El nuevo rol del docente en la era digital

En la era digital, el rol del docente experimentó una transformación significativa. Ya no se trata solo de impartir conocimiento de manera unidireccional, sino de asumir múltiples roles que van desde facilitador del aprendizaje hasta guía en el uso responsable de la tecnología.

Más allá de la enseñanza tradicional, los docentes actuales son arquitectos de experiencias de aprendizaje significativo, promotores de habilidades duraderas y responsables de preparar a los estudiantes para enfrentar un mundo cada vez más complejo y digitalizado.

“La forma en la que enseñamos antes no es la misma en la que enseñamos ahora. Estamos expuestos a mucha más tecnología, muchas más herramientas. Por ejemplo, cuando consultamos información para hacer un proyecto o una tarea antes íbamos a una enciclopedia hoy en día vamos a Google o Internet”, señala Daniela García, CEO de Elemental Bolivia, que en estos últimos cuatro años ha capacitado a cerca de 12.000 maestros y 54.000 estudiantes bajo la metodología STEAM (ciencia, tecnología, ingeniería, artes y matemáticas, por sus siglas en inglés)

En la misma línea, Clara Solórzano, responsable de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, indica que “el rol del docente en la era digital ha evolucionado significativamente” e identifica algunos roles destacados:

1 Facilitador del aprendizaje

Uno de los roles más destacados del docente moderno es el de facilitador del aprendizaje. En lugar de ser la fuente única de conocimiento, el docente ahora ayuda a los estudiantes a construir su propio entendimiento a través de la exploración, la investigación y la colaboración.

Este enfoque fomenta un aprendizaje más activo y participativo, donde los estudiantes se convierten en protagonistas de su proceso educativo.

2 Creador de experiencias de aprendizaje significativas

Los docentes son responsables de diseñar experiencias de aprendizaje que no solo sean informativas, sino también atractivas y relevantes.

Utilizando tecnología y recursos multimedia, los educadores crean actividades interactivas que promueven un aprendizaje profundo. Este enfoque permite a los estudiantes conectar el contenido académico con situaciones de la vida real, aumentando así su motivación y compromiso.

3 Guía en el uso de la tecnología

En un mundo dominado por la tecnología, los docentes desempeñan un papel crucial en enseñar a los estudiantes cómo utilizar estas herramientas de manera efectiva y responsable.

Más allá de las habilidades técnicas, los docentes también inculcan valores como la ética y la integridad académica, esenciales en el uso de la inteligencia artificial y otras tecnologías emergentes. Esto asegura que los estudiantes no sólo sean competentes técnicamente, sino también ciudadanos digitales responsables.

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4 Promotor de habilidades duraderas

“Hoy en día, no solamente pesan los conocimientos técnicos, sino también las habilidades blandas. Es decir, si eres capaz de tener pensamiento crítico para analizar la información que recibes (…); las tareas técnicas, la inteligencia artificial, las máquinas, los algoritmos lo van a hacer mucho más rápido que nosotros, pero hay otras en donde no van a poder hacerlo, como tomar decisiones”, explica García.

Aunque, actualmente, el uso de la inteligencia artificial (IA) en la educación puede generar desconfianza, se vislumbra un futuro en el cual estas herramientas serán vistas como aliados necesarios para facilitar el aprendizaje.

Los docentes actuales se centran en desarrollar habilidades que trascienden el ámbito académico y son fundamentales para la vida. Entre estas habilidades se incluyen el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la colaboración, la comunicación asertiva y la alfabetización digital.

Estas competencias son esenciales para que los estudiantes puedan adaptarse a un entorno volátil, incierto y altamente interconectado.

Estrategias innovadoras en la enseñanza

Los docentes han adoptado diversas estrategias innovadoras para facilitar el aprendizaje en la era digital:

1 Aprendizaje activo fomentando la participación activa de los estudiantes a través de actividades prácticas, discusiones en grupo, proyectos colaborativos, juegos educativos y debates en línea.

2 Aprendizaje personalizado utilizando tecnologías educativas para adaptar el contenido y las actividades a las necesidades, estilos de aprendizaje y ritmos individuales de cada estudiante.

3 Flipped classroom o aula invertida, que consiste en invertir la dinámica tradicional de enseñanza, permitiendo que los estudiantes revisen materiales en casa y realicen actividades prácticas en el aula bajo la guía del docente.

4 Gamificación, al integrar elementos de juegos en el proceso de aprendizaje para aumentar la motivación y el compromiso.

5 Aprendizaje Basado en Proyectos que consiste en el diseño de experiencias de aprendizaje auténticas donde los estudiantes trabajan en proyectos significativos que requieren investigación y colaboración.

“Ser un diseñador de experiencias de aprendizaje implica crear entornos y actividades que estimulen el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la colaboración y la creatividad. Esto implica utilizar herramientas digitales y recursos multimedia para diseñar experiencias de aprendizaje que se adapten a las necesidades individuales de los estudiantes”, puntualiza la académica.

Beneficios del nuevo enfoque

El enfoque actual en la creación de experiencias de aprendizaje atractivas y significativas ofrece numerosos beneficios ya que aumenta la motivación y el rendimiento de los estudiantes, al tiempo que fomenta el desarrollo de habilidades del siglo XXI.

Además, según Solórzano, favorece la personalización del aprendizaje, permitiendo a los estudiantes avanzar a su propio ritmo y según sus intereses particulares.

El rol del docente en la era digital ha evolucionado significativamente. Más allá de impartir conocimientos, los docentes son ahora facilitadores, guías y diseñadores de experiencias de aprendizaje que preparan a los estudiantes para un futuro incierto y tecnológico.

Esta transformación no solo enriquece el proceso educativo, sino que también asegura que los estudiantes desarrollen las competencias necesarias para tener éxito en el mundo moderno.