el lápiz y comenzó a realizar múltiples bocetos que terminaron por devolverlo al arte de la ilustración y el diseño gráfico. 

Mientras escribía su tesis de Ingeniería, relata Adrián, llenó un sinfín de cuadernillos con dibujos o retratos a mano alzada. Una charla con su papá Jaime Ortiz logró reconducir su camino. Con el apoyo incondicional de su familia, comenzó un nuevo viaje para cumplir su sueño, potenciar su talento y convertirse en artista ilustrador. Actualmente, dos empresas de desarrollo de videojuegos confían en sus diseños.

Reinventarse fue un proceso de creación y transformación, matiza. Su pasión por los trazos requirió un arduo trabajo de mejoramiento que, gracias al acompañamiento académico, se logra desarrollar de forma tecnificada. “Nada sale bien a la primera, todo trabajo necesita pulirse”, confiesa.

Con el tiempo y la práctica, los retratos que hacía se convirtieron en personajes creados con un estilo propio. En el 2021, el ilustrador fue elegido para realizar sus prácticas empresariales en la empresa internacional de videojuegos Mampel Skyliner. Allí, durante tres meses, aprendió con mentores internacionales y fue contratado como Artista Asociado para crear otros personajes y sus mundos en juegos como Ecomasters.

El joven ilustrador cumplió el sueño de muchos jóvenes al formar parte del universo gamer. Su pasión por crear y su curiosidad por nuevas técnicas para plasmar sus ideas le impulsaron seguir su pasión.  En la actualidad, se desempeña como Lead Artist (artista principal). 

Kayan y el viaje del papel a la animación digital

Para comprender al artista es necesario entender sus procesos. Adrián inició la creación de su último personaje Kayan como un boceto sencillo en uno de sus cuadernos.  

“Para la historia y el personaje me inspiré en la conexión de la fantasía, con un viaje con sentido, si bien existen mundos fantásticos y hermosos nunca deja de existir la tragedia y los problemas (..) así se forman los héroes”, apunta.

El viaje de su personaje, al igual que la digitalización y animación del mismo, es largo. Inicia con una fotografía del boceto dibujado en papel que se utiliza para delinear un primer boceto digital en el cual se van creando las formas y fondos para luego dar los detalles de texturas y elementos en primer plano. Por último, se introduce al personaje en la escena y se procede a animar cada capa de la ilustración digital para conseguir el movimiento.

Ortiz asegura que está en proceso de reinvención constante, pero en un futuro se ve a sí mismo dirigiendo su propio estudio o creando sus propios proyectos en las empresas donde trabaja actualmente. 

“En Bolivia hay mucho talento y hay ganas, en un futuro me gustaría poder ayudar a otras personas a desarrollar ese talento (..) Me siento emocionado porque trabajo en lo que siempre he querido y se me han ido abriendo las puertas”, finaliza.

Aporte desde la universidad

Este año, Roxana Sánchez, otra estudiante de la carrera, invitó a Adrián para participar como artista conceptual de personajes y escenarios en Virtual Sonqo, una empresa boliviana de desarrollo de videojuegos. “Como artista me siento altamente valorado y motivado a seguir apoyando el proyecto”, comentó Ortiz.

Alejandra Basta, Directora de Carrera de Unifranz, valora el proceso de formación que se ofrece en la universidad. La interacción de sus habilidades y conocimiento es llevado a la práctica a través de pasantías. Desde ahí se despiertan habilidades increíbles en cientos de jóvenes que aprenden haciendo, dice. “De diez estudiantes que realizaron la pasantía, sólo Ortiz, tomó la convocatoria, una puerta para buscar mejores oportunidades y las consiguió” apunta orgullosa.