Uno de los últimos avances en la IA en el campo educativo son los agentes de IA y su uso como tutores virtuales, estos sistemas, están basados en algoritmos de aprendizaje automático y procesamiento de lenguaje natural.

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26 de noviembre de 2024, 9:38 AM
26 de noviembre de 2024, 9:38 AM

Más allá de impartir conocimientos, los buenos profesores saben acompañar el aprendizaje de sus alumnos, reforzándolo con habilidades humanas y comprensión, habilidades que la inteligencia artificial (IA) aún no posee. De acuerdo con San Altman, CEO de OpenAI, empresa creadora de ChatGPT, estas competencias los hacen imprescindibles e irremplazables.

“Las interacciones humanas preferirán tratar con otros seres humanos, y aunque ChatGPT puede mejorar la educación personalizada, los profesores seguirán siendo esenciales para brindar una educación completa y adecuada”, expresa el creador de ChatGPT.

El ejecutivo de OpenAI apunta que, además, los docentes pueden beneficiarse de muchas herramientas de IA para potenciar sus clases y personalizar la educación.

Esta visión es compartida por Clara Luisa Solórzano, responsable de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, quien indica que la IA permite a los docentes conocer mejor a sus estudiantes y brindar una mejor atención a sus necesidades.

“El docente puede utilizar la inteligencia artificial con una visión más amplia, por ejemplo, personalizando el aprendizaje para cubrir las necesidades de educación de los estudiantes que están teniendo dificultades”, señala.

Solórzano agrega que esto facilita la adaptación de las lecciones para aquellos estudiantes que enfrentan dificultades y también asegura que cada alumno tenga acceso a un conocimiento más personalizado y efectivo.

“Al automatizar tareas administrativas y repetitivas, los docentes ganan tiempo valioso para dedicarse a la creación de lecciones más innovadoras y recursos de aprendizaje más eficaces”.

Otra ventaja significativa es la posibilidad de mantenerse al día con los contenidos más actuales y las tendencias de su disciplina, a fin de acceder a “investigaciones de punta y trabajos que realizan sus pares de universidades top del mundo para adaptarlos a su realidad educativa y a la de sus estudiantes”.

Además, la IA permite una retroalimentación inmediata a los estudiantes a través de plataformas virtuales, mejorando así el proceso de aprendizaje continuo.

Agentes de IA en la educación

Uno de los últimos avances en la IA en el campo educativo son los agentes de IA y su uso como tutores virtuales, estos sistemas, están basados en algoritmos de aprendizaje automático y procesamiento de lenguaje natural.

Estos sistemas están diseñados para identificar áreas de dificultad, ajustarlas y ofrecer recursos adicionales. “Pueden personalizar la enseñanza de manera precisa al ajustar el nivel de dificultad y los contenidos según el progreso individual de cada estudiante”, indica Marcelo Pacheco, director de la carrera de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Este enfoque flexible permite que cada estudiante avance a su propio ritmo, maximizando la eficiencia de su aprendizaje y reduciendo la frustración.

La integración de tutores virtuales ofrece beneficios tanto a estudiantes como a docentes, aunque de formas distintas. Para los estudiantes, contar con un tutor virtual significa tener un apoyo constante y personalizado, lo que refuerza el aprendizaje y ayuda a superar obstáculos específicos en su proceso educativo. Esta herramienta permite a los estudiantes trabajar en sus debilidades y mejorar en las áreas donde enfrentan más dificultades.

Para los docentes, los tutores virtuales representan un recurso valioso en la gestión de tareas repetitivas. En el Tecnológico de Monterrey, por ejemplo, los tutores virtuales ayudan con tareas administrativas, como el seguimiento de entregas y la revisión automática de respuestas en evaluaciones. Esta asistencia permite a los profesores enfocarse en actividades de mayor valor.

El uso de tutores virtuales en la educación superior ha permitido una amplia variedad de aplicaciones en diferentes áreas de estudio, desde matemáticas y programación hasta ciencias sociales y humanidades. En la Universidad de Stanford, por ejemplo, los tutores virtuales han ayudado a los estudiantes a repasar temas complejos, analizando patrones de respuesta para sugerir ejercicios personalizados y mejorar sus competencias.

Pacheco advierte que, para que los tutores virtuales sean verdaderamente efectivos en el entorno académico, es crucial que se integren de manera pedagógica y estratégica.

“La inteligencia artificial continúa avanzando y, con ella, los tutores virtuales evolucionan para ofrecer una experiencia educativa aún más personalizada, accesible y eficiente. A medida que estos sistemas mejoran en precisión y capacidad de respuesta, la educación se adapta cada vez más a las necesidades específicas de cada estudiante, permitiendo que más personas tengan acceso a una formación de calidad, sin importar sus barreras”, manifiesta.

La IA es una herramienta para el pensamiento

Una encuesta realizada en 2023, por Gallup en Estados Unidos, señala que el 82% de los estudiantes de pregrado y el 72% de los estudiantes de primaria y secundaria habían utilizado la IA para la escuela. De esta población estudiantil que usa IA, el 56% la usó para ayudar con las tareas de escritura y el 45% para completar otros tipos de tareas escolares.

Rodrigo Fábrega, experto en educación y docente del MIT Media Lab, uno de los laboratorios del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) indica que lo más importante para la implementación de la IA en la educación es no centrarse solo en su consumo, sino involucrar a los estudiantes en la comprensión y el desarrollo de la misma.

“La IAG (inteligencia artificial generativa) plantea tres desafíos: el primero es que podemos ser más eficientes usándola. Un docente destina casi la mitad de su tiempo a tareas que son automatizables. Segundo: volver a pensar cómo ofrecemos a los y las estudiantes un ambiente diseñado para querer aprender. Tercero: entender que la IA es una herramienta para que los estudiantes sean quienes enseñen a una máquina obediente a llevar a cabo ciertas tareas. Para utilizar la inteligencia artificial de manera cognitiva no basta con ser consumidores. No pasa por que el docente decida usar la IA simplemente. Es muy importante que se comprenda la tecnología, que se desarrolle sobre ella y que cree nuevo conocimiento de manera crítica”, argumenta.