"No podemos formar un ingeniero con conocimiento de hace diez años atrás, tenemos que formarlo con el conocimiento que se está creando hoy", justifica Luis Riveros en el III Foro Internacional de Educación Superior.

14 de diciembre de 2022, 10:30 AM
14 de diciembre de 2022, 10:30 AM

Las instituciones de educación superior son espacios del ejercicio del conocimiento científico, de estudio de los fenómenos sociales, de innovación o de generación de conocimientos. La universidad está lejos de ser inmovilista, más aún en la era del procesamiento de grandes cantidades de datos y de adquisición de habilidades de alto nivel, asegura  Luis Riveros, Presidente del Concejo Académico de Red de Administradores Universitarios (RAUI) América y orador del III Foro Internacional de Educación Superior.

La universidad está llamada a optimizar el desarrollo de actividades de investigación rigurosa y la producción de nuevos conocimientos, técnicas y tecnologías.  “No podemos formar un ingeniero con conocimiento de hace diez años atrás, tenemos que formarlo con el conocimiento que se está creando hoy y eso pone a la universidad en la tarea de participar en este mundo de creación de modelos, nuevas ideas, propuestas, nuevos conocimientos”, reflexiona Riveros.

La investigación fomenta la creación de nuevos conocimientos y permite la reflexión sobre los conocimientos ya existentes; estimula, en los estudiantes y profesores, una actitud crítica y reflexiva sobre los problemas cotidianos y reales para conseguir una mejora en nuestro entorno.

La formación continua es una realidad. Los estudiantes que se gradúan en una determinada carrera, con una cierta formación, deben volver a la universidad a buscar nuevos instrumentos, nuevas ideas en los programas de posgrados y esos programas de posgrado, requieren ser alimentados de conocimiento nuevo, apunta el experto.

Las universidades son valoradas socialmente, porque es en las universidad donde se gestan respuestas frente a los requerimientos de nuevas acciones, de nuevas orientaciones y que por tanto no sea el proceso, sino pasa a ser ya la vocación de servicio.

La investigación científica, argumenta Riveros, es un indicador de la calidad de los procesos en el ámbito universitario, por lo que debe ser incrementada en virtud de los resultados de los trabajos realizados por los docentes investigadores y estudiantes.

Convenios que ayudan

Los convenios o alianzas entre universidades o de estas con instituciones extranjeras e institutos de investigación, promueven las colaboraciones, investigaciones conjuntas y logran alcances más completos. El caso del Centro de Investigaciones de Salud Global que impulsa la  Pontificia Universidad Javeriana de Colombia con el apoyo del National Institute for Health and Care Research (NIHR), de la Unidad de Psiquiatría Social y Comunitaria de la Queen Mary University of London de Inglaterra, es un ejemplo de alianzas que ayudan. 

La iniciativa impulsa el desarrollo de investigaciones en salud, mediante una alianza entre tres universidades latinoamericanas, entre ellas la Universidad Franz Tamayo, Unifranz de Bolivia (sede académica Santa Cruz) y la Universidad Rafael Landívar de Guatemala.

La alianza mencionada impulsa investigaciones  que buscan soluciones que repercutan de forma directa en mejorar la calidad de vida de quienes viven con enfermedades crónicas no transmisibles, principalmente, en aquellas poblaciones indígenas del país, además de que  fomentará la investigación en varias áreas del conocimiento.