La educación tiene la capacidad de transformar el mundo, promoviendo el cambio, inculcando valores en las nuevas generaciones, creando nuevos paradigmas que guiarán el destino del planeta en los años venideros

2 de mayo de 2024, 9:11 AM
2 de mayo de 2024, 9:11 AM

La educación tiene la capacidad de transformar el mundo, promoviendo el cambio, inculcando valores en las nuevas generaciones, creando nuevos paradigmas que guiarán el destino del planeta en los años venideros.

Para Rodrigo Fábrega Lacoa, director de la Fundación Cruzando, profesor del MIT Media Lab Massachusetts Institute of Technology, éste es un momento único en la historia, en el que, gracias a un mundo cada vez más global y a las nuevas tecnologías, Latinoamérica tiene el potencial de competir con el resto del mundo en igualdad de condiciones en todos los ámbitos y la clave es la educación.

“Yo creo que es la primera vez en la historia de la humanidad que estamos compitiendo en igualdad de condiciones con el resto del mundo. Nunca antes hemos estado en esta posición, en el mundo antiguo estábamos adelantados, pero cuando llegó la revolución industrial, nosotros estábamos lejos de los centros de producción de energía. Ahora, por primera vez tenemos acceso a la misma tecnología que los centros de más alto desarrollo. Esto quiere decir que estamos en una gran posición y si bien no estamos preparados, nos estamos preparando”, expresa el experto.

Fábrega agrega que, para que este salto se dé, es necesario tomar decisiones respecto a la educación, los cuales ya han empezado a ser proyectados y que en los próximos años deben ser implementados.

“Esto no va a ser un tema de oportunidad, va a ser un tema de decisión para que seamos capaces de convencer a los que hacen políticas públicas, a la academia, las empresas y a nosotros mismos que realmente lo podemos hacer. Cuando viajamos a cualquier parte del mundo, siempre encontramos a alguien de Latinoamérica que se destaca. Ahora tenemos la posibilidad de que esto no solo sea de unos pocos y eso se va a lograr con una educación transformadora, la cual ya estamos proyectando”, acota.

Fábrega, junto con autoridades de Estado, líderes educativos, académicos de talla internacional y prominentes profesionales de la pedagogía se reúnen en la ciudad de Santa Cruz, en el “V Foro Internacional de Innovación Educativa: El Futuro de la Educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica” (FIIE 2024), un espacio de intercambio de ideas y colaboración para delinear una educación superior relevante, inclusiva y preparada para el mundo del mañana.

El evento es organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en alianza estratégica con la Red de Innovación Educativa Latam, la Organización Universitaria Interamericana (OUI), las Redes de Administradores Universitarios América (RAUI), la Asociación Nacional de Universidades Privadas (ANUP) y la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (Cainco).

Proyectar una educación acorde a los nuevos tiempos

“Educación y futuro son la misma cosa, son sinónimos, es decir, hablar de educación es hablar de futuro y no se puede tener un futuro, sin educación y no se puede tener educación sin pensar en el futuro, vale decir que son dos conceptos que están absolutamente ligados y no es posible separar el uno del otro”, dice Fábrega.

Para alcanzar una educación del futuro, el experto indica que ésta se debe adaptar al mundo en que vivimos y entender su poder transformador en la sociedad.

“A veces nos olvidamos de que la escuela, la educación, la universidad, la forma de aprender es una institución que tiene 200 años y ha transformado la sociedad. Cualquier cosa que miremos a nuestro alrededor ha sido lograda gracias al ingenio, la creatividad, la experiencia de las personas y eso se logra, en gran medida, gracias a la educación, para que no solamente unos puedan tener la virtud de poder crear, sino todos”, puntualiza.

En este sentido, los encuentros como el propuesto por Unifranz, se convierten en una herramienta imprescindible para diseñar el futuro.

“Yo creo que ésa es una condición del humano, de siempre ir a hacer cosas nuevas e intentar no quedarnos quietos, es lo que yo veo en los jóvenes, que son personas que son muy activas, que inventan cosas nuevas. Nunca antes, América Latina ha tenido acceso a las nuevas tecnologías como lo tiene ahora, igual que el resto del mundo. Creo que tiene que haber gente que salga a buscar el futuro y creo que parte de este proceso es invitar a todos los actores para proyectar ese futuro en el que todos estemos más felices”, puntualiza.

Unifranz

La escuela y la universidad actual fue hecha a imagen y semejanza de la sociedad industrial

Repensar los procesos educativos

Para Fábrega, en el futuro, la educación debe centrarse en que el estudiante se convierta en agente de su propio aprendizaje, generando un cambio de paradigma en relación con los modelos educativos de la era industrial, sobre los cuales todavía gravitan muchas instituciones educativas.

“La escuela y la universidad actual fue hecha a imagen y semejanza de la sociedad industrial, vale decir, alguien decide qué tienes que aprender, cuándo tiene que aprender, por cuánto tiempo y te da un título profesional. En la sociedad del conocimiento, en la sociedad de estos jóvenes inquietos tenemos que leer esto y proponer una escuela, una universidad donde se hagan proyectos, donde se trabaje en equipo, donde haya pasión y ganas de jugar, la emoción de jugar es una emoción humana”, reflexiona.

Ante esto, el experto del MIT expresa que la educación tendría que parecerse más a un kínder que a una escuela tradicional.

“Cuando uno va a un kínder, una persona va a aprender, cuando pasa a primaria, va a ser enseñado, alguien va a decirle al estudiante lo que tiene que hacer, mientras que en el kínder uno decide, hay reglas, pero uno decide qué hacer. Creo que las escuelas y las universidades ya han entendido que la mejor manera de aprender es siendo uno mismo, el agente de aprendizaje, no diciéndole al estudiante qué aprender”, manifiesta.

Si esto se logra de manera general, la universidad va a ser una escuela de la creatividad, en la que los estudiantes sean capaces de crear algo, “no de consumir conocimiento, porque el consumir conocimiento sirvió muchísimo a la sociedad, pero eso se está agotando”, concluye.