El aumento de temperaturas podría incrementar la población de mosquitos, incrementando enfermedades como la malaria, el dengue y el Zika, exponiendo a 500 millones de personas más.

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18 de noviembre de 2024, 10:08 AM
18 de noviembre de 2024, 10:08 AM

Alrededor del mundo, la deforestación y el cambio climático han propiciado la propagación de las enfermedades tropicales desatendidas (ETD), un grupo de padecimientos que afectan a más de 1.000 millones de personas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe las ETD como enfermedades causadas por patógenos como virus, bacterias, parásitos, hongos y toxinas, con consecuencias sanitarias, sociales y económicas devastadoras. Estas enfermedades, entre las que destacan patologías como la malaria, el dengue, el zika, chikungunya o la leishmaniasis, son, en su mayoría, tratables.

Fernando Siles, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que, en Bolivia, estas enfermedades se presentan principalmente durante la temporada de lluvias.

“Por ejemplo, en Cochabamba, es común la aparición de enfermedades respiratorias, como resfriados y gripes, debido al aumento de la humedad. También se pueden presentar enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue y la malaria, debido a la proliferación de estos insectos en los criaderos de agua estancada, particularmente en la región del Chapare”, explica el médico.

Según Siles, en esta época, algunas enfermedades pueden ser estacionales, es decir, que ocurren con mayor frecuencia sólo en este período del año debido a las condiciones climáticas. Sin embargo, también existen enfermedades que son endémicas, lo que significa que están presentes de manera constante en una determinada área geográfica.

“En el caso de Bolivia, algunas enfermedades transmitidas por mosquitos, como el dengue y la malaria, pueden ser tanto estacionales como endémicas, dependiendo de la región. Estas enfermedades pueden aumentar durante la temporada de lluvias debido a la proliferación de mosquitos en los criaderos de agua estancada”, puntualiza el académico.

El informe "Quantifying the Impact of Climate Change on Human Health" del Foro Económico Mundial (WEF), publicado en enero de 2024, explora los vínculos entre la crisis climática y la salud. El cambio climático impacta profundamente en la salud global, afectando el suministro de agua dulce, aumentando enfermedades infecciosas y la contaminación del aire. Se estima que para 2050 habrá 14,5 millones de muertes relacionadas con el clima y un aumento de problemas de salud pública, como enfermedades infecciosas no transmisibles y mentales.

El aumento de temperaturas podría incrementar la población de mosquitos, incrementando enfermedades como la malaria, el dengue y el Zika, exponiendo a 500 millones de personas más.

Ante esta situación, el Foro insta a soluciones como sistemas de alerta temprana, inversión en I+D innovadores e incentivos económicos para sistemas sanitarios más resilientes.

El WEF también señala que, en 2024, más de 300 organizaciones de gobiernos, academias y sectores privados apoyaron el Día de las Enfermedades Tropicales Desatendidas, establecido por la OMS el 30 de enero de cada año. Estas enfermedades también estuvieron en la agenda de la COP28 en 2023, y se espera que tengan un papel destacado en la COP29. La OMS y la Fundación Bill & Melinda Gates se comprometieron a destinar 777 millones de dólares para programas y tratamientos esenciales contra las ETD, investigación e innovación, y fortalecimiento de sistemas de salud.

Cómo prevenir enfermedades en esta temporada

Para prevenir enfermedades durante la temporada de lluvias, Siles recomienda seguir las siguientes medidas:

             Mantener una buena higiene personal, lavándose las manos con frecuencia y utilizando desinfectante de manos cuando no sea posible lavarlas con agua y jabón.

             Evitar el contacto con agua estancada y eliminar los posibles criaderos de mosquitos en el entorno, como recipientes con agua acumulada.

             Protegerse de los mosquitos utilizando repelente, ropa de manga larga y pantalones largos, y colocando mosquiteros en las ventanas y puertas.

             Evitar el consumo de agua no potable y asegurarse de que las fuentes de agua estén adecuadamente tratadas.

             Mantener una buena ventilación en los espacios cerrados para reducir la humedad y prevenir la proliferación de microorganismos.

             Vacunarse según las recomendaciones de las autoridades sanitarias.

Siles enfatiza sobre la necesidad de mantener una estricta higiene personal y del entorno, buscar atención médica de manera temprana, participar en campañas educativas comunitarias y colaborar estrechamente con las autoridades de salud.

Otra medida de seguridad que se puede adoptar es la protección personal durante actividades al aire libre, incluyendo el cambio de ropa en caso de mojarse después de realizar alguna actividad.